Mostrando las entradas con la etiqueta México. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta México. Mostrar todas las entradas

domingo, 24 de noviembre de 2019

EL NACIMIENTO DE LAS TORTUGAS

EL NACIMIENTO DE LAS TORTUGAS

Por Alberto Enriquez Uscanga

@AlbertoEnUs
@AlbertoEnUs



Alberto Enriquez
Fotografía de @AlbertoEnUs
Alberto Enriquez
Fotografía de @AlbertoEnUs

--Me da culpa salir y dejarte aquí solo en tu primera noche.


--No te preocupes. Voy a estar bien, de verdad. Tú, sal a bailar que te hace falta. Mira que yo de fiestas estoy harto!!! Unos amigos me visitaron en casa, y los últimos se fueron a las 5 de la mañana. Los tuve casi que correr porque mi autobús salía a las 6:30 y no había hecho la maleta.

María me recibió en el campamento cerca de las 9 de la mañana del 31 de diciembre tras más de 24 horas de haber salido de mi casa. Aunque a ella le habría tomado un poco más de tiempo llegar porque venía de la Riviera Maya; y antes había estado en Belice; y antes en Colombia, y Chile…Hacía dos años que María había salido de su natal Argentina, y no había vuelto.

Llegó en noviembre al campamento para quedarse solamente quince días pero se enamoró de las tortugas, y llevaba ya dos meses recibiendo a todos los voluntarios, y explicándoles los procedimientos en la recuperación, creación, y exhumación de nidos…Y por supuesto de la liberación de tortugas.

Después de que me explicó todo al respecto, no dudé en desearle que se divirtiera esa noche en Zihuatanejo.

--Bueno, pues entonces feliz año, Alberto.

--Feliz año, María.

Cuando llegué a Zihuatanejo, tuve que tomar una ruta que viajaba entre cerros guerrerenses durante 25 minutos, y pedir la parada en un poblado que tiene por nombre Buena Vista; es una comunidad pequeña que se dedica al campo y la pesca; y de allí caminar durante 4 kilómetros por una vereda zigzagueante enmarcada por diferentes tipos de árboles que crean túneles otoñales en esta época del año…Cuando me topé con un hermoso y enorme nacaxtle, me abracé a él recordando al nacaxtle que está en “Puerta de Luz”…Lo tomé como una señal de bienvenida.

El campamento es un terreno rectangular aproximado a las 2 hectáreas…mmmhhh, tal vez más, no lo se exactamente…En la parte más cercana al mar, en su lado derecho, se ubica el corral de los nidos. Los huevos se tienen que sembrar allí para poderlos vigilar, porque si se les deja donde desovan las tortugas corren el riesgo de ser descubiertos por los perros…Jamás me hubiera imaginado que los perros fueran depredadores de tortugas marinas.

El corral también tiene forma rectangular; una medida de 7 metros de ancho por 10 de largo; y está delimitado con malla de alambre, y con un techo de malla negra que lo cubre casi en su totalidad para proteger a las tortugas de los rayos del sol, y también para absorber humedad nocturna que durante los días mantiene fresco los nidos. Tiene una altura de 1.60 metros, así que para entrar me tengo que encorvar, y cuidarme de no tropezar con las cuerdas que se colocan a ras de la arena para delimitar cada nido.

Al lado izquierdo del corral, frente a su entrada, se halla la zona para acampar; que es prácticamente un espacio grande de arena de playa, libre que cualquier vegetación, pero rodeado de pasto.

Fotografía de @AlbertoEnUs
Fotografía de @AlbertoEnUs

Exactamente detrás del corral, se levanta una hermosa palapa circular con techo de palma en forma de embudo invertido; sostenida por seis pilares de madera sobre una base de concreto que se alza unos 25 centímetros sobre la arena. ..Coloqué mi hamaca Oaxaqueña entre los dos maderos que me permitían tener una vista del atardecer si inclinaba mi cabeza sobre mi hombro derecho, y una vista del amanecer si la inclinada sobre el izquierdo…También sobre ese lado izquierdo se sitúa un conjunto de palmeras que se extienden hasta los límites del terreno. Y atrasito de la palapa, comenzando la zona de palmeras, está la pequeña estancia para los voluntarios, con cocina, un baño completo, y dos literas de madera…Terminé de acomodar mis pertenencias en una de las literas de abajo, salí a la palapa, y respiré profundo…

---Woooooowwwww!!!...Todo un campamento de tortugas marinas para mí solo!!!...Beto…Feliz año nuevo!!!

Me metí al mar. Hacía años no nadaba en el Pacífico. Allí las olas son más grandes, así que me anduve con cuidado porque a las 5:20 de la tarde no se veía nadie en toda la playa.

Regresé a la palapa, me sequé con la toalla que había llevado, y me acosté cuan largo en la hamaca meciéndome suavemente…sintiendo todavía las gotas de mar escurriéndose por mis cabellos, deslizándose en mis hombros, y humedeciendo mi entrecano vello pectoral.

El traje de baño me comenzó a estorbar…me lo quité…y me re acomodé en la hamaca colocando mis manos sobre mi vientre…Cerré los ojos…y sentí como el cálido sol me comenzaba a tocar los pies…giré mi cabeza para que me rozara la cara. La cara mirando al sol…el sol que atardece imponente…y que toca…acaricia…enciende…y se va sin lastimar…Comencé a sentir un estremecimiento…me empecé a excitar…Alcé mis brazos lentamente, llevando mis manos hacia mi nuca…estirándome completamente mientras daba un largo suspiro…Entonces el sol me tocó por completo…y así…dejé que me hiciera el amor.

…Cuando me sentí complacido, abrí ojos…y los volví a cerrar…los abrí nuevamente, despacio…y los volví a cerrar…Y nuevamente los abrí con un largo y apacible levantamiento de mi pecho. El sol ya no estaba…En su lugar, un horizonte naranja casi desaparecía detrás de las nubes; y sobre de él, la noche se mostraba violeta…El mar y la playa, ambas oscuras.

Giré mi cabeza hacia la noche, y me topé con las estrellas que se asomaban entre las palmeras; se abrían paso entre las ramas que planeaban con la brisa de las olas…Y más cerca, me miró la luna…La última luna del año. Estaba bellísima, resplandeciente… Mientras el mar oscurecía entre violetas, las palmeras amanecían con la luna…Y yo con ella...Eran las 7 de la noche…

---Es hora de checar el corral de tortugas…Caray...Dónde puse el traje de baño?!?!

Cada dos horas se inspeccionaba el corral. Por fuera se checaba que no hubiera ningún animal que pudiera ser un depredador; por ejemplo, algún ave que estuviera pendiente de los nacimientos, y pudiera entrar sin ser vista…Con la lámpara de mano alumbré a una garza del manglar situado exactamente detrás del campamento…Apenas sintió la luz de la linterna, emitió un graznido y se echó a volar, bastante molesta por cierto, porque la alumbré en todo su vuelo hasta que se perdió de mi vista…Aún cuando la noche estaba bastante iluminada, usé tanto la lámpara de mano como la linterna de cabeza que me había comprado ex profeso para esta labor…Dentro del corral, se checa cada nido que está señalado con un pequeño madero donde se escribe el número que lo identifica, el tipo de tortuga, la fecha, y las personas que lo sembraron…Todo estaba en orden, hasta que vi algo irregular en los nidos 371 y 372…

--- Hormigas rojas!!! De dónde salieron estas hormigas??!! Qué se hace con las hormigas??!! Caray, por qué no le pregunté a María qué hacer con las hormigas??!!




Comencé a aplastarlas con mis sandalias, y me di cuenta que era inútil…Las hormigas estaban esparcidas alrededor de ambos nidos, delimitados por un pequeñito corral de alambre cada uno, para que al nacer las tortugas no se diseminen por todo el corral mayor…Salí rápidamente y fui por una cubeta de agua. Regresé y esparcí el agua sobre las hormigas…Escarbé alrededor de ambos nidos…dentro de los mismo nidos…buscando más hormigas…y no encontré…Esparcí más agua para prevenir que pudieran regresar…y sin haber encontrado ningún rastro más de hormigas, me sentí satisfecho y me dispuse a prepararme de cenar…

---Unos hot cakes me caerían estupendamente bien!!! Y bossa nova para ambientar...

Me acosté en la hamaca y me mecí disfrutando de la noche…De vez en vez, desde allí, desde mi hamaca, alumbraba al corral con la linterna de mano, y entonces la garza nuevamente graznaba enojada, y emprendía el vuelo de regreso a su casa…

---Esta garza me debe de odiar, caray…y tanto que me gustan…Pero ni modo garza, no te puedo dejar que te comas a las tortugas. Ya son las 9…Hora de checar el corral!!!

Me coloqué la linterna en la cabeza, la encendí, y con la linterna de mano comencé a alumbrar todo el rededor del corral…Entré, e inmediatamente me dirigí a los nidos 371 y 372…no llegué a ellos…afuera de el nido 373 encontré algo que me horrorizó…Un cascarón de tortuga abierto, y junto a él, una tortuga golfina recién nacida yacía boca arriba; y sobre su vientre, un puñado de hormigas rojas devoraban sus entrañas…

---Quéeee???!!!

Salí corriendo del corral en busca de agua. Tomé un cubo más grande, regresé, y al entrar rápidamente al corral no me agaché y mi lámpara de cabeza se enredó en la malla de techo, entonces tropecé con una de las cuerdas colocadas a ras de arena, perdí el control de la cubeta, y esta se me estrelló en el tobillo derecho. Caí sobre mis rodillas…

---Pinches hormigas de mieeerda!!!

Me levanté; fui al nido 373; me quedé de pie observando a las hormigas sobre la tortuga…estaba muerta…Frustrado, por un momento pensé en dejársela para que se la comieran…pero…

---No!!! Yo vine a cuidar tortugas!!! No, a alimentar hormigas!!!

Vacié de porrazo todo el balde de agua. Si las hormigas no murieron ahogadas, seguramente murieron por el impacto. Tomé con mis manos a la tortuga, y la coloqué en un contenedor profundo de color azul que se hallaba junto a uno de los pilares de la palapa…Me quedé mirándole…y en ese momento me di cuenta que no había usado guantes, como dice el protocolo, para evitar un posible contagio de salmonela…Es un método de defensa que tienen las tortugas; algunas nacen con salmonela, así sus depredadores se contagian, y mueren poco tiempo después de que se las comen...Me lavé las manos con jabón para platos…regresé a la palapa…me acosté en la hamaca…me acurruqué…sintiéndome completamente mal…entonces sentí que la luna me tocaba la espalda…volteé hacia ella…y recordé a mis papás…

---Qué no habrán hecho para evitar que sus hijos fuéramos devorados por las hormigas??!!...

Decidí redoblar la guardia. En lugar de cada dos horas, comencé a checar el corral cada hora; haciendo más minuciosa la observación tanto por fuera como por dentro. Así pues, hice revisión a las 10 y a las 11, observando cada espacio; usando ambas linternas para que nada escapara a mi ojos: y caminando descalzo, sintiendo entre los dedos de mis pies cada grano de arena que abarcaba el polígono del corral…Si con mis ojos no veía a las hormigas, con mis pies podría sentir sus piquetes…En ambas revisiones, no encontré a una sola hormiga…a quien sí encontré y volví a iluminar hasta que se perdía de mi vista, fue a la garza parada siempre en el mismo poste lateral izquierdo que graznaba mientras enojada emprendía el vuelo de vuelta a su manglar.

Faltando 15 minutos para la media noche, encaminé mi paso hacia la playa. Iba a hacer un patrullaje en dirección norte para checar si había alguna tortuga desovando…Y también para hacer un poco de tiempo, y que exactamente a las 12 estuviera entrando al corral de nidos…Quería comenzar allí el año nuevo. De regreso del patrullaje, donde no hubo novedades, me tope de frente con los fuegos artificiales que en las playas de Ixtapa ya anunciaban el fin e inicio de año…Tomé mi cámara y saqué algunas fotos…Sonreí, y volteé al corral…la luna lo iluminaba por completo. Y allí nuevamente la garza gris postrada en el pilar…

---¡¿Qué tanto haces allí, garza?!

La iluminé para que se alejara; caminé hacia el corral, y desde fuera dirigí ambas lámparas hacia los nidos…En uno de ellos, a lo lejos, vi algo que me pareció anormal…la arena se veía un poco levantada. Entré al corral y fuí directamente a ese nido...Lo iluminé…Cuatro tortuguitas asomaban medio cuerpo de la arena…estaban completamente inmóviles…Me asusté.

---Están muertas…

Tembloroso, moví la barita de madera que marca la identificación del nido, para tocarlas…Las cuatro comenzaron a moverse.

---Están vivas!!! Están vivas!!!

Salí corriendo del corral. Fui a la estancia del voluntariado para ponerme los guantes de latex…

---Coño, por qué todo lo envuelven con plástico,??!!

Tomé el contenedor transparente que se usa para colocar a las tortugas cuando nacen; entré nuevamente al corral, me senté frente al nido…Ahora eran siete tortugas las que intentaban salir de la arena. Aleteaban, y aleteaban abriéndose paso entre ellas mismas para salir.

---Están naciendo!!! Están naciendo!!!

Con mucho cuidado, tomé a una de ellas con mis dedos índice y pulgar de mi mano izquierda…La sujeté de los bordes de su caparazón…y la levanté a la altura de mis ojos para poderla mirar…La tortuga aleteaba, y aleteaba…sus cuatro aletas se movían queriendo avanzar…seguramente al mar que la esperaba…sus ojos negros impacientes brillaban con la luna…La coloqué en mi palma; cerré el puño suavemente para sentirla por completo…y entre mis dedos, sus aletas empujaban con una fuerza feroz que buscaba la salida…Abrí nuevamente mi mano…

---Bienvenida, hermosa!!!

Coloqué a la pequeña tortuga en el contenedor; y volteé nuevamente al nido, tomando de una a una cada tortuga, contándolas mientras las cambiaba de lugar.

---Cinco…seis…siete…

Mientras más tortugas sacaba del nido, más salían de la arena. De allí, de ese pequeño espacio de tierra marina…De la misma manera en que el agua emerge brotando de la piedra, de la tierra brotaban emergiendo las tortugas…

---Es la vida!!! Es la vida!!!

Y me maravillaba ver como podían salir de allí…cómo podían respirar estando enterradas, y surgir y brotar en ramilletes todas juntas.

---Veinticinco…veintiséis…veintisiete…

Desvié la luz de ambas lámpara para no lastimar sus ojos; y juntando ambas manos tomé un puño de tortugas…las alcé para que la luna las mirara.

---Ja ja ja!!! Qué felicidad!!!

Las coloqué en el contenedor, y comencé nuevamente la cuenta…Ahora usando ambas manos sacaba de una en una a cada tortuga…

---Cuarenta y cinco, cuarenta y seis, cuarenta y siete…

Cuando terminé de agruparlas; me quedé observándolas a todas…moviéndose unas sobre otras…Recordé que había que colocarles arena húmeda en el contenedor, y caminé hacia el mar. Las tortugas comenzaron a aletear más rápidamente; era su frenesí que les indicaba la cercanía de su destino…Sentí un tremendo impulso de liberarlas en ese momento…ellas sabían que el mar las esperaba…Pero recordé que la instrucción era liberarlas con los primeros rayos del sol. Y decidí seguir el protocolo.

Regresé al campamento. Me senté en una de las mesa-bancos que están en la palapa; y colocando a las tortugas a mi lado, escribí en mi bitácora personal…

Fotografía de @AlbertoEnUs
Fotografía de @AlbertoEnUs

---65 tortugas golfinas del nido 359. Terminé de agruparlas a las 00:30 horas del 1º de enero de 2018. QUÉ FELICIDAD!!!

Prácticamente esa noche no dormí. Estuve en vigilia caminando entre el corral de nidos, y la palapa…Un nido más nació…Y con los primeros rayos del alba caminé llevando conmigo 115 tortugas que se abrían paso a la vida...Con ambas manos juntas, las liberé a todas…ellas se movían y se movían en dirección a las olas que las cubrían…las arropaban…las mecían entre sus sales…y las adentraban en aquello que a partir de ese momento sería su vida…El mar.

Mientras contemplaba su partida, giré mi cabeza hacia el norte…la garza gris observaba desde una distancia prudente…mojaba sus patas en las mismas olas…y su ojo izquierdo me miraba…

---Tú sabías que iban a nacer, verdad?!?!...Gracias por avisarme…pero no puedo dejar que te las comas, lo siento…Ya se me ocurrirá qué darte de comer en estos días…Seguramente las hormigas también lo sabían…pero ellas no me caen bien.

La garza extendió sus alas, y voló hacia su casa…La tortugas ya no estaban…En su lugar, se veían las huellas que habían dejado en la arena…Esas huellas, harían que las tortugas regresaran en 8 años, a esa misma playa. A la playa donde nacieron…Me quité los guantes, y observé mis manos…En ellas, las tortugas también habían dejado sus huellas…y entonces me pregunté…
---Será que las tortugas se acuerden de mí???!!!

---Será que las tortugas se acuerden de mí???!!!
@AlbertoEnUs
@AlbertoEnUs

jueves, 21 de noviembre de 2019

La construcción de nuestra inteligencia

La construcción de
nuestra inteligencia

Por Nancy Ortiz


A esta altura sabemos que no se puede separar la afectividad de la inteligencia, no se puede seguir con la falsa oposición inteligencia- afectividad. Es evidente que la afectividad, el furor, también el odio y el amor, pueden hacer de nosotros personas ciegas, pero no hay una racionalidad sin esa afectividad, sin ese amor por el conocimiento, sin esa pasión por la verdad.
Edgar Morin

El libro El vuelo de la Inteligencia de José Antonio Marina y mi profesor de Actividades de biblioteca me han obligado a analizar el desarrollo y uso de la inteligencia, a su vez replantear mi papel como estudiante de Sociología y ser humano. Dicha acción implica la lectura del libro y una reflexión sobre mi papel como estudiante y futuro sociólogo. En general la actividad me gusta y la encuentro un tanto divertida, creo que es mejor realizar una reflexión sobre un libro y mi persona que aprenderme una serie de contenidos disociados a mi vida cotidiana.
El vuelo de la inteligencia, es un libro de contenidos utilizables en nuestra vida diaria, aplicables a casi cualquier tipo de persona, escrito en una prosa sencilla y hasta con tips e indicaciones del propio autor para lograr captar la idea correcta que quiere transmitir.
José Marina se enfoca principalmente en la manera en que podemos potenciar nuestra inteligencia. Se maravilla de la capacidad de raciocinio que tenemos los seres humanos y desde mi perspectiva se muestra demasiado optimista y generoso con las habilidades de las personas, pues a todos nos otorga la oportunidad de mejorar y superarnos.
El autor expresa que la inteligencia es un conjunto de capacidades integradas que forman parte de la personalidad del individuo, que debe servir en nuestra vida para ser mejores personas y contribuir con ello a la instauración de una mejor sociedad. Expone que nuestra inteligencia comprende nuestra percepción, la estructura conceptual que poseemos, nuestros sentimientos y valores.
Afirma que los valores forman parte de la inteligencia tales como la valentía, la decisión y el ánimo, estos a su vez están encaminados a resolver nuestros problemas, tanto vitales, afectivos o profesionales, con la finalidad practica de elegir correctamente nuestras acciones y metas.
El vuelo de la Inteligencia, tiene un capitulo dirigido al lenguaje, indudablemente como dice el autor “nuestra inteligencia es lingüística”, desde muy joven me ha maravillado la capacidad de comunicarnos, la necesidad de desarrollar un lenguaje y que esa necesidad y capacidad se repitiera en todos los rincones del mundo, que cada pueblo, nación, país y región desarrollara, un sistema de símbolos gráficos, fonéticos y kinestésicos, con reglas gramaticales, usos y costumbres que dan pie al maravilloso mundo del lenguaje, simplemente me parece sorprendente. Y me hace pensar que efectivamente nuestra capacidad de pensar no podría ser de otro modo más que lingüística. Observando esta característica de los seres humanos, pienso que a través del tiempo hemos reproducido los mismos deseos, necesidades, virtudes y hasta nuestros defectos. Nuestra evolución de alguna manera es cíclica.
La evolución y desarrollo del lenguaje esta íntimamente ligado al desarrollo de nuestra inteligencia, podemos observar este desarrollo primitivamente en los niños, conforme crece su capacidad de comunicarse crece su capacidad de razonamiento y análisis. En los adultos no sólo es necesario comunicarnos ni analizar situaciones cotidianas, es indispensable desarrollar más nuestro lenguaje para así poder refinar más nuestro pensamiento. Sí la mayoría de las personas gozaran de un pensamiento desarrollado, probablemente nuestra sociedad tendría menos problemas o tal vez habría otro tipo de problemas. Es curioso que en países más desarrollados se prevea con más de 5 años de antelación los planes de desarrollo económico, político y social que pretenden llevar y que en un país como el nuestro, pase medio año y aun no se termine de aprobar el presupuesto anual de ese mismo año.
El autor expresa que es necesario analizar nuestra realidad para así interactuar adecuadamente sobre ella. En síntesis, creo que un pensamiento o inteligencia desarrollada nos sirve en nuestra vida diaria y a su vez, sirve a nuestra comunidad. Como seres inteligentes podemos y debemos aprender de nuestros errores, resolver problemas simples y vitales, decidir correctamente ante ciertas situaciones, pero sobre todo nos puede servir para vivir en un entorno mejor. El desarrollo de la inteligencia debe estar vinculado con el desarrollo de las características humanas, todo en conjunto, en una amalgama de capacidades.
Como futura socióloga, necesito un pensamiento desarrollado que me ayude a comprender los procesos sociales que se están generando a mi alrededor. Se que con sólo desearlo no lo voy a conseguir, por ello debo desarrollar un plan estratégico que contribuya al desarrollo de mi persona. Tener en cuenta ciertos puntos indispensables, como el de aprender, conocer, crear, criticar, analizar, interactuar y transformar. Todo esto parecen verbos enunciados al azar, pero la realidad es que hacer cada uno de estos verbos es tarea indispensable pero complicada, no debería serlo como dice el autor en referencia a las matemáticas “Es triste que una mala educación impida a tanta gente disfrutarlas” de la misma manera, desarrollar la inteligencia debería ser para la mayor parte de las personas excitante y algo digno de disfrutar.
En el texto se hace hincapié en lo indispensable de una educación e inteligencia integral, donde no se pueden separar nuestras capacidades, habilidades y características como si fueran entes individuales.
Conclusión
Antes que nada considero debemos tener claro que somos mente, corazón y sexo. Pese que nuestra sociedad separa lo afectivo de lo intelectual, es necesario darnos cuenta que ambas cosas son indispensable para un buen desarrollo humano. Es fácil asociar la razón con la frialdad y la crudeza, y a los sentimientos con la pasión e impulso. Muchas veces la razón puede ser mejor victimaria que la más grande de nuestras pasiones y nuestra mayor pasión puede ser mejor consejera que la propia razón. Con ello quiero decir que una cosa no está disociada de la otra. Ambas, pasión y razón forman parte de nuestro ser. Cuando menciono al sexo, me refiero a la manera de ver e interactuar con el mundo, pues lo hago a través de mi sexo, de mi facultad de mujer.
Nuestra inteligencia esta en constante construcción, se alimenta de nuestra autoestima a su vez la autoestima contribuye al desarrollo de nuestra personalidad y nuestra propia inteligencia. Nuestra inteligencia se forma a partir de las relaciones que tenemos con los demás individuos, somos animales que imitan, comenzamos imitando lo que nos agrada y terminamos siendo ejemplo para otros. Por eso hay que cuidar las personas y las cosas de quienes nos rodeamos para tener imágenes bonitas que imitar.
Nosotros no podríamos construirnos de la nada, no somos entes totalmente individuales, pues estamos ligados a una red de relaciones, circunstancias y sucesos que nos van moldeando día a día, que nos obligan y orillan a actuar de determinada manera. Nuestras acciones están son movidas por motivos intrínsecos, extrínsecos y sociales.
Como seres humanos estamos ligados en muchos sentidos a otros seres humanos, “las metas privadas sólo pueden alcanzarse dentro de unas grandes metas mancomunadas. La inteligencia capaz de acercarse a al felicidad sólo puede desarrollarse y ejercerse en una sociedad también inteligente”.
La inteligencia debe ampliar nuestras posibilidades de resolver problemas en nuestra vida diaria, con ello contribuir a un mejoramiento de nuestra sociedad y entorno, pero principalmente debe servirnos para ser feliz.


Marina, José Antonio, el vuelo de la inteligencia, Plaza & Janés Editores, España 2000.

martes, 21 de agosto de 2018

Educación a la mexicana

Educación a la mexicana

Por Nancy Ortiz



Cuando egresé de la normal, la secretaria de educación me dio una hoja de presentación para que fuera a una comunidad apartada a fundar una escuela. Me dijeron que tenía 3 días para presentarme en el lugar, hablar con la gente de la comunidad y comenzar a dar clases. Como fuera y donde fuera. Sin más recursos que una hoja de papel.
         Eso que hoy cuento como una anécdota hasta graciosa es la realidad de miles de docentes en todo México. Docentes que trabajan en escuelas sin energía eléctrica, agua, sistema de drenaje, mobiliario, aulas, material, teléfono o internet. En lugares apartados, inaccesibles y casi incomunicados. También es bien sabido que los docentes de nivel básico en México son de los peores pagados de los países que integran la OCDE, muchos tienen dobles jornadas u otros trabajos para sobrevivir.
         La realidad del sistema educativo mexicano es múltiple, variada y compleja. El “nuevo modelo educativo” que nos heredó Aurelio Nuño y Enrique Peña Nieto y que se pretende implementar en el ciclo escolar 2017-2018 (sí, en los últimos 6 meses del sexenio de Enrique Peña) no refleja y parece que ni siquiera considera la realidad que viven miles de docentes y escuelas en todo el país. Los libros de texto no sólo tienen errores de dedo, sino que los programas de educación básica tienen graves errores de estructura, lógica y conceptuales. La propuesta sobre “autonomía curricular” está diseñada, evidentemente, por gente que desconoce el funcionamiento y realidad de las escuelas. A los docentes nos toca la tarea de interpretar e implementar lo que nos quisieron decir.
         La reforma educativa del sexenio de Peña Nieto consistía, principalmente, en “regular” laboralmente a los docentes. Anunciaron la evaluación docente como la panacea para reformar verdaderamente la educación y lo único que revolucionaron fue la manera de generar más caos. La reforma educativa es y fue un fracaso de principio a fin, no sólo por lesionar los derechos de los trabajadores sino por la incapacidad de construir un plan de estudios que respondiera verdaderamente a las necesidades más apremiantes en nuestro país.
         En México (según cifras oficiales) hay casi 5 millones de personas de más de 15 años sin alfabetización, hay miles de infantes sin ir a la escuelas, hay escuelas con muchas carencias materiales y hay docentes viviendo con precariedad. Una verdadera reforma educativa tendría que estar enfocada a responder a las necesidades que el país y las sociedades demanden, pero también a resolver las necesidades propias del sistema educativo y de las personas que lo integran.
         Uno de los grandes errores de la sociedad en México es el poco valor que se le da a las bases pedagógicas, se cree que cualquier persona que tiene un título universitario o un posgrado es capaz de dar clases. Eso es mucho más frecuente en los niveles medios y superiores. La mayoría de docentes, doctores, maestros y licenciados carecen de bases pedagógicas y así dan clases. Lo mismo pasa con el funcionariado en las secretarias de educación. Se cree que cualquier persona sin necesidad de ser docente (con una formación pedagógica y profesional sólida) puede estar al frente del sistema educativo. En parte, ese es uno de los principales problemas del fracaso de los programas escolares. La falta de conocimiento de la realidad del sistema educativo en México en los diferentes niveles y en los contextos en los que se desenvuelve.
         Hemos tenido un funcionariado en las secretarias de educación pública tan alejados de la realidad social, que los docente hemos tenido más de 100 programas y actividades alternas al programa educativo en 200 días de clases ¿En qué momento pretenden que los docentes implementen todo eso? ¿El funcionariado conoce la realidad de las escuelas o implementa planes y programas que en la teoría parecen ideales pero en la realidad concreta son difíciles de implementar?
         El “nuevo modelo” no se quedó atrás, propone la implementación (obligatoria) de “clubes” sin consideran los elementos básicos para la organización y su implementación.  Es una propuesta donde se nota ausencia de conocimiento del funcionamiento de las escuelas y de los diferentes niveles educativos.   
El nuevo gobierno tiene el gran reto de resolver no sólo lo básico y elemental para que el sistema educativo funcione adecuadamente, sino que además responda a las necesidades que como nación requerimos para ser un mejor país. Ser catedrático universitario, tener posgrados o pertenecer a la academia no son cartas suficientes para el diseño de los planes y programas educativos. Se requiere conocer a profundidad el funcionamiento de las escuelas, las realidades donde estas se desenvuelven y  los diferentes niveles educativos, así como escuchar las diferentes voces de quienes integran a la comunidad escolar.


twitter: @nancyortiz_

Texto Original publicado en http://homozapping.com.mx/2018/08/educacion-a-la-mexicana-mas-caos-con-la-reforma-de-pena-y-nuno/

domingo, 19 de agosto de 2018

LO QUE DIRÁN DE NOSOTROS


LO QUE DIRÁN DE NOSOTROS

Por Omar Baqueiro




El triunfo de Andrés Manuel López Obrador en los pasados comicios del 1º de julio, colocó los reflectores del mundo sobre México durante los días inmediatos a la contienda. La prensa y la opinión pública internacional destacaron principalmente la victoria de la izquierda a nivel federal, tras nunca haber ocurrido en el país, aunada a la consolidación de la democracia mexicana, lo cual en conjunto representa un acontecimiento histórico. Así mismo, los rotativos en el mundo recalcaron también el gran capital político y legitimidad con los que contará el próximo mandatario: mayoría en las dos cámaras y una amplia aprobación popular.

Lo anterior es importante, ya que se han generado grandes expectativas del próximo gobierno, tanto dentro como fuera del país (en menor medida), sobre si podrá éste cumplir con las principales promesas de campaña: pacificar el país, combatir a la corrupción y disminuir la desigualdad económica. Cumplir con dichas expectativas así como difundir una buena imagen del país, ayudan a generar confianza en México, en el extranjero. La generación de confianza (además de las decisiones que se tomen en política financiera) favorece la atracción de mayor turismo e inversiones. Pero además, una buena imagen del país también suscita un mayor ‘reconocimiento’ de la nación. Dicho esto, y en el contexto actual, poder generar confianza y transmitir una buena imagen dependerán tanto de las noticias que se difundan del país desde estos primeros días de transición, como de las estrategias de comunicación que el próximo gobierno emplee (la carta de López Obrador a Trump, es un ejemplo). Lograr esto, no será una tarea fácilcil﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽sio tus comentarios/y ro tus comentarios y recomendacioneso leas ver dados los altos y alarmantes índices de violencia, corrupción y pobreza padecidos durante los últimos años, y atestiguados por los ojos del mundo.

Ahora bien, ¿cómo transmitir una buena imagen en el exterior?
En administraciones federales anteriores, el Estado mexicano se ha valido de distintas estrategias de comunicación en política exterior para transmitir una buena imagen en el extranjero, en las que la promoción cultural del país ha sido la principal herramienta para ello. Por ejemplo, una estrategia en diplomacia pública muy reconocida, fue aquella exposición México: Esplendores de treinta siglos”, presentada en el Metropolitan Museum de Nueva York, en 1990, que sirvió como carta de presentación de México ante la opinión pública estadounidense, previo a la firma del TLCAN. De igual forma, también se han operado estrategias de marca país, como la actual campaña de Visit Mexico, orientadas principalmente a atraer mayor turismo. Si bien este tipo de acciones han logrado difundir el patrimonio milenario y las manifestaciones populares de la cultura mexicana, resultando atractivas a los ojos de otras naciones, los éxitos obtenidos han sido efímeros o sólo han servido para los fines políticos y económicos específicos de los gobiernos que las han implementado. Terminan entonces, siendo medidas casuísticas, aisladas, que carecen de continuidad, coordinación y planeación.

A diferencia de la diplomacia pública y de una marca país, para una estrategia de diplomacia cultural la promoción de la cultura es la herramienta, pero también el fin. Cuando una estrategia en diplomacia cultural se adopta como parte de la política exterior que regirá el rumbo de un Estado, se logra producir en el ideario de las sociedades extranjeras reconocimiento sobre la cultura de esa nación, y ese reconocimiento prevalece por años y trasciende gobiernos.

En esa tesitura, para este gobierno es totalmente imprescindible potenciar el capital político que tiene y hacer una verdadera apuesta por una ambiciosa estrategia en diplomacia cultural, que trascienda su mandato y se eleve a política de Estado. Hoy la Secretaría que encabezará Marcelo Ebrard, podría plantearse lo siguiente:

1.      Diseñar una estrategia en diplomacia cultural, con una planeación integral y objetivos formalmente establecidos, con nivel de política de Estado. Que esa estrategia se apegue siempre a los principios de política exterior mexicana y quizás, redefinir estos principios. Dicha planeación podría apoyarse, entre otras cosas, de un catálogo de contenidos culturales y artísticos, que permita programar presentaciones en el extranjero en el corto, mediano y largo plazo.

2.      Coordinar mejor el trabajo de los Institutos de Cultura de México en el extranjero. Dando unidad en su concepto: empezando por que todos compartan el mismo nombre, estén bajo una misma dirección y procurar homogenizar su constitución orgánica, por ejemplo, que la mayoría puedan ser donatarios. Consolidándolos como una marca-emblema.

3.      En esa misma línea, esta marca-emblema podría no estar supeditada siempre a un espacio físico y podría apoyarse en plataformas en internet. Se podría poner al alcance de distintos públicos una biblioteca y una hemeroteca virtuales, TV y radio, aprovechando canales con los que el Estado ya cuenta. Por ejemplo, algunas transmisiones de los canales de IMER podrían retransmitirse en el exterior vía esta nueva marca del Estado, parecido a lo que ha alcanzado actualmente la NPR, de Estados Unidos.

4.      Que en materia de cooperación internacional (y por añadidura, cooperación cultural), por fin se provea de autonomía real y mayores recursos a la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), para potenciar su actuar. Aprender de las experiencias de agencias de otros países, como la reciente apuesta de Chile con su Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo. Que en el afán de diversificar relaciones con otros países, se generen nuevos acuerdos con agencias pares para intercambios académicos, culturales y, principalmente, mayores intercambios artísticos (estancias).

5.      Aprovechar por fin la ventaja de ser el país con más hispano hablantes en el mundo y capitalizar la demanda global por aprender el idioma español, ampliando las sinergias ya acordadas con España y cubriendo zonas en las que el Instituto Cervantes no ha llegado, como en Estados Unidos. Trabajar con la Escuela Nacional de Lenguas, Lingüística y Traducción (ENALLT) de la UNAM, para la generación de materiales y certificaciones en lengua española, así como llegar a acuerdos con universidades en el extranjero para ofrecer licencias para cursos, parecido a lo que hacen los Institutos Confucio, de China.

6.      En coordinación con industrias culturales, promover con mayor voluntad a artistas contemporáneos nacionales de todas las disciplinas. Que más que aspirar a una versión de ‘Ola Coreana’ con la industria del entretenimiento, consolidemos una Ola Mexicana de artistas de la talla de Elisa Carrillo, Gabriel Orozco, Alondra De la Parra, entre otros. De igual forma aprovechar el nuevo ‘boom’ del cine mexicano, y explorar distintas plataformas para su difusión, como lo hace la Alianza Francesa con el cine francés.

7.      Potenciar el posicionamiento que ha conseguido la gastronomía mexicana a nivel internacional, de la mano de distinguidos chefs como Enrique Olvera, como aspecto importante de la cultura mexicana.

8.      Finalmente, generar los acuerdos necesarios con la iniciativa privada nacional y extranjera, para que sean partícipes de esta apuesta por la cultura mexicana en el extranjero. Explorando distintos esquemas para financiar estos proyectos culturales; por ejemplo, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido en ocasiones sólo aporta 30% al presupuesto con el que operan los British Council en algunas sedes, debido a los diversos apoyos que logra sumar*.

Sin duda, este es el momento para emprender una verdadera apuesta por la promoción de nuestra cultura, con una estrategia de Estado que proyecte la diversidad y el dinamismo cultural del México contemporáneo. Hoy se cuenta con el capital político para hacer posible esta apuesta, sólo se necesita la voluntad política para trabajar en las leyes, políticas e instituciones, requeridas para traducir la riqueza cultural del país, en una influencia perdurable en nuestras relaciones internacionales. Ahora se tiene la gran oportunidad de cambiar la forma en cómo otros países nos perciben y para que lo que digan de nosotros, no sean calificativos construidos a partir de estereotipos o de las noticias que transmiten referentes negativos de lo que ocurre últimamente en México. Hoy se nos presenta una coyuntura histórica, en la antesala del siglo XXI, para poder construir nuevos y mejores referentes sobre la grandeza de esta nación mexicana.


Omar Baqueiro




* Las ideas de propuestas en diplomacia cultural aquí recomendadas, no son simplemente autoría de quien escribe, sino resultado también de las experiencias compartidas por expertos que han trabajado y estudiado el tema.

miércoles, 2 de mayo de 2018

Niñez y crianza en el espacio público

Fotografía de Internet
Efecto Mariposa
Niñez y crianza en el espacio público
Por Nancy Ortiz
@nancyortiz_

Actualmente existen dos grandes posturas que predominan aparentemente dicotómicas entre sí con relación a la niñez, una de exaltación (sobreexplotación) y la otra de denostación. Las dos alentadas por el mercado y funcionales a él. 
Mucho ya se ha hablado sobre la explotación del concepto de niñez y los abusos que la industria (así, en términos generales) ha cometido en “aras de las niñas y los niños”. Pero no me detendré (ahora) en ese tema. Quiero abordar la postura de la denostación, sobre todo porque cada vez es más frecuente y la discriminación tiende a normalizarse y radicalizarse. 
Hoy día es muy común escuchar a personas decir que no le gustan los niños y por lo tanto rechazan todo lo que gire en torno a ellos. Cada vez hay más espacios y actividades “libre de niños”. Generando también una tendencia de denostación y desprecio interiorizado hacia ellos y hacia quienes ejercen la crianza en espacios públicos.
La moda “odia niños” está promovida, principalmente, por la industria económica y reforzada por la cultura de consumo y sus valores individualistas. Esto permite ofrecer a sectores bien específicos una variedad de servicios y atracciones “chilfree life”, que se basa en la premisa de que si no se tiene hijos no se tiene por qué tolerar a los hijos (pequeños) de otras personas. Incluso, hay personas que dicen: "Decir que no me gustan los niños es como decir que no me gustan los tacos, es cuestión de gusto". Es decir, tratan de justificar su poca o nula tolerancia por las y los niños reduciendo la argumentación a un tema de gustos. 
Las razones aparentes para denostar a la niñez son variadas. De un sector viene del rechazo a la imposición a la maternidad abnegada. Y en el afán de rechazar el “deber ser” impuesto por la sociedad, se termina rechazando a un grupo que es muy fácil vulnerar. Esto pasa incluso en algunos sectores feministas o de mujeres empoderadas que no han visibilizado la discriminación ahí. Sin embargo, la principal razón del rechazo a las y los niños viene de una postura que defiende el orden patriarcal establecido. Viene del rechazo al ejercicio de la crianza en el espacio público. Las y los niños molestan porque están fuera de su casa, porque ello también significa que las madres (responsables históricas de la crianza), también están fuera de su casa, fuera del espacio que la sociedad les ha asignado, en el espacio que no les compete, en espacios que no están destinados ni pensados para infantes ni para mujeres criando. Y escribo sobre mujeres porque las mujeres que ejercen la crianza en el espacio público no reciben el mismo tratamiento social que los (pocos) hombres que también ejercen la crianza en espacios públicos (a ellos hasta se les hace reportajes).
Quienes utilizan este tipo de argumentos no le otorgan a los infantes la categoría de personas con derechos, no es una cuestión de si nos “gustan” o no los niños, es una cuestión de aprender a vivir en sociedades incluyentes, de entender que las y los niños TAMBIÉN forman parte de nuestra sociedad, que son un sector con características y condiciones específicas y a la vez variadas como cualquier otro grupo que conforman nuestras sociedades.
Esta moda en detrimento de menores viene a sumarse a las cifras de maltrato, abuso, explotación y omisión de cuidados que diariamente viven las y los niños de nuestro país. Por ejemplo, se estima que el 60% de los niños ha sufrido o sufre maltrato en sus hogares; México ocupa el primer lugar a nivel mundial en violencia física y homicidios de niños y niñas menores de 14 años. Según datos de diversas organizaciones mundiales también tenemos el primer lugar en pornografía infantil, además que la cifra sobre abusos sexuales contra niños y niñas podría ser alarmante, se estima que sólo se sabe del 2% de los casos mientras se presenta.
Las y los niños son un grupo que se puede vulnerar con mucha facilidad. Son los más desprotegidos contra la violencia sistémica. Hay un maltrato y discriminación normalizada (entre otras cosas) porque ellos no denuncian, a veces no se quejan, no se juntan a exigir derechos, ni hacen tuits, ni videos virales de protesta, es muy fácil violentarles y colocarles en situaciones de vulnerabilidad.
 En un ejercicio para poder visibilizar la discriminación contra infantes se puede cambiar la palabra “niño” (por mujeres, ancianos, homosexuales, afrodescendientes o cualquier otro grupo vulnerado) cada vez que se diga “No me gustan los niños” o alguna frase similar. Con ello quizás nos daríamos cuenta cuan discriminatorio suena si lo aplicamos a otro grupo de personas. 
Fotografía de Internet
Quizás a las sociedades contemporáneas nos falta sentido de comunidad para entender que el cuidado de los niños y niñas es una responsabilidad que tendría que ser compartida y eso nos ayudaría a conformar sociedades más justas, sanas e incluyentes.


miércoles, 19 de junio de 2013

El Racismo Nacional : Carlos Monsiváis

El Racismo Nacional 

Carlos Monsiváis



Publicado en Revista EQUIS. Cultura y Sociedad. Braulio Peralta (ed). México, Ulises Ediciones, núm 1, mayo de 1998, pp. XVII-XX. (Dossier: Autonomías en el mundo)

Eres prieto... y sobre esa piedra nada crece
Del racismo nacional*

El racismo en México aparece como una necesidad explicativa. Hay que describir la Conquista como el rescate de tierras y recursos valiosos en manos de bárbaros irredimibles. Y en los tres siglos del virreinato el racismo argumenta a favor de maltratos, etnocidio, despojos, violaciones masivas, tratos bestiales. El debate sobre la existencia de alma en los indígenas es un subproducto del inmenso desprecio por esos nativos que sólo se adaptan a la religión si les entregan un símbolo de su mismo color, negados para el razonamiento y exiliados en sus palabras incomprensibles. Entonces, el racismo es desde luego una idea remota o absurda. En el Nuevo Mundo sólo hay una raza, la que celebra como absolutamente suyo el 12 de octubre, la bendecida por Dios y por el Papa. Los demás pobladores son, si acaso, proyectos de seres humanos ánimas en pena. Y si no se dicen, estas creencias se actúan.

DEL PELADO AL NACO SIN LLEGAR AL TOJOLABAL

A la nación independiente se le heredan los prejuicios que son instituciones, las instituciones que legitiman el prejuicio. Las leyes que protegen a los indios se violan a diario, o ni siquiera se toman en cuenta. En algo se ponen de acuerdo liberales y conservadores: los indios son el peso muerto del país, el paisaje sombrío que aclara de un vistazo lo que falta para abandonar la condición periférica. Crear zonas de aislamiento y condena "porque el origen racial es destino fatal", es recurso típico del criollismo y del mestizaje pretencioso que lo sigue. Y establecida la inferioridad del indio, lo más conveniente es diseñar estereotipos que sean vertederos del odio, el desprecio y el sarcasmo. Es muy cómodo inventar seres a quienes adjudicarles, de modo inescapable, fisonomías, psicologías y conductas fijas para siempre.
En el mundo rural el indio está cercado, sujeto de esclavitud y aplastamiento de toda índole. En las ciudades, en especial la de México, el indio es lo marginal por antonomasia, y a sus herederos faciales, los mestizos de la pobreza, se les aplica también la animosidad brutal. En el siglo XIX, el primer estereotipo para regocijo del racismo es el lépero, el afligido por la lepra de la pobreza, el indio en algo urbanizado que vierte su rencor en las esquinas y acecha en los alrededores de mercados y templos, alojado en su semidesnudez y su ignorancia. El sucesor o el coetáneo, el pelado, da fe también desde el nombre de su condición: es un pelado, despojado de todo, sin ropa esencial posible. El pelado atraviesa por los rincones de los escritores naturalistas, se moviliza divertidamente en los grabados de Posadas, es el enviado plenipotenciario de la gleba, de las criaturas que habitan la ciudad sin entenderla, o entendiéndola lo suficiente como para saber que sólo son suyos los alrededores. En la mitología citadina, si hay un fantasma de aglomeraciones y desmanes, ése es el pelado.
Gracias al comic, al teatro frívolo y el cine, el pelado se transfigura humorísticamente. Primero, a través de Chupamirto en la tira cómica, y luego de Mario Moreno Cantinflas, el pelado adquiere el diminutivo tranquilizador, y ya como "peladito" evapora las amenazas explícitas o subyacentes en su comportamiento, y crea un mito de extraordinario poderío visual, y de contenido circular: el paria verboso que ve cómo se le aleja el lenguaje mientras más intenta su ejercicio, que se enreda en las palabras y se tropieza con la sintaxis. El "peladito" de Cantinflas se extiende como disculpa de los cientos de miles de pelados, que cambiarán el pantalón a media asta y el trapo sobre el hombro por la camiseta a rayas, el sombrerito en la nuca y el hablar golpeado, todo lo que emblematiza Fernando Soto Mantequilla. Diluido el miedo, el pelado acaba siendo una vaga referencia capitalina (en las regiones no hay pelados), alguien a quien la vida le concedió el rencor, el auxilio de la Virgen de Guadalupe, el fútbol soccer, la bicicleta, el dancing, el humor grueso y autodeprecatorio, la gana de envejecer nomás se casa, el bolero, la canción ranchera, y no mucho más. Ese pelado, al que Pedro Infante y David Silva ameritan, se disipa entre falsas leyendas de su valentía y de su insignificancia.
El sustituto evidente es el naco. El término —aféresis de totonaco— ya circula a mediados de los años cincuenta, aludiendo a lo que las mezclas no logran disipar: los rasgos de origen indígena, el aire de pertenecer a la "Mexicanada". A diferencia del pelado, al naco no lo neutraliza el humor, ni siquiera las memorables interpretaciones de Héctor Suárez. No hay tal cosa como "el naquito" (aunque sí existe "el nacazo"), y el miembro de esta "etnia" ofende desde el principio por las características irremediables que se le adjudican: vulgaridad, agresividad que cubas o tequilas conducen con destreza al límite, mal gusto que una vestimenta cara no redime, bigote aguamielero, sorna que matiza el humor reiterativo, dicción permeada por el tono cantadito. El naco ya no dice "voy, voy", sigue diciendo "Me cae de madre"; ya escucha rock y new age, sigue escuchando boleros a escondidas.
En los años sesenta el naco es símbolo de la masificación que alarma y apena. Mírenlo nomás, con su radio de transistores (mientras más grande más compensatorio), la camiseta abierta a los lados, los liváis y los tenis, la indiferencia por la cultura y la política, el aire de quien le parte la cara al nocaut que lo envuelve. (El naco: el rey de las victorias póstumas.) El racismo se solaza con el descubrimiento: es inmejorable el personaje del naco, no hay término más preciso para las masas cobrizas que devastan las ciudades ignorantes de la contaminación visual que emanan. El naco es la genuina, "mancha urbana", y de allí la conclusión pesimista: es tan grande el afán reproductivo de las clases populares que sólo toca catalogarlas chistosamente. Para la sociedad que ya no se pretende criolla sino desarrollista, el naco es por un tiempo filón de las conversaciones. La palabra es insulto y es referencia humorística, es descripción de fauna citadina y es síntesis facial y vocal de los peligros de la calle que bien pueden trasladarse a la sociedad.
Antes fue el meco (aféresis de chichimeco), pero en los años setenta el naco es la voz peyorativa que, casi inevitablemente, los agraviados también asumen como insulto. "Pobre de ti, pobre de ti,/ Cuántas veces te oí/ sin piedad repetir/ que naciste sin suerte." Quien —con o sin esa palabra— se considera naco, se aturde con actitudes fatalistas, si se fracasó en la escuela se fracasó en la vida, si se fracasó en la vida los amores que lleguen no valen la pena, así la vulgaridad ni se nota porque es la democratización del gusto a que tiene derecho. Poquísimos se aceptan pero muchísimos se sospechan nacos, son amplísimas las reverberaciones de la fulminación racista. El naco, ante el espejo ideal o real, relee la sentencia en la pared. "Tú eres naco, hijo y nieto de nacos, patriarca de la naquiza."
El racismo no hace caso de bienes económicos. Si es tan hiriente el término naco, es porque discrimina. Cualquiera, probado que no consiga borrar su aspecto o su conducta, puede ser un naco, y ante el epíteto no cuentan los millones. Se es naco si se retienen características de los indios. No hay nada que hacer, lo naco es la sujeción eterna al México impresentable.
Si el vocablo ya ha perdido su filo más hiriente retiene su calidad de insulto. Aún se dice: "¡Pinche indio!" con seguridad de ofender, y lo de "¡Pinche naco!" es ocasión de pleito o abatimiento. Si el avance educativo y cultural cerca al racismo, el proceso monstruoso de la desigualdad lo estimula. Mientras los nacos no destruyan sus propias vetas racistas muchos de ellos seguirán confiándole a la expresión el relato aplastante de sus vidas.

LAS LIMITACIONES DEL RACISMO

No es común el racismo a la antigua. Ahora lo más frecuente es el regaño: "Más les vale integrarse. ¿Qué ganan con aferrarse a sus usos y costumbres?". Y la agresión se pone al día: "¡Pinches indios!", por miedo a los castigos de lo Políticamente Correcto (esa bestia negra de los Políticamente Feudales"; es mejor calificarlos de "¡Pinches conformistas! ¡Pinches monolingües!". Si pasó de moda la descripción insultante de nacos (son tantos que oscurecen el horizonte, y nulifican el sarcasmo), convienen ahora los castigos culturales: "¡Qué tipo tan premoderno! ¡Te fijaste! Todavía no maneja el interruptor de la luz". En los comerciales de televisión, en las agencias de modelaje, en los altos círculos, la raza de bronce está de más. Su aspecto ofende o "desviste" las inmediaciones.

II "SI TUVIERAN DERECHOS NO SERÍAN INDIOS"

Para localizar con rapidez el racismo en el caso de Chiapas, obsérvese el asombro indignado ante la idea de los derechos indígenas. Se acepta la necesidad de cambios, incluso de leyes especiales. Pero no se soporta el primer derecho indígena, el de rebelarse ante una sociedad que consideran inhumana, invivible. Léanse desde el 2 o 3 de enero de 1994 la virulencia de funcionarios, empresarios, intelectuales, clérigos, periodistas. ¿En qué insisten? En una sola idea, o mejor en un dogma: los indígenas carecen de voluntad propia, y por tanto, resultan orgánicamente incapaces de razonar al no decidir jamás por sí mismos. Si los racistas articularan su punto de vista, éste sería: "Nadie piensa nunca por vez primera, y los indígenas no pueden pensar porque jamás lo han hecho. La falta de práctica mental les cierra el camino de la civilización". Por eso, desde esta perspectiva, el vacío de la voluntad indígena se satura con su condición de víctimas de la manipulación eterna. Si no se les manipulase, simplemente no existirían, así es de extremosa su debilidad moral, política y cultural. No los deshumaniza la explotación de que son objeto, sino el atraso donde se refugian por miedo al cambio. Y, concluyen los racistas, al ser por naturaleza los indígenas carne de cañón, sombras de la Historia, a la modernidad debe incorporárseles a la fuerza. La única salvación del indígena es dejar de serlo.
Estos son algunos de los argumentos racistas más repetidos:
Los indios son pobres porque quieren. Todo el mundo progresa, pero ellos se aferran a sus tradiciones y viven a la deriva de sus idiomas muertos. Esto explica su rechazo de las conductas normales y el apego a sus comunidades, tan inhóspitas. No logran irse a sitios más estimulantes en lo laboral y lo cultural, no tienen ambiciones naturales como ser multimillonario con casa veraniega en Aspen o Vail.
Los indios son, desde siempre, la plastilina de los ideólogos, sean obispos católicos o agitadores izquierdistas. Actúan por el reflejo condicionado de la obediencia y su rebeldía sólo consiste en la violencia aplicada al prójimo.
Los indios representan el pasado inerte de México. Al asirse a una identidad naufragada, se desprenden de la cadena evolucionista de la nación, y se degeneran en el sentido más estricto: odian el progreso y la superación personal.
Los indios pasaron de las manos de los encomenderos a la de los curas y los antropólogos sin variar de actitud. Al no distinguirse de sus ancestros, son peores que ellos. Incapaces de percibir o de entender el cambio, se someten a lo ya vivido durante siglos, así esto represente dolor, enfermedades, represiones cruentas. Hace no demasiados años los finqueros de Chiapas perseguían a los indios como animales; hoy los indios, con terquedad que irrita, se niegan a ser finqueros.
Estas argumentaciones varían, y repiten las formuladas desde el siglo XIX. ¿Por qué quieren ser indios pudiendo ser blancos? Y los autores de estas hipótesis delirantes ni siquiera se toman la molestia de explicar por qué, si todo es cuestión de voluntad, ellos mismos, todavía viven en México pudiendo hacerlo en Beverly Hills. Lo más curioso del racismo es su exigencia de cambio, ajeno, su alegría al ver que los parias no cambian, del deseo personal y tribal.
Este razonamiento (por así decirlo) ilumina la índole del racismo mexicano de hoy. No es un racismo clásico, así sea curiosamente antindígena y se fije con desprecio en el color moreno. A momentos podría prescindir de parte de sus prejuicios, y sólo bajo presión se desenmascara. Pero todo el tiempo insiste en unificar a los "naturalmente inferiores", combinando criterios de raza, clase social y género. Son ya indistinguibles el racismo, el machismo, el clasismo, la homofobia, porque se unifican en contra de sus enemigos que son sus víctimas: los pobres, que insisten en serlo, los indios que insisten en serlo, las mujeres que insisten en abandonar sus roles tradicionales, los gays que insisten en serlo, los que a pesar de que no la han hecho insisten en seguir viviendo. En suma, fusionan en un solo ser despreciable y reprimible a los que fracasan y deben fracasar en la vida por su aspecto, su origen, su género, su orientación sexual, su actitud derrotista que confirma su derrota intrínseca. Y la raza superior se define por oposición: hombres en su gran mayoría, blancos o emblanquecidos, agresivos, de personalidad triunfal o triunfalista, seguros de la inferioridad ajena, implacables, globalizados en una palabra (ser local es ser un fracasado). Y la ampliación del racismo a fin de cuentas desemboca en lo previsible: "los seres inferiores" son los descendientes de los considerados en su época "seres inferiores".
El fin de la movilidad social intensifica la sensación de superioridad al alcance de las clases gobernantes: si no constituye una raza superior, sí ciertamente son distintos, y de modo obvio a la mayoría de los mexicanos. Si creen en la superación y la llevan a cabo, no se quedan en el mismo lugar, tienen ambiciones. Este racismo, o esta soberbia de minoría convencida de habitar psicológicamente en el Arca de Noé de México, se acrecienta desde el surgimiento del EZLN.


"NO ESTÁN SOLOS, NO ESTÁN SOLOS"

La llegada de mil 111 representantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, le concedió la oportunidad a un sector muy significativo de la sociedad de participar en la primera gran manifestación antirracista en la historia de la ciudad de México. Así interpreto lo ocurrido el 12 de septiembre de 1997 en el recorrido del Monumento a los Niños Héroes al Zócalo, como una vasta rectificación del comportamiento citadino. Desde su fundación como ciudad colonial la de México ha sido sin tregua, el escenario del menosprecio y el hostigamiento a los indígenas, hacinados en barrios, sujetos de irrisión, explotados sin límite en comercios, restaurantes y casas, signos ambulantes del país vencido. En la calle las "marías" venden chicles o flores o klínex, cargan a sus niños como emblemas de la explosión demográfica, se adiestran en las turbulencias del tráfico, lidian con el chantaje policiaco y le ponen a sus hijos nombres inesperados: Leslie, Pamela, Marilyn, Marlene. "¿Que por qué esos nombres, señor? Para que ya nadie les pueda decir María". Históricamente, los contingentes indígenas se afantasman para eludir a la discriminación.
Por esa razón, por el gran sedimento de racismo de la capital, la marcha del 12 de septiembre dispuso de una emotividad única. No hubo, perceptiblemente, paternalismo, ni miradas condescendientes, ni folclorismo, sino la sincera admiración al luchar por sus derechos vuelven evidente el infierno de la marginalidad histórica de las etnias. Tarde si se quiere, pero con brío solidario, una porción importante de la ciudad reconoció del mejor modo la urgencia de eliminar el racismo, y sus consecuencias laborales, culturales, políticas, éticas.

* Carlos Monsiváis
Publicado en Revista EQUIS. Cultura y Sociedad. Braulio Peralta (ed). México, Ulises Ediciones, núm 1, mayo de 1998, pp. XVII-XX. (Dossier: Autonomías en el mundo)