La
inoportuna muerte de un candidato
Por
Rodrigo Hernández López
@lopezperiodista
|
Fotografía de Internet |
Si no
querían que fuera Presidente, ¿por qué tenían que matarlo?
-Porque
Dios así lo quiso, mijita-
¿Qué
Dios no quería que mi tío fuera Presidente?
Esas
fueron las preguntas que pronunció Brenda Teresa Colosio Elizalde, en el templo
de Santa María en Magdalena de Kino, Sonora, donde nació su tío, el candidato
presidencial priísta Luis Donaldo Colosio, quien murió asesinado la tarde de un
miércoles 23 de marzo de un año que ya pasó.
Para el
imaginario colectivo al autor material del crimen fue nada más y nada menos que
el entonces Presidente, Carlos Salinas de Gortari.
Para
otros fue su contrincante político en ese entonces, Manuel Camacho Solís quien
hiciera un berrinche luego de que el “destape” no le favoreció. Hay quien
afirma que fue un atentado por parte del crimen organizado.
Las
investigaciones que emprendieron los fiscales especialmente designados a
la investigación: Miguel Montes (marzo de 1994), Olga Islas (julio de 1994),
Pablo Chapa Bezanilla (diciembre 1994) y Luis Raúl González Pérez (agosto de
1996), quedaron registradas en el Informe de la investigación del homicidio
del licenciado Luis Donaldo Colosio y consta de cuatro volúmenes; I.- El
crimen y sus circunstancias; II.- El autor material; III.- Posibles cómplices y
encubridores y IIII.- Entorno político y narcotráfico.
El
informe consta de 68 mil fojas, 174 tomos y mil 993 declaraciones dentro
de las que destacan la de los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari y
Ernesto Zedillo; el dueño del periódico El Universal; Juan Francisco Ealy
Ortiz; el periodista Federico Arreola; el ex jefe de gobierno Marcelo Ebrard y
su padre político, Manuel Camacho Solís.
El famoso
discurso que Colosio pronunció el 6 de marzo de 1994 en el marco del aniversario
del PRI, fue tomado como un rompimiento entre el candidato y el Presidente
Salinas. De acuerdo con el testimonio escrito que hiciera Salinas de Gortari en
el marco de las indagatorias de la investigación muestra que para el Presidente
no hubo sentimiento de ruptura:
Sobre
el discurso que pronunció, y del cual se han querido hacer infundadas
interpretaciones, me permito comentar lo siguiente: la historia de las campañas
presidenciales del PRI muestra que los candidatos van tomando su propio perfil,
lo que se refleja en sus pronunciamientos públicos. Luis Donaldo Colosio y yo
comentamos en diversas ocasiones sobre los cambios y las adecuaciones que
requería la estrategia de desarrollo. Él se proponía llevarlos a cabo. Sobre la
oportunidad de pronunciarse sobre ellos, ésta se va dando durante las propias
campañas. Yo mismo le hice llegar a Luis Donaldo el comentario, a fines de
enero de 1994, que le convendría distanciarse más del gobierno, a pesar de que
él se sentía tan comprometido con las políticas de la administración. Se me
hizo saber que en la campaña había quienes no compartían la sugerencia sobre
esa distancia. El mismo candidato era renuente a hacerlo, en gran medida por
sus enormes cualidades de convicción, lealtad, buena fe y firmeza. En todo
caso, aquel discurso que se ha señalado
como significativo de una separación o un distanciamiento nuestro, me lo hizo
llegar antes de pronunciarlo y yo de ninguna forma me opuse a que procediera
como él lo tenía dispuesto.
Aunque de acuerdo con la declaración de quien fuera
el cronista de la campaña para el periódico La Jornada, José Ureña, sobre lo
sucedido antes de que Colosio pronunciara el discurso en el Monumento a la
Revolución, el candidato dejó ver que había una ruptura.
De acuerdo con el testimonio de Ureña, declaró que
existía el rumor de que el Presidente Salinas asistiría al evento y le preguntó
sobre ello a Colosio, a lo que Luis Donaldo contestó que “no, él ya no va a ir
a ningún acto del partido” y que tras decirlo se mostró un sentimiento de
tristeza en el rostro del candidato.
Ureña también afirmó que el periodista Miguel Reyes
Raza le cuestionó “¿oiga, nada más usted vio su discurso?” y él respondió
que sí, que lo había terminado la noche del 5 de marzo.
Incluso Don Julio Scherer relató en su libro Estos
años:
¿Conoció el presidente tu discurso antes de
que lo pronunciaras?
-Espero que me comprenda-
¿Conoció tu discurso?
-No-
Incluso el hoy senador del PRI, Emilio Gamboa
Patrón, declaró que el propio Colosio dijo en una ocasión “¿Qué le hecho yo al
señor Presidente?”, en referencia al apoyo que le daban a Manuel Camacho Solís
quien fue designado el comisionado para encontrar la paz entre el gobierno y el
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
En 1997 el chileno Luis Eduardo Silva de Balboa,
dio a conocer que presenció una reunión que se efectuó el 1 de marzo de 1994,
en una casa en Las Lomas, donde estuvieron entre otros, José María Córdoba
Montoya, Jefe de la Oficina de la Presidencia; el profesor Carlos Hank
González; Raúl Salinas de Gortari y el empresario Claudio X. González.
De acuerdo con el empresario Silva de Balboa la
reunión fue ríspida, de reclamos. Oyó decir “mira lo que está ocurriendo y lo
que puede ocurrir si esto sigue”. Y que al jefe de la oficina de la Presidencia
le dijeron “ahí tienes a tu gallo”, a lo que Córdoba respondió “no es mi gallo,
es el candidato del partido”.
Y que además escuchó decir “ese hijo de la
chingada, malparido, cabrón”, y que los reclamos iban entorno a la persona de
Córdoba “tú nos metiste en esto, no vengas ahora a justificarte, no eludas tu
responsabilidad”. En ese momento José María contestó “esto es algo que se puede
arreglar”.
Luis Eduardo comentó que esa reunión había sido el
momento más desagradable que le había tocado vivir en mucho tiempo y que oyó
algo que no podría olvidar, que dijo Córdoba, “espero que cada uno de los
presentes en esa reunión tenga un motivo para justificarse, llegado el
momento”.
Silva de Balboa abandonó el país por sugerencia de
Córdoba al día siguiente del cónclave en Las Lomas, quien le proporcionó un
pasaporte falso para dejar México y un boleto de avión a Miami. Al llegar a
territorio norteamericano, destruyó el pasaporte falso y utilizó su pasaporte
real. El 3 de marzo, Silva ingresó a Santiago de Chile y quedó registró
en el pasaporte 135.320 expedido por el consulado chileno en Houston.
Tras tres años de la muerte de Colosio, el
empresario chileno informó que la misma noche del 1 de marzo, se comunicó con el
candidato a su celular y le dijo que se iba del país por sugerencia de Córdoba
pero que quería hablar con él.
Colosio le respondió “no, ya es muy tarde”. Silva
dijo que no pudo olvidar esa frase y que de acuerdo con su interpretación,
Colosio le dijo “si Córdoba te dijo que salieras de inmediato, ya no hay tiempo
de que hablemos”, pero también pensó que le pudo decir “si vas a advertirme
algo, ya lo sé. Ya es muy tarde, la suerte está echada”.
Este sábado 23 de marzo del 2013, se cumplen 19
años del asesinato de Luis Donaldo, y a pesar de que rondan en el aire las
teorías de una conspiración de Estado, del gremio empresarial o del mismo
narcotráfico, lo cierto es que la única persona que se encuentra en la cárcel
es Mario Aburto Martínez, quien de acuerdo con las investigaciones oficiales,
fue el que disparó dos veces al cuerpo del candidato, convirtiéndose en el
único autor intelectual del crimen.
Octavio Paz escribió “hoy lucho a solas con una
palabra. La que me pertenece, a la que pertenezco: ¿cara o cruz, águila o sol?
Comienzo y recomienzo. Y no avanzo. Cuando llego a las letras fatales”. Hoy,
mañana y siempre nos seguiremos preguntando:
¿Quién mató a Colosio?
Tomado del blog: http://honornacional.blogspot.mx/2013/03/la-inoportuna-muerte-de-un-candidato.html