lunes, 26 de enero de 2009

ARTÍCULO sobre Alain Touraine


ESCUELA SECUNDARIA

www.escuelasecundaria.dnsalias.com

El Referente de la Educación Secundaria en México

ALAIN TOURAINE Y LA

EDUCACION

Manuel Hernández Pérez

Sociólogo e historiador. Profesor de la

Facultad de Sociología del Sistema de

Enseñanza Abierta de la Universidad

Veracruzana.

Alain Touraine estuvo en México del 29 al 31 de octubre del año pasado en la Universidad Iberoamericana plantel Puebla, donde dictó una conferencia sobre su nuevo paradigma para entender el mundo de hoy. Touraine es uno de los pensadores más importantes de nuestro tiempo, por ello creo conveniente plantear algunos puntos centrales de su propuesta de nuevo paradigma y en la parte final concluiré con los planteamientos que este sociólogo y filósofo francés hace acerca de la importancia de la escuela y la educación dentro de su esquema de análisis.

El planteamiento central de Touraine se refiere a que ya no podemos seguir analizando al mundo contemporáneo de la forma en que se ha hecho en los últimos dos siglos, se debe cambiar esta perspectiva: “Durante un largo período, hemos descrito y analizado la realidad social en términos políticos: el desorden y el orden, la paz y la guerra, el poder y el estado, el rey y la nación, la república, el pueblo y la revolución. Después, la Revolución industrial y el capitalismo se liberaron del poder político y aparecieron como la “base” de la organización social. Reemplazamos entonces el paradigma político por un paradigma económico y social: clases sociales y riqueza, burguesía y proletariado, sindicatos y huelgas, estratificación y movilidad social, desigualdades y redistribución se convirtieron en nuestras categorías de análisis más habituales” (Touraine, 2005:13).

Hemos pasado de un mundo dominado primero por el paradigma político al paradigma de la economía, pero hoy estamos entrando de lleno a un mundo dominado por los problema culturales, por tal motivo el pensamiento social debe organizarse en torno a ellos. Touraine es enfático al momento de hacer sus planteamientos en torno al rumbo que deben

tomar las ciencias humanas y sociales en torno a los problemas contemporáneos que buscan analizar, él plantea que debemos dar el paso de un paradigma a otro: “de un lenguaje social sobre la vida colectiva a un lenguaje cultural.

Este paso se acompaña de una mutación provocada por el rápido desarrollo de una relación directa del sujeto consigo mismo, sin pasar por los intermediarios metasociales derivados de una filosofía de la historia. Esta mutación, tan importante por sí misma, tiene un significado todavía mayor: las colectividades, vueltas hacia el exterior y hacia la conquista del mundo, son reemplazadas por otras, vueltas hacia el interior de sí mismas y de cada uno de los que viven en ellas” (Touraine, 2005:16).

De allí, que las dos nociones que están en el centro del nuevo paradigma planteado por Touraine sean el sujeto y los derechos culturales. “La proposición central sobre la que se puede reconstruir un análisis social positivo es, en mi opinión, que la invasión del campo social por fuerzas impersonales (que pueden ser denominadas no sociales) no se puede combatir ya mediante reformas sociales conquistadas por un movimiento social; tal cosa sólo puede hacerse invocando unos principios de acción que no son; tampoco, sociales, puesto que apelan directamente a lo que denominamos “derechos humanos”.Cuando todo es cuestión de vida o muerte, las intervenciones públicas no pueden bastar para resolver los problemas” (Touraine, 2005:29-30).

Este planteamiento general de Touraine sobre el mundo de hoy, es necesario para comprender la manera en que inserta en su discurso el papel que deben cumplir la escuela y la educación. Si pasamos de un mundo visto desde un “orden social” moderno al esquema de la individualización, es evidente que no podemos permanecer siempre allí: No podemos vivir sólo con procesos de subjetivación, interioridad de los seres humanos. Debemos de estudiar los procesos actuales. Como salvar o crear instituciones que protegen al individuo y sus derechos. Aquí juegan un papel importante la escuela, la familia, los amigos (Touraine, 2008).

Actualmente los maestros tienen más efecto sobre los alumnos que el orden social. Las desigualdades se fomentan en la relación maestro-alumno: “Es hacia la escuela hacia donde hay que volverse en primer lugar, porque se trata de un sector de la vida social en el que se enfrentan no sólo ideas, sino opciones efectuadas por los propios enseñantes, y sobre todo por los padres de alumnos que están convencidos de que la elección de una escuela tiene efectos profundos y duraderos sobre la vida de sus hijos” (Touraine, 2005:163).

Aunque Touraine analiza estas realidades en Francia y Europa, me parece que tiene mucha relación con lo que pasa en México, ya que estamos sufriendo grandes transformaciones y uno de los espacios que nos pueden dar pistas de por donde transitar es la escuela y su relación con el mundo no sólo público sino privado de los niños, los jóvenes y sus familias.

En México al igual que en Francia el espíritu laico fue central en la constitución de la institución escolar como tarea del estado republicano, entonces debemos distinguir dos elementos centrales: el laicismo y el espíritu republicano: “El laicismo fue y es un elemento esencial de lo que se puede llamar el espíritu republicano, es decir, el descubrimiento de

criterios de evaluación de los individuos y las instituciones en términos de bien común, de interés público, de patriotismo, de normas sociales dominantes, y también de racionalidad del saber. No todos sus defensores

concibieron el laicismo en esos términos, pero esta concepción republicana ha tenido y ha mantenido una influencia considerable. Esa

redefinición del bien y del mal por la utilidad o el perjuicio social, por la conciencia o la indiferencia respecto de los deberes de cada ciudadano hacia su colectividad local o nacional, se ha opuesto a una concepción de la sociedad fundamentada en las autoridades tradicionales y en las creencias religiosas”(Touraine, 2005:164).

Aquí nuestro autor inicia un planteamiento central, que considero debemos retomar para discutir la tarea escolar en México y es aquel que se refiere a que no podemos dividir el quehacer de los alumnos, los maestros y los padres de familia en dos mundos separados: la preparación para la vida social y profesional (esfera pública) y por el otro lado lo personal, familiar, de creencias de cada individuo (esfera privada). “Pero si el principio de laicismo debe ser aceptado plena y enteramente, no por ello hay que aceptar el espíritu “republicano”, es decir, la limitación del campo de la escuela a la preparación para la vida social, profesional o nacional. Una sociedad moderna se amputa de gran parte de su creatividad, pero también de su realismo, si no asocia el espíritu racional con el conocimiento de la historia personal, psicológica y social de cada individuo, y con la apertura al sujeto personal que se nutre de una historia y una memoria colectivas, de los orígenes del pensamiento religioso tanto como de todas las luchas por el derrocamiento de las dominaciones sociales, nacionales y sexuales” (Touraine, 2005:164-165).

Para que una sociedad sea moderna debe aceptar cierto racionalismo, de la misma manera deben ser aceptados todos los ámbitos de la vida humana. La escuela por lo tanto no debe poner al niño al servicio de la sociedad, tampoco debe ser sólo un lugar donde vaya a aprender cosas. Debe ser sobre todo un lugar para la formación de actores sociales, de sujetos personales. Por ello la escuela no debe rechazar los elementos de la vida privada, la religión, la sexualidad, las prácticas políticas, pero ello no debe llevar a privilegiar los comunitarismos sobre el predominio del espíritu de ciudadanía, por ello: “Que nunca sea fácil trazar la frontera entre esta apertura y los límites que se deben mantener hace necesaria la instauración de mecanismos de reflexión, deliberación y decisión en el interior de los establecimientos escolares y universitarios” (Touraine, 2005:165).

El debate entre vida pública y vida privada se vuelve central en la vida escolar, entonces entramos al terreno de los derechos culturales, que a decir de Touraine es el terreno de las ciencias sociales en el siglo XXI. Por ello hay que rechazar el principio de la escuela republicana que plantea que la escuela esta para dar al alumno pensamiento racional y socialización, pero dejando de lado los elementos de la vida privada: “No son las intenciones de este pensamiento escolar las que deben ser discutidas, sino sus resultados efectivos. Esta distancia igualitaria entre maestros y alumnos, asociada a una definición por los docentes de su trabajo en términos de disciplinas (matemáticas, historia, química, etc.), favorece en efecto a los alumnos procedentes de los medios más instruidos y de familias más acomodadas. A los que proceden de medios pobres y desfavorecidos…les resulta difícil superar los obstáculos levantados ante ellos por el sistema escolar, mientras que los demás son ayudados por su familia y su medio a orientarse en el mundo profesional. A hacer elecciones, a pensar su futuro. La elección entre intervenir o no intervenir en tal situación, no debe estar guiada por la afirmación de la separación entre la vida pública y la vida privada. Pues es absolutamente necesario que la escuela tome en consideración las condiciones en que un niño se forma una imagen de sí mismo y de su futuro.” (Touraine; 2005:167).

Lo que debemos resaltar en estos planteamientos, es que se trata de formar “sujetos”, debemos centrarnos en el papel de los docentes cuyo papel de enseñantes se define mejor cuando sabe comunicarse con sus alumnos y con el personal administrativo y que no sólo reducen su trabajo a enseñar ciertos conocimientos en historia, español o matemáticas.

Debemos dejar atrás la postura de protegernos detrás de ciertas disciplinas que provoca una ruptura con los alumnos, debemos dejar atrás aquella visión de la escuela como caja negra, donde los resultados de los alumnos esta determinado por su origen, incluso antes de que entren a los centros escolares.

Conclusión

Nuestro país pasa por momentos muy complicados. Cada uno de nosotros debemos tomar una postura ante estos sucesos, no importa en la actividad en la que nos desempeñemos, siempre debemos de velar por el interés de los que nos rodean. Debemos luchar porque nuestros derechos se hagan efectivos, sobre todo aquellos que se refieren a recibir una educación de calidad y en relación con nuestro medio ambiente cultural, donde sean respetadas nuestras tradiciones y saberes locales, buscando siempre convivir con aquellos que piensan diferente.

En esta tarea, el papel del docente del nivel que sea, es fundamental, pues nuestro trabajo redundará en que tengamos sociedades más tolerantes y democráticas donde se respeten los derechos y se formen verdaderos sujetos que reproduzcan estos esquemas de convivencia. Espero que esta introducción general al pensamiento de Alain Touraine, nos sirva para conocerlo mejor y en futuras colaboraciones

abordaré otros temas de su amplia obra.

Bibliografia

Touraine Alain (2005) Un Nuevo paradigma para

comprender el mundo de hoy. Paidós.

España.

--------------------(2008) Conferencia magistral con

motivo de la Cátedra Alain Touraine.

Universidad Iberoamericana Plantel Puebla.

Foto tomada de:

http://www.periodistadigital.com/imgs/20080521/alaintouraine.jpg

lunes, 19 de enero de 2009

ENTREVISTA con Marco Tulio Aguilera Garramuño


Con mi obra no busco consensos, sino la verdad interior: Marco Tulio Aguilera Garramuño

Por Edgar Onofre, Jefe de prensa de la Universidad Veracruzana

En su libro Movimiento Perpetuo, el escritor guatemalteco Augusto Monterroso asegura que para el escritor sólo hay tres temas posibles: el amor, la muerte y las moscas. Por su parte, el colombiano Marco Tulio Aguilera Garramuño dice en su novela El amor y la Muerte (Alfaguara, 2002): “Sólo hay dos misterios grandes en la vida de los seres humanos, la muerte y el amor”.

En consecuencia, la obra de Aguilera Garramuño ha estado marcada por su interés en “el amor, la mujer y el erotismo, como puede verse en los títulos de mis obras: Cuentos para antes de hacer el amor, Cuentos para después de hacer el amor y Cuentos en lugar de hacer el amor, Mujeres amadas, Juegos de la imaginación”, explica el propio escritor.

El ejercicio literario de estos intereses, no obstante, ha hecho de la trayectoria de Marco Tulio una polémica que se ha prolongado durante años. Mientras en un lado del mundo recibe el reconocimiento de su obra por parte de personajes tan importantes como el propio García Márquez, de este lado del mundo ha coleccionado numerosos desdenes que, incluso, incluyen en el anecdotario la intentona por desterrarlo de su ciudad adoptiva.

En su empecinamiento por construir una obra honesta ha pagado el precio de remar a contracorriente, pero también se ha hecho acreedor a los premios Internacional de Novela José Eustasio Rivera en Colombia; Nacional San Luis Potosí de Cuento en México, Nacional Juan de la Cabada de Literatura Infantil en México, Latinoamericano de Cuento de la revista Plural en México, Internacional de Ciencia Ficción “Bogotá, una ciudad que sueña”, Internacional de cuento Gabriel García Márquez, Internacional de Cuento de La Palabra y el hombre y ha sido finalista en los concursos de novela de las editoriales Alfaguara y Planeta.

En una entrevista realizada a finales del año pasado, Marco Tulio Aguilera Garramuño reflexiona acerca de su obra y su circunstancia, pero también ejerce su derecho a no callar y dar a conocer su punto de vista sobre algunas de las polémicas que se han generado en torno suyo:
“(La novela) El Amor y la Muerte fue finalista del Premio Alfaguara 2001, cuando ganó La piel del Cielo. El libro de Elena recibió pocos comentarios y muy destructivos en México; en cambio, mi novela recibió muchos comentarios muy positivos. Esto demuestra que no es la calidad la que gana los concursos sino la publicidad: los premios crean escritores que luego se echan a perder.
”El (premio) Alfaguara ha caído, en muchas ocasiones, en novelas pésimas. No entiendo cómo (el escritor Mario) Vargas Llosa puede firmar un acta que premia la novela de un señor que se llama (Luis) Leante que no es sino la novela de un analfabeta, absurda, una copia de la escritura de (Carlos) Fuentes.

”Hay gente que se quedaría callada, yo no, porque la novela ganadora es muy mala. Ganó porque forma parte de la ronda de la izquierda, mientras que yo no soy nadie: apenas un provinciano y eso me ha mantenido en un bajo nivel de difusión”. .
Asumir esta postura a contracorriente de la hegemonía literaria, ¿ha significado un precio que pagar?


Sí, pero se debe pagar si se quiere conservar la integridad y la honradez, las cuales terminan por permear hacia la literatura. Y desde mi provinciana actitud sigo escribiendo lo que quiero. Podría atreverme a decir que soy auténtico y que no rindo cuentas a editores ni editoriales. Tengo amigos en México, buenos escritores –porque así como he sido crítico he sido también un difusor de los buenos escritores–, por ejemplo: Enrique Serna, Juan Villoro, Eusebio Ruvalcaba, sobre los que he escrito. Y ellos lo han hecho sobre mí, pero no es elogio mutuo, sino franca admiración.

¿Cómo evita el riesgo de que esta pandilla de amigos se parezca a una capilla?
Siendo caprichoso y obedeciendo a lo que decía Kafka: el mandato interior. ¿Qué quieres hacer? Lo que sientes. ¿Qué debes hacer? Lo que te nace. Por eso el artista y el escritor son individualistas: no andan buscando consensos para hacer su obra, porque la obra no es estadística, sino una corriente interior. Por eso es que muchos de los grandes escritores son marginados, porque no buscan agradar a nadie, sino expresar una verdad interior. Y las pruebas están en la historia.

Hablando sobre su literatura, su particular interés en el erotismo, ¿éste tiene que ver con una naturaleza personal sicalíptica o se puede pensar que en el erotismo encuentra verdades humanas?
Definitivamente, las dos vertientes están presentes. Soy una persona con una naturaleza expansiva, con una energía muy grande que necesita expresarse. Tanto es así a mis 58 años, época en la que la generalidad de los hombres echan panza y comienzan a aceptar el paso del tiempo, todos los días, a las tres de la tarde, me encontrarás en la cancha de basquetbol de la colonia Magisterial, jugando con muchachos de 20-25 años y peleando de tú a tú durante seis días a la semana.

Recuerdo que cuando tenía 20 años estudiaba filosofía en la Universidad de Cali, pero también psicoanálisis, alemán, griego antiguo, todo lo que podía, mientras entrenaba (para competencias atléticas de) fondo.

Además, soy persona de proyectos muy ambiciosos. Por ejemplo, el proyecto del Libro de la Vida son cuatro volúmenes –Las noches de Ventura (Planeta), La pequeña maestra de violín (Universidad de Puebla), La hermosa vida (Conaculta) y La plenitud del amor (aún inédita)–, tirándole a un proyecto grande como (la obra cumbre del escritor francés Marcel Proust) En busca del tiempo perdido.

También como ejemplo, (la serie) Cuentos para antes de hacer el amor, Cuentos para después de hacer el amor y Cuentos en lugar de hacer el amor fue pensada así desde el principio. Y tengo una novela terminada, pero sin corregir, que se llama El sentido de la melancolía. Son mil 111 páginas en las cuales exploro uno de los problemas más graves de la actualidad y más soslayados: la depresión.

Muy poca gente no conoce a alguien deprimido, que está en cama y no se levanta en meses o años: misterios de la naturaleza humana. Esa novela sigue a Agua Clara en el Alto Amazonas (que ya estoy negociando), que empecé a escribir en un viaje que hice a la Amazonia colombiana: la recorrí, hablé con los indígenas, disfruté de un mundo paradisiaco y, regresando a Xalapa, comencé a leer todo lo que encontré sobre el Amazonas. Esa novela, en una versión abreviada, fue finalista en Premio Radio Francia Internacional, hace como tres años, y ya ampliada la estoy negociando con Siruela y Mondadori, ambas
de España.

¿Y por lo que hace al erotismo como manifestación profunda del hombre?
El erotismo es el modelo de todos los comportamientos del humano. Es la expresión de una energía original. Es, en cierta forma, una manera de buscarle sentido a la vida, a la existencia. Es por eso que cuando uno tiene un amor correspondido y una vida sexual plena duerme en paz y se levanta feliz. El erotismo satisfecho es la clave para una existencia feliz, mientras que, paradójicamente, la desventura tiene mucha relación con el origen del arte. Muchos escritores artistas han sido profundamente desgraciados y uno podría hacer una lista de tipos geniales que han tenido depresiones profundas: Hemingway, Mahler, Woolf, etcétera.

En una entrevista usted sostuvo que las relaciones humanas parecen al borde del cataclismo, ¿podría abundar al respecto?
Cuando me hicieron esa entrevista no estaba contento con el mundo, pero siempre defiendo mi derecho a cambiar de opinión constantemente; en mi trabajo y mi casa a veces digo una cosa y luego otra. ¿Por qué? No sé, serán cambios de humor.

No obstante, me parece que sí es concebible el fin de la raza humana. Nos estamos acabando la naturaleza, y así como hemos visto ciclones y tsunamis, es dado pensar que posiblemente veamos un tsunami que arrase con toda América. Sí, es posible que se acabe la raza humana. Incluso podría ser hasta deseable. Y si se conserva una sola pareja, mejor, tienen todo un mundo nuevo para inaugurar.

Pero otra cosa que podría terminar con la humanidad es la depresión. Aunque no la veamos en la provincia, que todavía conserva algo de paradisiaca, sino en el DF y las grandes ciudades que cada vez más son un mundo de gente desagradable. Basta ir en el metro y ver 20 ó 30 personas con la mirada perdida.

¿Se puede hablar de una infelicidad crónica?
Yo creo que sí, particularmente en las grandes ciudades, porque en las ciudades chicas todavía existe el aire limpio y una relativa salud. Si la humanidad se salva, será en las pequeñas ciudades.

¿Su energía interior y su obra oscilan entre lo sublime y lo trágico?
Y también lo truculento. Si lees mis cuentos, hallarás muchos de ellos truculentos. Incluso, copiando el estilo de (el escritor brasileño) Rubem Fonseca, tengo un cuento que se llama Olor a cuero, otro que se llama El suave olor de la sangre y otro que lo inicio diciendo: “Quiero copiar a Rubem Fonseca”. Estos cuentos son de los que más han llamado la atención, al grado de que de El suave olor de la sangre se hizo película, radio y teatro en Colombia.

Por cierto, hablando de Rubem Fonseca, él me dijo el elogio más grande de toda mi vida. Lo conocí en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y me dijo: “Precisamente en la comida estábamos hablando de ti y estuvimos de acuerdo en que eres uno de los grandes cuentistas del mundo castellano”. Me sentí muy contento porque para mí, como cuentista, Fonseca está hasta arriba, junto con Julio Ramón Ribeyro. Y yo le dije: “Te presento a tu más fiel imitador, yo”. Nos hicimos amigos e incluso estamos negociando para ver si me convierto en el revisor oficial de sus traducciones al español, que son muy malas.

Estando un día de un lado de la acera y al día siguiente en el otro, ¿ha tenido la sensación de que unos lo halagan y otros lo ningunean?
Definitivamente, tanto es así que han llegado al Diario de Xalapa artículos muy importantes de España y otras partes del mundo, muchos, y no los publican. No sé por qué.

¿Y qué le hizo usted a los xalapeños?
Es muy sencillo. Vivimos en una ciudad que se precia de intelectual, artística, y todo mundo se siente artista. Y todos ellos, particularmente los que no son artistas de verdad, son muy envidiosos. Yo quiero que le preguntes a algún muchacho que escriba actualmente cómo he sido con él. Aquí, en Xalapa, he formado a escritores que me niegan. Siempre he sido un apoyo para la otra gente y lo que entiendo es que la gente que me tiene animadversión no ha leído nada de lo que he escrito.

¿No será que se resistió a entrar a las capillas locales?
¿Y qué capillas hay aquí? El juego de sentirse artista lleva a ningunear a los otros y, personalmente, no creo ningunear a nadie. Incluso tengo amigos que son grandes escritores veracruzanos, que han publicado libros malos y pésimos, que compro sus libros, no me los regalan, y digo: esto es una vergüenza y le llamo para decírselo. Pero si es un buen libro, me sobran palabras para elogiar a la gente. No soy tacaño. Yo quisiera encontrar gente talentosa para ayudarla. Y está canijo encontrar un buen escritor o cuentista: leo inéditos tras inéditos y rechazo el 99 por ciento.

Ha encontrado amistades y odios, amores y desprecios en la literatura, ¿cuáles han sido los amores más importantes? Y no me refiero sólo al calor de mujer.
La lista de gente valiosa que ha reconocido mi trabajo de forma elogiosa es muy larga: Edmundo Valadés, Humberto Musacchio, Gabriel García Márquez, Germán Vargas, José Agustín se deshizo en elogios, Eusebio Ruvalcaba, Enrique Serna, Rosa Beltrán. Incluso, hace años, en Colombia, una viejita me dijo: “Pasé el fin de semana más delicioso con usted, en la cama, con un libro suyo”. Puedo coleccionar a los amigos, lectores y críticos internacionales: Peter Broad, John Brushwood, Wolfgang Luchting y Raymond Williams. Y la lista de gente que ha mostrado aprecio por lo que hago no se conforma de gente que uno se topa por la calle, sino gente acreditada.

En cambio, en Xalapa pareciera que hay un movimiento para demostrar que no existo. A toda la gente que respeta mi trabajo le digo lo mismo: metan mi nombre al Internet y vean cuántas entradas les salen: más de cuatro mil 500. Tal vez en Xalapa no sea nadie, pero en Internet sí lo soy…

¿Y es importante ser alguien en Xalapa?
Sí, porque uno vive su vida aquí. Lo que vale la pena es que tengo el respeto y el apoyo de mi Universidad. A esta institución le debo 90 por ciento de lo que soy. Llegué aquí hace 30 años y aquí me voy a morir (dentro de 80 años, pues mi plan es llegar a los 150). Aunque también es satisfactorio no ser nadie porque no tienes que escaparte de nadie ni tienes que esconderte y eso es muy bueno. He tenido experiencias profundamente desagradables a partir de que algunas personas han tenido problemas con lo que escribo. Irrepetibles, incontables. Prefiero ser cola de ratón en provincia y poder salir a jugar basquetbol.

Y si se trata de farandulear, me voy a la FIL de Guadalajara. Xalapa no es el mundo. Es lo que le dije una vez a Castañón, quien a partir de ciertas críticas que hice públicamente, me dijo: “Mientras yo esté en el Fondo de Cultura Económica (FCE), nunca vas a publicar ahí”. Y yo le dije: “Ni el FCE es todas las editoriales ni México el único país”. Punto.

Es bueno y malo ser alguien. Yo no aspiro a tener la vida de García Márquez; sí a escribir las cosas que escribe él, en términos de calidad, pero no quiero ser perseguido ni ser Britney Spears.


Foto: http://www.uv.mx/universo/

lunes, 12 de enero de 2009

ARTÍCULO sobre situación actual en Cuba


Cátedra José Martí

Cuba: desafíos para un aniversario

Armando Chaguaceda (1)

Arena de pasiones encontradas, mitos ideológicos y conquistas sociales, Cuba conmemorará en enero próximo el medio siglo del histórico triunfo revolucionario de 1959. Y lo hace ataviada con realidades contrastantes. La isla es el único país de América Latina cumplidor de las metas del Milenio de la ONU, cuenta con la mortalidad infantil más baja del hemisferio (7 por cada mil nacidos vivos) y una expectativa de vida de 78 años; posee un 99% de los niños escolarizados, la mitad de su población entre 18 y 25 años está incorporada a la educación superior y todos cuentan con una cobertura de salud y seguridad social universales. Los niveles de desigualdad son acotados y se apoya a las regiones y familias vulnerables, con un control estatal de los recursos naturales y económicos fundamentales, que permite diseñar y aplicar políticas de desarrollo relativamente autóctonas. La psicología y cultura popular nacionales reivindican valores como la equidad, solidaridad, la dignidad y el espíritu emprendedor, reforzados en su mayoría por políticas de la Revolución.

S
in embargo, la isla también enfrenta desafíos mayúsculos: desde hace 30 años no garantiza su reemplazo poblacional de largo plazo y desde el 2006 la población cubana decrece (2) y envejece ante el efecto combinado de la baja natalidad (hija del alto nivel educativo), la buena cobertura médica, el peso de las dificultades económicas y una migración con énfasis en jóvenes calificados. Existe un 20% de pobreza urbana y una extensión del subconsumo; pulula una amplia economía informal y el irrespeto de una legalidad frecuentemente interpretada como ilegitima por una ciudadanía carente de cultura jurídica. El interés de institucionalizar los procesos choca con el hasta ahora amplio ejercicio discrecional de decisiones ejecutivas y la (con)fusión entre el Partido Comunista de Cuba (PCC), el Estado y el Gobierno; con una cultura de gestión política centralizada y verticalista, que ha estimulado poco el desarrollo efectivo de los poderes populares locales y restringido funciones ministeriales. Mientras que al gobierno de los Estados Unidos se le percibe como amenaza histórica a la independencia nacional, la sociedad gringa aparece como horizonte de vida deseable para cantidades significativas de personas.

Durante el período que va de agosto de 2006 a febrero de 2008 fue efectuado sin sobresalto el relevo de liderazgo, las funciones de mando fueron repartidas y el presidente Raúl Castro impulsó un fortalecimiento de la institucionalidad, dirigido por el Partido. Los cambios son particularmente necesarios para un 70% de los 11 millones de cubanos nacido después de 1959, con énfasis en los tres millones de habitantes menores de 20 años, para los que la crisis material y sus efectos morales constituye “su vida y visión del socialismo”. El saldo de la etapa se expresó en un conjunto de decisiones puntuales: el ajuste de las inversiones de la “Batalla de Ideas” (3); el pago de deudas estatales a campesinos privados y la elevación hasta en un 250% de los precios “de acopio” que paga el Estado por la leche y carne producidas por aquellos; cierta flexibilización de la política aduanera para permitir la importación individual de artículos electrodomésticos. Y se produjo el anuncio de una añorada reforma salarial que eliminaría los topes a los ingresos devengados, estimulando el desempeño personal.

Durante la etapa se emprendieron algunas inversiones industriales (petroquímica), se rehabilitaron acueductos y viales, se acometieron cruciales obras hidráulicas en las provincias orientales, afectadas por la sequía. También se impulsó la producción y comercio territoriales de hortalizas y leche, hubo un sensible mejoramiento del transporte público en la capital y cierta recuperación en sector de la salud, la gastronomía y el comercio. Sin embargo continuó restringida la oferta de la libreta de racionamiento (válida para cubrir por 15 días (4) las necesidades básicas de alimentación), se mantuvo el estancamiento de los ingresos personales reales (cada familia destina actualmente a la alimentación casi el 80% de sus ingresos personales), mientras el modesto incremento salarial de fines del 2005 fue reducido por el aumento de la tarifa de electricidad para el ahorro energético.

Aunque algunas demandas populares (fin de restricciones a viajes al exterior de los ciudadanos, más espacio a iniciativa personal, etcétera.) siguen durmiendo el sueño de los justos, se han levantado prohibiciones relativas al acceso a los hoteles; al servicio de comunicación celular y a la venta de varios tipos de bienes de consumo demandados por segmentos solventes de la sociedad. Desde diversas ópticas estas “aperturas” han sido frecuentemente valoradas desde enfoques polares (apuesta de la libertad personal con énfasis en derecho formal versus defensa de una equidad social anclada en la capacidad efectiva de realizar el consumo) revelando la necesidad de un marco de creación y ejercicio de derecho con participación ciudadana y del control de acciones discrecionales del funcionariado. Esto toda vez que tanto un perfeccionamiento democrático del socialismo, como la defensa de los intereses populares ante una potencial restauración capitalista (dirigida por segmentos de la tecnoburocracia), supondría el impulso a formas de contraloría social, rendición de cuentas y creación de interfaces “sociedad civil-estado” donde la primera no sea mera correa de transmisión de las decisiones del segundo.

En la dimensión exterior, la necesaria y promisoria orientación latinoamericanista recibe hoy impulsos con la continua condena al bloqueo yanqui, la entrada cubana al Grupo de Río, y el espaldarazo del gobierno brasileño (con incremento del comercio, el crédito y las inversiones) simbólicamente sancionado con la invitación de Lula a Raúl para una visita a tierras cariocas. La normalización migratoria con México y las mejoradas relaciones con Argentina y Colombia parecen apuntar a una dirección positiva. Sin embargo, el acercamiento Cuba-América Latina confronta varios escollos fundamentales. Las dificultades internas de los aliados (conflicto de autonomías en Bolivia, disputa electoral en Nicaragua, fortalecimiento de la oposición en Venezuela), las presiones de la actual crisis económica mundial y el hecho de que los nuevos gobiernos “progresistas” de la región hablan un lenguaje diferente del discurso y cultura política oficiales cubanas son algunos de ellos.

Afortunadamente, existe en el liderazgo un consenso en la necesidad perentoria de sacar adelante la economía y aumentar la producción de alimentos. (5) Éstas y otras medidas de beneficio popular (construcción de vivienda, aumento de pensiones –limitadas en su aplicación y expansión ante las demandas acumuladas y los factores demográficos ya señalados– y cese de prohibiciones absurdas) pueden mejorar el entorno donde se ejerce la gobernabilidad y rebajar la presión social pero no bastan para reconstruir el monopolio estatal de asignación de recursos, valores y movilidad social de décadas pasadas, mientras las prácticas generalizadas de ilegalidad vinculadas a economías de sobrevivencia minan los fundamentos morales y la base material del poder.

La actual coyuntura es sin dudas un espacio de retos y oportunidades, siempre influidos por las contingencias. Como plantea un destacado politólogo cubano: “En la burocracia uno se puede encontrar personas más propensas y menos propensas al cambio, pero dentro de la burocracia en posiciones de poder hay un sector recalcitrante que no querría ceder un ápice de poder, descentralizar, darle más participación a la gente en las decisiones”. (6) Obviamente, con un liderazgo histórico en declive, los gobernantes tendrán que desarrollar nuevos mecanismos de movilización y participación política, es decir, tendrán que establecer nuevas “reglas del juego” para lograr consenso y manejar los conflictos internos. La pregunta entonces será si se radicalizarán estrategias ancladas en visiones conservadoras de “los valores históricos de la Revolución”; si se emprenderán reformas económicas al estilo chino o vietnamita o si se reinventa, participativamente, el socialismo cubano.

El reto más subversivo, difícil y urgente es garantizar la continuidad sostenible de las grandes promesas de la Revolución (soberanía nacional, desarrollo autóctono, justicia social) imbricándolas con mayores cotas de protagonismo popular y reconocimiento de la pluralidad. Ello implica, como acertadamente dice Rafael Hernández, director de la prestigiosa revista Temas “(…) abordar problemas de fondo, entre ellos: ampliar las formas de propiedad de los medios de producción para incluir la propiedad social y privada, fortalecer la hoy deficiente participación de los ciudadanos en las decisiones de gobierno y en el control de las políticas públicas y rearticular el consenso político en torno a un nuevo modelo de socialismo (…)” y sobre todo aceptar que “(…)En el socialismo, el diálogo entre los dirigentes y la opinión pública, y los cambios derivados de éste, deberían ser parte de la política normal, no una campaña o una consigna para ciertas etapas de crisis. Que el proyecto socialista se renueve depende en buena medida de esa capacidad del liderazgo para interactuar con un pueblo educado gracias a la Revolución y que por eso mismo tiene su propio criterio”. (7)

Preservar un conjunto de conquistas de la Revolución, destacándose la noción de derechos sociales efectivos, universales y asimilados cómo responsabilidad estatal, junto a la aspiración a una creciente participación política de sujetos populares, son condiciones para desplegar una democracia socialista. En Cuba, ello supone la necesidad de superar la fragmentación asociativa generada desde la institucionalidad estatal, el fomento de espacios autónomos de organización popular, la reactivación y resignificación de las organizaciones de masas (reorientando su misión social), el impulso a las formas de democracia laboral, descentralización y gestión participativa de lo local y una real democratización de las instituciones y organizaciones políticas capaz de frenar el fortalecimiento burocrático. (8) Pero también el despliegue de un modelo de desarrollo agrícola ecológicamente virtuoso, integrador de factores productivos, sociales y culturales, que reconozca preferencia a las formas socialistas (no meramente estatales), la complementariedad de modalidades de propiedad y gestión y la conformación de redes económicas territoriales que sustenten un desarrollo local armónico y centrado en las necesidades ciudadanas. A fin de cuentas, el socialismo cubano, vencido el reto de la sobrevivencia, tiene ante sí la enorme responsabilidad de revitalizarse como esperanza para la gente de a pie, tanto dentro como fuera de la heroica y hermosa isla caribeña.

(1) Politólogo e historiador. Profesor del Campus Virtual de CLACSO, miembro de la Cátedra “Haydeé Santamaría” de la Asociación Hermanos Saìz (Cuba), doctorante de la Universidad Veracruzana.
(2) Por factores aún no suficientemente claros, algunas cifras indican que en el primer semestre de este año se produjo un moderado crecimiento poblacional, fenómeno que habría que seguir atentamente.
(3) Conjunto de planes e inversiones sociales de variable impacto, inspirados por Fidel Castro y dirigidos centralmente por equipos constituidos al efecto que tratan de enfrentar problemas y demandas acumulados en los críticos años 90: desempleo juvenil, falta de personal docente y de salud, servicios médicos de alta tecnología, restauración de centros culturales, ediciones masivas de libros, entre otros. Funcionando paralelamente a (e imbricándose con) los servicios públicos tradicionales, han utilizado grandes montos de recursos del presupuesto nacional, a partir de su despliegue en el año 2000.
(4) Se trata de un dato que refiere lo asignado en Ciudad de la Habana, ya que el resto de las provincias y especialmente las zonas rurales reciben aún menos productos. Y en todo el país hay rubros (aseo, grasas, cárnicos, lácteos, verduras, etc.) que deben comprarse en establecimientos corrientes, a precio de mercado.
(5) El vicepresidente Esteban Lazo, en una reunión del PCC en la provincia de Matanzas el 17 de junio de 2008, llamó a trabajar “con disciplina” y “mayor eficiencia” para aumentar la producción de alimentos, disminuir las importaciones cómo “estrategia fundamental del país y la mayor contribución que puede hacer hoy el Partido para salvar el socialismo”. Durante la Asamblea Provincial del PCC en la provincia de Santiago de Cuba, a finales de julio de 2008, el primer vicepresidente José Ramón Machado Ventura, mencionó “la baja productividad de las fuerzas, falta de exigencia, ausentismo y el descontrol existente en no pocas entidades” como factores responsables de los “insuficientes niveles productivos” en el sector agropecuario de la provincia, más allá de la limitación de recursos.
(6) “En juego, un nuevo modelo del socialismo en Cuba”; entrevista a Rafael Hernández, Gerardo Arreola, La Jornada, 29 de noviembre.
(7) Rafael Hernández, “El reto, un nuevo modelo”, revista Proceso No 1634, 24 de febrero de 2008, México. Enfoques esencialmente compartidos por este autor son los de Carlos Alzugaray, “Una aproximación desde la Isla, El ser y el devenir político de Cuba en los albores del siglo XXI”, Dossier “Cuba el cambio a debate”, revista Encuentro, 2008; y “Cuba en su laberinto”, entrevista realizada a Aurelio Alonso, publicada el 15 de noviembre de 2008 en la revista digital La Ventana, de Casa de las Américas. Sugerentes resultan algunos criterios vertidos en “Sobre la transición socialista en Cuba: un simposio” revista Temas, no 50-51, abril-septiembre de 2007.
(8) Julio César Guanche, “La autogestión del futuro” (inédito), ponencia presentada en Belén do Pará, Brasil, en el verano de 2008. También Haroldo Dilla “La dirección y los limites de los cambios”, revista Nueva Sociedad, No 216, julio-agosto de 2008 y Armando Chaguaceda, “La ley y el desorden: lecturas desde la suciedad incivil”, revista Alma Máter, octubre de 2008, la Habana.

Tomado de: http://www.uv.mx/universo/339/infgral/infgral_40.htm

Foto: Nancy Ortiz

domingo, 4 de enero de 2009

ARTÍCULO sobre la pena de muerte

Asesinar a los asesinos

Por Nancy Alejandra Ortiz Ochoa

Educadora y socióloga

En la mayoría de los países civilizados la pena de muerte se no se usa desde hace mucho tiempo incluso más de un siglo, casualmente los países considerados retrogradas (incluido Estados Unidos) son los que aún conservan esa ley. La pena de muerte está ligada a castigos bárbaros practicados en las sociedades primitivas.

En nuestro país el último ejecutado por pena de muerte fue en 1964 y la abolición de esta ley tan sólo tiene tres años (Diciembre del 2005). Es algo que ya se superó en muchos países incluido México y no veo la necesidad de retroceder en el tiempo y volver aplicar esa ley.

En Estados Unidos hay 30 000 muertes por disparo al año (58% suicidios, 40% asesinatos y 2% accidentes) es el país donde más gente muere por arma de fuego, tan sólo hay 200 millones de armas en manos de particulares. La pena de muerte a los asesinos de este país parece no importarles mucho.

El argumento sobre el “análisis” gringo de que se evitan futuras muertes me parece más una justificación que un argumento real. No podemos saber que la persona condenada a muerte iba acometer más crímenes, por el contrario, trivializar la muerte tiene como consecuencias una desvalorización de la vida. Los gobiernos que se atreven a quitar la vida de sus ciudadanos poca ética y credibilidad tienen para exigirle a esos ciudadanos el respeto por la vida de los demás.

Ahora, supongamos que la pena de muerte fuera realmente una solución para la descomposición social que se vive actualmente en México. Con el sistema de justicia que tenemos, seguramente sólo morirían los asesinos que no pueden pagar por su libertad y la gente incomoda al estado y sus gobernantes. Existe en México una impartición de justicia deficiente, no hay órganos jurídicos confiables, ni buenos cuerpos de investigación, ni honestos cuerpos judiciales, es decir, no existen las condiciones necesarias para aplicar la ley de manera eficiente.

La pena de muerte es retrograda, apuesta al condicionamiento más que a la educación, más a la sanción que a la evitación de los crímenes, para el estado es más cómodo castigar que prevenir, prefieren atemorizar que cuidar.

Me parece además, que debido a esta ola de terror que se vive en el país, los gobiernos aprovecharán la histeria y ceguera colectiva para disminuir muchas garantías individuales. La gente llena de temor le pedirá a gritos al gobierno que aplique la pena de muerte, que cateen sus casas sin previa orden, que el ejercito ande por las calles, que pongan retenes en todas las carreteras, que apresen y golpeen a cualquier manifestante (por si las dudas) que acallen a todo aquel que tenga una idea diferente, que apliquen antidoping a niños preescolares. Claro, para llevar acabo este plan, dirán: tenemos que incrementar los impuestos, aplicarlos a medicinas y alimentos, reducir el gasto público en ciertos sectores como la educación y la salud, quitarles derechos a los trabajadores, aumentar y aplicar impuesto a la gasolina, ¿Qué les parece si de paso privatizamos PEMEX y permitimos que Estados Unidos utilice nuestro espacio aéreo y terrestre para defender nuestra soberanía nacional? ¿Les parece todo esto descabellado? A mí más. Pero ¿qué creen? Todas son propuestas y medidas gubernamentales, algunas ya efectivas y otras próximas a volverse realidad.

Por último, espero que los ciudadanos no contribuyan al abono de este camino de atropello e impunidad, no le hagamos la comparsa al gobierno. Apostemos mejor a vivir en una sociedad educada y conciente socialmente que vivir en una sociedad hostil, atemorizada, amenazada y con poco aprecio por la vida.

foto de: http://aplacetoreturn.files.wordpress.com/2007/08/iran.jpg