Reseña de Serie Cobra Kai
Por Osiris Aquino
Sé que no fuiste tú, fue Cobra Kai: la masculinidad tóxica exacerbada a través del karate
En la gustada sección de “reseñas no solicitadas”, presentamos una breve revisión a la serie “Cobra Kai”. Y ojo: no critico al karate. Ya lo dijo el Sr. Miyagi: "No existen malos alumnos, sino malos maestros".
Hablar de Cobra Kai (2018) es hablar de la nostalgia por la euforia generada por la película Karate Kid (1984), en la que Daniel LaRusso (pobre sin padre), es un preparatoriano que sufre de bullying por parte de un grupo de estudiantes de karate liderados por Johnny Lawrence (cuyo padrastro es rico). LaRusso aprende karate “para defenderse” gracias a su sensei Nariyoshi Miyagi o Señor Miyagi, como lo conocemos y la trama lleva a LaRusso a enfrentar a Lawrence en la final del torneo de All Valley en donde resulta vencedor el joven de ascendencia italiana.
La serie Cobra Kai responde una pregunta que nunca nos habíamos hecho los cuarentañeros que vimos Karate Kid: ¿Qué fue Johnny Lawrence luego de aquella patada con la que perdió, incluso, el respeto de su sensei, John Kreese?
En 2018 YouTube Premium emitió esta serie. No la vi en ese momento, sino hasta que llegó a la plataforma Netflix. Debo reconocer que tenía mis dudas sobre la misma. “¿El Karate no murió en los 80?” Pero bueno, me ganó más la curiosidad. En los primeros dos capítulos vemos a un Johnny Lawrence fracasado, emocionalmente afectado por la derrota aquel ya lejano 1984.
También vi a un Daniel LaRusso dueño de una agencia distribuidora de vehículo, egocéntrico, mamón, pues. Viviendo de ese triunfo. Y hay un momento en que, luego de muchos años de evitarse, se encuentran Johnny y Daniel. LaRusso intenta ser condescendiente con su rival de antaño y trata de “limar asperezas”: “Sé que no fuiste tú, fue Cobra Kai” y sentencia: “Estamos mejor sin eso”.
Lawrence responde con la apertura de un dojo de karate que denomina Cobra Kai, al que llega un joven migrante (Miguel) que sufre bullying por parte de algunos compañeros de la escuela. Sí, hasta cierto punto parece cíclico pero el desarrollo, visto a la distancia es digna de analizar capítulo tras capítulo. Nuestro protagonista le advierte a Miguel que el karate que se enseña en Cobra Kai es “Un método de lucha contra las necesidades de tu generación de nenitas”.
A primera vista nos reencontramos con un tipo de “humor” ochentero, misógino, machista cargado de frágil masculinidad (algo que pasamos por alto en Karate Kid I) y provoca nuestra nostalgia por los 80s (la música, el golfito), la vida perfecta de Daniel vs la vida de un Johnny perdedor.
Pero también nos engancha gracias a la participación de los actores originales que encarnan a los personajes de las películas Karate Kid I y II: Tamlyn Tomita como Kumiko, Yuji Okumoto como Chozen Toguchi y, por supuesto, Elisabeth Shue como Ali (la ex novia de Johnny por quien inicia la rivalidad con Daniel –ajá, todo se trata de la masculinidad tóxica-), excepto Pat Morita (Sr. Miyagi) quien falleció en 2005.
La vida de Daniel LaRusso era perfecta hasta que llega Cobra Kai, el dojo de su enemigo de juventud Jonnhy Laurence. Además del choque generacional, en la serie se plantea el manejo de emociones a través del karate. Incluso hay un momento en que Miguel nota la misoginia de su maestro:
— ¿No se pasa al hablar del género?
— ¿De qué demonios hablas?, responde Johnny.
— Mi consejera dice que ciertas palabras perpetúan la visión sexista...
— ¡Silencio!
También encontramos otros elementos que saltan a la vista: Las distintas figuras paternas, el bullying y el nulo acompañamiento pedagógico, los perdedores, las populares y bonitas, la rivalidad engendrada desde las masculinidades, la comunidad latina, el señalamiento a los cuerpos gordos y las mujeres tienen un rol secundario que actúan en consecuencia al discurso patriarcal.
Pero la serie adquiere un nuevo giro cuando aparece el sensei de Johnny Lawrence: John Kreese, enemigo jurado del Sr. Miyagi, uno ex combatiente de Vietnam, el otro veterano de la Segunda Guerra Mundial. En realidad Kreese se vuelve protagonista de la serie al determinar las acciones y reacciones de todos los que forman parte de este universo.
A lo largo de 3 temporadas, Cobra Kai revela el origen de esta rivalidad entre Daniel y Johnny que permea a sus hijos e hijas e inciden en las relaciones afectivas que se tejen en la serie. Pero también nos va mostrando que Kreese o Johnny no son del todo los “malos”: Sin disculpar, por supuesto, la omisión afrontar sus frustraciones, sus actos obedecen a la norma impuesta por una masculinidad heteropatriarcal blanca que está siempre presente en una de las paredes del dojo.
@Osiris_Aquino
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