lunes, 14 de julio de 2008

TEXTO: La Cuba de Reynaldo Arenas


y con la lengua afuera
©Por Daniel Ferreira.


“Un hombre me seguía de cerca con una pistola, yo corrí y me subí a un árbol en el que estuve varios días sin atreverme a salir.
El parque se llenó de policías. )(A los tres días bajé del árbol.
Tenía un hambre enorme… Insólitamente, en el mismo árbol en que yo había estado subido, había un cartel con mi nombre, mis señales, una foto mía y un enorme editorial que decía: SE BUSCA. )
( Nunca dormía en el mismo sitio. Me refugiaba en cunetas llenas de grillos, cucarachas y ratones… a veces, en la noche, continuaba leyendo La Ilíada con ayuda de la fosforera.” Reinaldo Arenas. Antes que anochezca.
Si en algún libro se puede aprender por acto reflejo todo lo que se necesita para escribir (si esto no resulta de por si una imposibilidad ontológica), si en algún libro caben retratados todos los míseros escritores latinoamericanos que han vendido su vida al mejor postor y se han envilecido en trabajos y en profesiones despiadadas que postergaban una obra o los diezmaba anulando su creación, si hay un libro en el que quede plasmado todo el horror de una censura por tener un pensamiento políticamente incorrecto, si en lo que va de un libro de memorias a una novela sobre la vida y la muerte es posible definir la literatura como lo que es: no un oficio, sino una maldición (y al planeta tierra como lo que es: el engaño de un Dios que da el infierno por mundo), si hay un libro que provoque el prodigio de dos emociones opuestas al mismo tiempo: la ira y la ternura, el odio y el amor, el horror y el valor, la locura y la lucidez, y si hay un libro que sea la venganza de un pobre y exiguo escritor contra todo el género humano (que se lo merece), ese libro se llama Antes que anochezca.

Es el último libro que escribió Reinaldo Arenas antes de lanzarse al vacío desde su apartamento de Hell’s Kitche al pavimento de Nueva York, para así adelantársele a un final inminente a manos del SIDA. Se llama “Antes que anochezca” por la sencilla razón de que Reinaldo Arenas tuvo que vivir varios meses escondido en un parque público de la Habana, huyendo de la policía, y en esos meses tuvo que escribir lo poco o mucho que pudo escribir, antes de que cayera el sol, antes del anochecer.

¿De qué huía el escritor cubano? De casi todo. Huía de sus amigos, que lo traicionaron. De la policía secreta que lo perseguía por contra-revolucionario.

De los escritores que no le perdonaban su independencia intelectual. De su tía, que no le perdonó su homosexualidad y terminó vendiéndolo. Huía del brazo largo de Fidel Castro. Huía de Cuba. De su pasado. Huía sin poder huir. Dormía en los árboles de ese parque, dormía en las piedras, en un lago desecado y a la orilla del mar:


Que se viste de blanco, dicen.

Que es un demonio, dicen.

Que sólo su presencia corrompe, que algunas calles se hanencorvadogracias al maleficio de su mirada.

Que lo vigilan, dicen.

Que de un momento a otro lo van a fulminar, dicen.

Dicenque lo han visto buscar algo extraviado en el pinar cercano.

Que no se peina, dicen.

Que usa pelucas, dicen, que no come,dicen.

Que es terriblemente cruel y que su rostro varía de acuerdo alrigor de las estaciones.

Dicen que por las noches sale a robar a la tintorería cercana.

Dicen que por las noches envenena a los perros,tira cubos de agua hirviendo al patio,Rompe un bombillo,Lanza una piedra a la casa de enfrente.

Que no tiene padres, dicen.

Que no trabaja, dicen.

Que sólo se entiende con el mar, dicen.

Que no es un ser humano, dicen.*


Esto decían, en su persecución, los detractores. Y tal vez era cierto. Tal vez Reinaldo Arenas era todo eso, y más. Era un poeta.

Y un poeta nunca olvida. Ese es su deber. Ser un testigo insobornable. Hasta es las más agudas desolaciones, sin embargo, el poeta parece reírse de una vida que incluso a él mismo, que la padeció, le suena irreal.

Hasta en los momentos más difíciles oímos decir a su humor cáustico: “Procuraba permanecer la mayor parte del tiempo en el agua, (pero) aun en aquella situación de peligro inminente tuve mis aventuras eróticas con muchachos pescadores, siempre dispuestos a pasar un rato agradable con alguien que les echase una mirada promisoria a la portañuela.

”Hay un instante en que el lector de esta memoria formidable levanta la grupa, toma café, fuma una bocana y puede pensar en su confortable sofá que nada puede ir peor con el protagonista, que la huída de Reinaldo Arenas por un mar infestado de tiburones en un neumático con una botella de ron es absolutamente el fin de las capacidades de un hombre, pero baja el pocillo, vuelve a leer, y entonces viene la imposibilidad de escapar, viene el tiempo de vivir en los árboles del parque Lenin, y cuando ya empieza a parecernos insólito que un cuerpo de seguridad en uno de los países más vigilados del mundo sea incapaz de capturar a un pobre escritor desarrapado que se oculta en un parque público, entonces apagamos el cigarrillo con impaciencia, volvemos a leer y viene la captura de Arenas, y cuando pensamos que aquella cárcel del Morro constituye una de las páginas más escalofriantes que se hayan escrito sobre la degradación humana (y que Reinaldo Arenas ya no soportará mucho), escupimos también el tinto y lo cambiamos por vino o Whisky (que misteriosamente echa a saber a sangre y a mierda) y volvemos a leer con aprehensión y llegan las torturas, y cuando pensamos que nada puede ser peor que estar a punto de ser desaparecido sin que nadie sepa de su paradero, volvemos a los cigarrillos y al siguiente capítulo, y con este capítulo viene el descubrimiento y el doble dolor de que tus propios amigos te traicionen, y cuando ya escupimos de asco una vez más y parece que ningún extremo moral y físico puede prolongarse por mucho tiempo, y que vamos a necesitar café para seguir leyendo el resto de la noche el libro de Arenas volvemos a encender el cigarrillo y otro y otro, y todo se dilata en el devenir del relato y en el tiempo perpetuo de los condenados a trabajos forzados.


“Antes que anochezca” tal vez no tenga una prosa muy pulida, es cierto. Pero no porque Arenas fuese incapaz de una prosa pulida.

Basta sumergirse en novelas apasionantes como Otra vez el mar, que tuvo que reescribir cuatro veces (las veces que perdió su manuscrito, o fue confiscado por las autoridades cubanas) y basta pensar en versos pulidos como “Morir en junio Y con la lengua afuera” para saber de ritmo.

No es prosa pulida la de sus memorias, porque se las dictaba a una grabadora para ser trascrita luego por sus amigos de Nueva York.Reinaldo Arenas, tras contraer SIDA, y después de soslayar provisionalmente los embates de dos pulmonías y un cáncer en metástasis, está demasiado débil para teclear. Sabía que la enfermedad desconocida lo mataría pronto.

Había tenido una experiencia mística (que narra hacia el final de Antes que anochezca) y suponía que sus días estaban contados: “Cuando yo llegué del hospital a mi apartamento, me arrastré hasta una foto que tengo en la pared de Virgilio Piñera, muerto en 1979, y le hablé de este modo: ‘Óyeme lo que te voy a decir, necesito tres años más de vida para terminar mi obra, que es mi venganza contra casi todo el género humano’.

Creo que el rostro de Virgilio se ensombreció como si lo que le pedí hubiera sido algo desmesurado. Han pasado ya casi tres años desde aquella petición desesperada. Mi fin es inminente. Espero mantener la ecuanimidad hasta el último instante. Gracias, Virgilio. Nueva York, Agosto de 1990”.

Lo dictó todo a su grabadora, pulió alguno de sus ocho libros de novelas, de sus muchos relatos y rimó las últimas poesías, y luego de dictar una carta donde exonera de culpas a todo el mundo, menos a Fidel Castro, se suicida el 7 de diciembre de 1990 arrojándose por una ventana del apartamento.


La imagen viva que le queda al lector de Reinaldo Arenas y de sus memorias, varía según el pasado puritano y militante de tal lector, o según el repertorio de reglas morales que imponga un juicio crítico a una obra que lo trasgrede casi todo. Si usted es de los doctrinarios que detesta y no soporta la idea de que haya homosexuales en el mundo, no lo lea.

Si es de los que aun creen que la salvación de la humanidad es el socialismo, no lo lea tampoco, pues la imagen que va a llevarse bien puede variar entre la de un homosexual resentido que no perdió oportunidad para enaltecer el hecho de haberse tirado a tres mil o cuatro mil muchachitos entre Cuba y Estados Unidos, o la de un gusano contra-revolucionario que predijo la caída de un país herido de muerte por los embates de su propia represión.

La que a mí me queda, sin embargo, es la imagen temible de un hombre avanzando en alta mar sobre un frágil neumático, tratando de huir de su país a otro, no menos infame (“si cuba es el infierno, Estados Unidos es el purgatorio”). La imagen que conservo es la de un escritor cubano, vestido con un viejo bluyín roto por la rodilla y que vaga con una bolsa oscura bajo el brazo donde lleva sus manuscritos para ir a esconderlos bajo las tejas de barro de una antigua casa (antes que sean confiscados por los sabuesos de turno).

La imagen que aun me persigue, no es una sola. Son muchas. Son tantas que se superponen en mis recuerdos de lector. Son, quizá, terribles. Pero entre las más terribles, se levanta, con un brillo de belleza y absurdidad la imagen de un muchacho que se muere de miedo y que es masturbado en un tren por otro muchacho que se muere de hambre.

Hay otra: la imagen entera de la dignidad expuesta en un hombre enfermo que tiene la valentía de arrojarse por la ventana de su edificio antes de presenciar su propia degradación.Y hay una, la últimadefinitiva:la imagen de todos los escritores de Latinoamérica tratados como apestados, obligados por el sistema de turno a ser lo que no quieren ser o a morir en el intento.Lo único que se necesita para escribir, es valor.

Para hacer arte, se necesitan más cosas.

Reinaldo Arenas las tenía de todas, todas. Sexo en su tumba.


Autoepitafio**

Mal poeta enamorado de la luna,

No tuvo más fortuna que el espanto;

Y fue suficiente pues como no era un santo

Sabía que la vida es riesgo o abstinencia,

Que toda gran ambición es gran demenciaY que el más sórdido horror tiene su encanto.

Vivió para vivir que es ver la muerte

Como algo cotidiano a la que apostamos

Un cuerpo espléndido o toda nuestra suerte.

Supo que lo mejor es aquello que dejamos—precisamente porque nos marchamos—.

Todo lo cotidiano resulta aborrecible,

Sólo hay un lugar para vivir, el imposible.

Conoció la prisión, el ostracismo,

El exilio, las múltiples ofensas

Típicas de la vileza humana;

Pero siempre lo escoltó cierto estoicismo

Que le ayudó a caminar por cuerdas tensas

O a disfrutar del esplendor de la mañana.

Y cuando ya se bamboleaba surgía una ventana

Por la cual se lanzaba al infinito.

No quiso ceremonia, discurso, duelo o grito,

Ni un túmulo de arena donde reposase el esqueleto (ni después de muerto quiso vivir quieto).

Ordenó que sus cenizas fuesen lanzadas al mar

Donde habrán de fluir constantemente.

No ha perdido la costumbre de soñar:

Espera que en sus aguas se zambulla algún adolescente.


Nueva York 1989, de Inferno, editorial Lumen
Morir en junio Y con la lengua afuera.Fragmento
Op. cit.Antes que anochezca, Editorial Tusquets.
Hace unas semana camino al DF platicaba con dos amigos (Nancy y Javier) y uno de ellos me relataba sobre los errores del sistema Socialista en Cuba y Latino America, desde luego yo hacía enfasis a la gran persecución y la guerra fria que mermó todos los intentos de este sistema en Latino America. Sin embargo es un hecho que quienes vivieron dentro de esa época y dentro del sistema tiene sus propias historias, de ahi que cuando me topé por primera vez con "The Parade Ends" me parecio rebuscar en la "Alfonbra Magica" como le dice Doña Silvia al Internet acerca de Reynaldo Arenas. **Orazio Barmez

The Parade Ends.
Reynaldo Arenas
Paseos por las calles que revientan,
pues las cañerías ya no dan más
por entre edificios que hay que esquivar,
pues se nos vienen encima,
por entre hoscos rostros que nos escrutan y sentencian,
por entre establecimientos cerrados,
mercados cerrados,
cines cerrados,
parques cerrados,
cafeterías cerradas.
Exhibiendo a veces carteles (justificaciones) ya polvorientos,
CERRADO POR REFORMAS,
CERRADO POR REPARACIÓN.
¿Qué tipo de reparación?
¿Cuándo termina dicha reparación, dicha reforma?
¿Cuándo, por lo menos, empezará?
Cerrado...cerrado...cerrado...
todo cerrado...
Llego, abro los innumerables candados, subo corriendo la improvisada escalera. Ahí está, ella, aguardándome.
La descubro, retiro la lona y contemplo sus polvorientas y frías dimensiones.
Le quito el polvo y vuelvo a pasarle la mano.
Con pequeñas palmadas limpio su lomo, su base, sus costados.
Me siento, desesperado, feliz, a su lado, frente a ella, paso las manos por su teclado, y, rápidamente, todo se pone en marcha.
El ta ta, el tintineo, la música comienza, poco a poco, ya más rápido ahora, a toda velocidad.
Paredes, árboles, calles, catedrales, rostros y playas, celdas, mini celdas, grandes celdas, noche estrellada, pies desnudos, pinares, nubes, centenares, miles, un millón de cotorras taburetes y una enredadera.
Todo acude, todo llega, todos vienen.
Los muros se ensanchan, el techo desaparece y, naturalmente, flotas, flotas, flotas arrancado, arrastrado, elevado, llevado, transportado, eternizado, salvado, en aras, y, por esa minúscula y constante cadencia, por esa música, por ese ta ta incesante.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

receurdo que cuando vi la película antes que anochezca, me conmovio mucho. alguien me dijo que era una película nticastrista. tal vez, pero no por ello vamos a negar la persecución del sistema. claro, no solo en el socialismo hay persecuciones, tambien en "republicas democraticas" las hay, para muestra un botón.

Orazio Barmez dijo...

El sistema socialista en Cuba tuvo sus deficiencias por la presión que tenia alrededor del mundo y desde luego por Estados Unidos, no es facil luchar contra un sistema opuesto y que es mayor, sin embargo no hay que restarle importancia a los errores de Fidel Castro. efectivamente dentro de las democracias tambien hay represiones, por eso el titulo lo amerita " la cuba de Reynaldo Arenas". y es curioso como dice una amiga "en los momentos de crisis nacen muchos artistas".
y para recordar México es uno d e los paises en los que la libertad de Expresión desde cualquier trinchera artistica y profesional es limitada y censurada.

OB

Anónimo dijo...

Toda la obra de Reinaldo Arenas es hermosa y terible como como el ángel de Rilke. Arenas tuvo la mirada justa para evaluar la mediocridad de una sociedad agónica, sumergida en la hipocresía más rancia. No creo en ningún sistema socialista, todo eso es parte de un discurso mediatizado por las mentes más atroces para sumergir en la mierda a quienes luchan por salir de ella, o no caer.
Lesbia; sin gorriones y sin nada...

Anónimo dijo...

Ayer recien supe de la existencia de este escritor y he quedado muy impresionada, y hasta ahora no llego a entender la maldad que hay en nuestro mundo. No entiendo como el ser humano no puede considerar a otro ser humano como tal, por el simple hecho de ser diferente. Tener una opcion sexual diferente no significa ser un ser menor ni ser tratado como un apestado. Su obra debe ser publicitada con mas fuerza, para conocer a un hombre que mas alla de ser escritor, era un ser humano hecho a semejanza de Dios,con sentimientos puros, pero que la vida no le dio la oportunidad que merecia.