“Viver é melhor que sonhar”
Nadezhda González Hernández , alumna de Sociología, SEA, UV
Regreso a casa, después de un día común de trabajo, en donde aún las promesas han quedado incumplidas. Aunque pareciera que soy afortunada por tener trabajo, no importa que sea uno que me confine a “vivir para trabajar” y no a “trabajar para vivir”.
Se dice que en el país hay por lo menos 40 por ciento de jóvenes egresados de una licenciatura en el vil desempleo, de los que están empleados el 80 por ciento ganan el salario mínimo, si uno va a pedir trabajo de medio tiempo y presenta una carta de pasante o algún certificado de estudios, le niegan el trabajo -no se aceptan estudiantes, son inútiles- ¿debería entonces sentirme afortunada?
Han pasado unos siete días del año, al que todos (o casi) parecen creer nuevo, nuevos días, nuevos calendarios, probablemente un pretexto para renovar los mismos problemas. Hoy esperamos el frente frío número 19.
Cambio una y otra vez el canal de la televisión y todo lo que veo me preocupa. El primer canal cuenta de los países que han privatizado el agua, de aquellos que la compran y la venden como una riqueza, que como todas las materiales, pertenecen a unos cuantos. Sigo en mi búsqueda y una mujer tiene un programa de media hora para contar su tormentosa vida a causa de sus pequeños senos, contrastando con la alegría que causa a un hombre encontrarse con un “bauhaus“ original en su excursión por la que fuera región soviética.
Que si los artistas pop han salido de la cárcel, el presidente cada día se vuelve más gris, el petróleo desaparece de los mantos, los osos pierden sus hogares, los hombres se ponen bíceps postizos, no hay manera de parar los monopolios, mi celular no suena y no hace sonar a otro al ritmo de los tonos de moda, los desechos tóxicos están exportándose a donde papá Noel no vea y en ese vertiginoso descenso a la nada, no soporto tanta belleza de Schubert…
Entonces me duele el estómago, cuando empiezo a pensar en la belleza, en la belleza humana también, no la de revista ni la de perfecciones, que no me provoca mas que temor. Pienso en las sutilezas con las que la vida nos muestra el sentido, que a mi vida parece real, el sentido que alude, no al sentido práctico de la obra que destruye, sino el que alimenta a lo que pareciera el alma humana.
De qué manera la civilización ha hecho del sentimiento un modo de lucrar, lo vemos por todos lados, las telenovelas, las canciones y las películas que hacen de los sentimientos, más sublimes, un pedazo de banalidad que depende en todo momento de la apariencia. Por si fuera poco, esto inunda las calles, las casas, vuela y nos entra por los sentidos que han perdido mansamente la capacidad para discriminar el contenido.
Pareciera que Fernando Pessoa tenía razón en decir que el sentido práctico de la vida aniquila la sensibilidad y así como a esta, también entierra el pensamiento analítico que según sus palabras no es más que el pensamiento con sensibilidad.
Me parece rotunda y terrorífica la reflexión que hace sobre la acción, “capacidad que refleja nuestra personalidad en el mundo exterior” ¿Qué clase de humanidad es la que organiza guerras, la que destaza animales por su piel, la que mata humanos de hambre, la que renuncia a la verdad, la que desconoce su misma calidad de ser pensante y sensible a cambio de trascendencia y poder?
Habitamos en un mundo, que desde esta ventana, la de la vida práctica, sentir estorba para vivir, no podemos ir por la calle sintiendo empatía por las personas si es que queremos encontrar el éxito económico o político, si simpatizas no avanzas, o por lo menos ese es el ejemplo que muchos poderosos ponen.
Entonces, ese mismo vertiginoso viaje por la vida sacude nuevamente, entonces, cuando ha agitado mi mente, vuelvo a encontrar la belleza, de aquellos que creen en la humanidad y tratan de pensar y sentir y de aquellos que actúan sin pensar solo en su propio beneficio a pesar de lo que dictara el “sentido práctico”, el que sigue perpetuando a la “civilización”, otros también que con hermosura dictan las líneas y las notas que nos hacen soportar las sacudidas constantes en este cada vez más absurdo mundo. Ya lo cantaba, lo grita Ellis Regina ““Viver é melhor que sonhar” aunque cada día sea más perturbador, habrá algo nuevo por venir.
“Por isso cuidado meu bem /Há perigo na esquina /Eles venceram e o sinal / Está fechado prá nós /Que somos jovens...”
Belchior “Como Nossos Pais”
¿Qué sería del estratega si pensara que cada lance de su juego lleva la noche a mil hogares y el dolor a tres mil corazones? ¿Qué sería del mundo si fuéramos humanos?
Fernando Pessoa “El libro del desasosiego”
3 comentarios:
"De qué manera la civilización ha hecho del sentimiento un modo de lucrar, lo vemos por todos lados, las telenovelas, las canciones y las películas que hacen de los sentimientos, más sublimes, un pedazo de banalidad que depende en todo momento de la apariencia."
El problema no es la civilización, es la condición humana. Los hombres y mujeres que habitamos este mísero planeta, perdido en una galaxia cualquiera, perteneciente a una insondable región del universo, somos dados a la vanagloria, a lo visceral, placentero y futil.
El capitalismo, que no la civilización -que es un terminajo más complejo- sólo ha explotado esa veta a través de la educación sentimental y la cosificación de los afectos.
Ya lo había dicho Marx, pero como ahora ya nadie lo pela, pues parece que no existe referente teórico ante tal situación.
Sin embargo, también los sociólogos europeos de la modernidad líquida, avanzada, tardía (o de cualquier otro adjetivo), lo han advertido. Ahí está Bauman, Beck, Giddens, Lash.
En fin, es cuestión de acercarse un poco.
Por otra parte, si desistimos en el ánimo reformador, en la idea de cambiar la realidad, entonces le estamos dejando todo el terreno libre a quienes viven del actual estado de cosas. Así que no todo está perdido. Siempre habrá alternativas y posibilidades, porque estás surgen de la imaginación y el pensamiento, cualidades igualmente innatas a los hombres.
Excelente blog, felicidades!
Saludos
Minina, me gusta mucho la manera tan amena que tienes de escribir. transmites muchas sensaciones. deberías hacerlo más seguido. ah¡ el gatito se parece a ti, je.
Encontré este texto tuyo de sorpresa casual, durante una de esas ocasiones en las que pareces aceptar el hecho de perder el tiempo, a conciencia, delante de una pantalla repleta de lucecitas, en lugar de hacer algo productivo por ti o por "los tuyos". En su defecto, "leí... y sentí...".
Sigue escribiendo nade. Emociona sentir humanidad en el "homo sapiens", pese a que sólo sea leída y momentánea.
Publicar un comentario