Universidad Veracruzana: Educación para ser humanos
Por Sara Enriquez Uscanga
alumna de 7o semestre, Sociología SEA UV
Los humanos, para ser humanos, nos necesitamos mutuamente. Según Freud, desde que nacemos nos vemos influenciados por nuestros padres y el mundo que nos rodea; introyectamos opiniones, costumbres, gustos, ideología: “interiorizamos” valores; y si bien en el seno de la familia aprendemos normas sobre lo que se debe o no se debe hacer como individuos, el campo de internalización se va abriendo hacia horizontes más lejanos a la hora de llegar a la escuela; es pues “la escuela el punto intermedio entre la familia y el mundo ocupacional, y así constituye el ámbito prototípicamente moderno de la socialización…[ ]…el aprendizaje más relevante que se realiza en un aula de la escuela elemental no es fáctico sino social. La socialización tiene éxito en la medida en que un alumno logra identificarse con los valores del docente e internalizarlos”[1] Así que después de hacer suyos los valores de su seno familiar y más tarde los valores externos, el niño construye por medio de la intuición su subjetividad, su personalidad, su superyó; esa personalidad se tiene que ajustar a la hora de salir a interactuar con el mundo que le rodea y es cuando aprende a jugar el juego que todos juegan o como lo llamó Calderón de la Barca, “El Gran Teatro del Mundo” En este teatro, el niño, ya convertido en hombre, desempeña diferentes papeles o roles en el gran drama de la sociedad. El hombre no inventa estos papeles o roles, los crea el sistema según sus necesidades. Así como en el teatro el mejor actor se queda con el mejor papel, es la sociedad y en este caso concreto los humanos con quienes convivimos, quienes al introyectarnos sus valores, nos proveen y entrenan para que con nuestro esfuerzo podamos aspirar a desempeñar de la mejor manera nuestro rol en la sociedad sin olvidar que antes de cualquier acción a realizar somos capaces de reflexionar las posibles líneas a seguir, formulando indicaciones, analizando objetivos, analizando lo que esperan los demás de nosotros, analizando lo que esperamos de nosotros mismos y considerándonos capaces de transformar nuestras circunstancias concretas. Alain Touraine llama Sujeto “a este esfuerzo del individuo por ser actor, por obrar sobre su ambiente y crear de este modo su propia individuación”[2]. Pero no todo es tan sencillo ni natural como parece; el sistema capitalista en el que vivimos proyecta a estos Sujetos “en un mundo de mercados y de técnicas que traspasa sus ambientes de origen, sus valores y sus formas de organización, y en el que cada uno corre el riesgo de ser reducido a vivir eventos fragmentados, a zigzaguear de una situación a la otra perdiendo la unidad de la propia personalidad”[3] Para Lipovetsky esa perdida de personalidad o indiferencia es mas visible en la enseñanza, donde el rol del “maestro ha sido desacralizado, banalizado…[ ]…y la enseñanza se ha convertido en una máquina neutralizada por la apatía escolar mezcla de atención dispersada y de escepticismo lleno de desenvoltura ante el saber. Gran turbación de los Maestros. Es ese abandono del saber lo que resulta significativo”[4] El docente va perdiendo su papel central, pues el alumno ya no valora tanto el conocimiento que él o ella tiene. Las introyecciones empiezan a fragmentarse, a diluirse, a dispersarse.
Qué está sucediendo en la escuela?
Dónde quedó la relación maestro-alumno?
Por qué ya no es indispensable el maestro?
En su libro: La Universidad necesaria en el siglo XXI, Pablo González Casanova hace importantes reflexiones al respecto. Para empezar, al sistema capitalista no le interesa la educación tradicional pues no funciona para mejorar la productividad de sus empresas ni para lograr la maximización de sus utilidades. “En vez de ella se propone como paradigma una universidad en que la cultura general o flexible se limite a atender el idioma (a veces sólo se menciona el idioma inglés), la computación y las matemáticas, sin inclusión de la historia, de los métodos experimentales , de la sociología, la antropología, la filosofía, la lógica, la economía, o con algunas de ellas cuidadosamente despojadas de cualquier pensamiento crítico, y sobre todo, de cualquier método histórico-político para pensar, investigar, comprobar, desechar, confirmar, hacer, probar, mejorar”[5]. Las necesidades utilitarias del sistema han ido erosionando y transformando las formas de vinculación de los sujetos. El sistema simbólico elaborado por las reglas del neoliberalismo deshecha la educación tradicional, humanista, y la convierte en mercancía; esa mercancía está hecha para ser comprada o consumida por un mercado con necesidad de insertarse en un campo de trabajo que sólo encuentra su sentido en el sistema capitalista. La educación humanista, la comunidad universitaria, va perdiendo su sentido en este sistema que todo lo ha transformado en mercancía, y si el mercado es la medida de la calidad en la educación, pues para que entrarle a la universidad, mejor estudio computación, ¿no?
Los valores han cambiado, ahora la oferta educativa se encuentra en cada esquina y los cantos de sirena llama a sus futuros compradores encantados con las trampas de la mercadotecnia. Para ilustrar el asunto, un ejemplo. Hace algunos años viví en la ciudad de México. Algún día de esos que iba de regreso para mi casa, tomé viaducto y me desvié hacia Cuauhtémoc. Como siempre ocurre en las grandes ciudades y sobre todo a la salida del trabajo el tráfico estaba a vuelta de rueda. Cuauhtémoc nunca fue de mis rutas favoritas pero ese día no se porque decidí que podía ser una buena opción, craso error, (como dijo Madonna la única y quizá última vez que realizó un concierto en la gran ciudad y se dio cuenta a la primera canción que el aire de la ciudad de México era irrespirable), en la esquina de Cuauhtémoc y Eugenia un pesero había chocado con una ambulancia, el caos que se había organizado habría asustado al mismísimo Urano. Después de haberme arrepentido miles de veces por la malísima decisión tomada, no me quedó otra más que respirar y esperar que alguien o algo solucionara la situación. Miré a mí alrededor como 30 veces buscando en que entretenerme, y lo que veía eran muchas caras parecidas a la mía en busca de algo que nos hiciera la espera soportable. El espectacular a mi lado izquierdo no dejaba de repetirme que yo podía ser una mujer “Totalmente Palacio” si alcanzaba la tan anhelada talla 3 y mis tripas no dejaban de recordarme que teníamos hambre. En esas estaba cuando descubro a lo lejos, del lado derecho, un espectacular con la foto de una mujer, más bien con una mujer muy guapa con un escotazo a todo lo que da; por mas que intentaba ver de que se trataba, la lejanía y el tráfico me lo impedían. Al principio pensé que vendían algún tipo de brassier, pero conforme la fila de coches avanzaba el espectacular se hacía más claro. Cuando llegué al punto donde lo pude ver en toda su dimensión, me quedé con la boca abierta, ¡el espectacular vendía clases de computación!, sí, era un Instituto que vendía cursos para aprender a manejar todos los tipos de programas y máquinas habidas y por haber. ¿Y saben cual era el slogan?...”PARA QUE APRENDAS A APRETAR BIEN LAS TECLAS”….mientras avanzaba, me reí, me enojé, me indigné, me sorprendí. Está bien que las nuevas generaciones - y porque no, también las viejas - tengamos que adaptarnos a los cambios y exigencias que produce el sistema a través de las nuevas tecnologías de la información y comunicación para tener la oportunidad de ser rentables para las empresas, pero por favor, no es lo mismo saber apachurrar una tecla que acariciar los senos de una mujer!!!...que no nos traten de engañar!. Independientemente de lo sofisticado o burdo de los métodos que tiene la mercadotecnia para seducirnos a comprar “conocimiento-mercancía”, independientemente del sistema que nos obliga a consumir un tipo particular de “conocimiento-mercancía”, independientemente que tenemos y debemos hacer lo posible por mantener una conciencia pública entendida en este contexto como contrario a privatizada, independientemente que es necesario consumir ese “conocimiento-mercancía” para poder subsistir en este mundo del dinero, no podemos olvidar que los humanos, para ser humanos nos necesitamos mutuamente. Las nuevas tecnologías educativas son bien recibidas no sin antes someter a la discusión y crítica las maneras en que serán introducidas, pero sobre todo sin tener que sacrificar el conocimiento universal, sin hacer desaparecer la comunidad universitaria que nos provee de valores, opiniones, gustos, ideología a través del contacto en vivo y en directo con el “otro” que también soy yo. Parafraseando al chiapaneco poeta Sabines cuando dice que a su edad la juventud sólo se adquiere por contagio, sólo nos hacemos humanos contagiándonos de la humanidad de los otros. El manejo de las máquinas y de sus programas debe ser sólo una herramienta que podamos utilizar para tener la capacidad de vender nuestro “conocimiento- mercancía”; sí, el manejo de esa herramienta puede ser uno de los conocimientos que imparte la universidad, pero no el único. ¿Porque?, ahí les va el cuento: El semestre pasado cursamos estadística. El curso se dividía en estadística inferencial y en cómputo para estadística. De las 6 sesiones que dura la materia, 4 estaban destinadas a aprender los procedimientos para inferir resultados y las 2 últimas sesiones aprenderíamos las utilidades básicas de un programa. Las 4 primeras sesiones, todos sufrimos muchísimo. Manejar tablas era complicado, a nadie le salían las cuentas, nos tenía que explicar el maestro más de 3 veces el mismo procedimiento, en fin, fue una tortura pero bien que mal, aprendimos. Llegados a la 5 sesión el cielo se nos abrió. Una computadora frente a nosotros con un programa de lo más “in” nos daba los resultados inmediatamente después que le introducíamos los datos que nos pedía la maquina. Todos estábamos felices, qué fácil resultaba todo con este programa! No nos cansamos de reclamarle al maestro que para qué nos había hecho sufrir de esa manera tan salvaje las 4 primeras sesiones si había un programa que lo hacía todo y de la manera más fácil! El maestro sólo reía.
Ahora que decidí participar en este foro me di a la tarea de empaparme lo más posible en el tema de las nuevas tecnologías en la educación. He quedado maravillada con la literatura de Isaac Asimov, con películas como Metrópolis de Fritz Lang, Blade Runner de Ridley Scott o 2001: Odisea del espacio de Arthur C. Clarke y dirigida por Kubrick. Conceptos como robot, replicantes (robots construidos por robots), cyborgs (tecno-cuerpos en el que se combina la materia viva con los dispositivos cibernéticos)[6] vinieron a llenar de fantasía mi imaginación y a reflexionar sobre asuntos tan sensibles como la imitación de la inteligencia y las emociones humanas. Particularmente la película Inteligencia Artificial dirigida por Spielberg con guión de Kubrick, toca estos puntos de manera magistral. Si es verdad que las emociones y la inteligencia nos hacen humanos, nos hace diferentes a las máquinas, ¿por qué con tanta facilidad dejamos a las máquinas que piensen por nosotros como si eso tuviera que celebrarse? Sí, vivimos inmersos en el sistema capitalista, donde “Time is Money”; ¿por qué tardarnos 20 minutos haciendo una operación matemática que nos de un resultado estadístico si una computadora puede arrojarlo en cuestión de segundos?, por el simple hecho que no podemos, no debemos renunciar a pensar; no podemos aprender menos que las máquinas. La desaparición de la comunidad universitaria so pretexto de una racionalidad técnica que sólo ve el costo-beneficio, afecta directamente la vida de las personas que creemos como dice Henry Miller, que el equilibrio se encuentra en la sangre y no en las estrellas[7].
Para terminar me gustaría proponer a las autoridades un programa aplicado a las computadoras que nos enseñe: La férrea voluntad de Julia, los silencios habitados de Joel, la franca sonrisa de Alfonso, el eco de las voces ausentes de Beto y Ale, la magistral simpatía de Pepe Trujillo, la doctoral tranquilidad de Nelly, la poesía secreta de Aarón, la sensibilidad bohemia de Pepe Agüero, la cascada sonora de José Luis, la seriedad apasionada de Manuel, la sencilla eminencia de Raúl, el lenguaje amazónico de Jane, la enseñanza benjamina de Gualberto, la perspicacia infantil de Nancy, las contradicciones congruentes de Marco, el ronroneo juguetón de Nade, la brillante juventud de Oracio.
Por una educación universal y humanista: NO PASARAN!
Orizaba Veracruz a 7 de Mayo del 2006
[1] Jefrey Alexander. La teoría sociológica desde la segunda guerra mundial. Gedisa, Barcelona, 1989, pág 73
[2] Alain Touraine. Igualdad y Diversidad. Las nuevas tareas de la Democracia. FCE. México. 1998. Pág 60
[3]Alain Touraine. Igualdad y Diversidad. Las nuevas tareas de la Democracia. FCE. México. 1998. Pág 61
[4] Gilles Lipovetsky. La era del vacío. Anagrama. España.2002. Págs. 38, 39.
[5] Pablo González Casanova. La universidad necesaria en el siglo XXI. ERA. México. 2001. Pág. 34
[6] Román Gubert. El Eros electrónico. Taurus. España. 2000. Págs. 109-118
[7] Henry Miller. Trópico de Capricornio. Plaza & Janes. España. 1993. pág 329-330
1 comentario:
Negra:
el sistema que me rodea, no importa hacia dónde volteé... ya sea estando en NY donde vivo, o en Los Angeles donde trabajop constantemente o en la Ciudad de México donde visito o en Tijuana donde paseo... todo me presenta una urgencia por crecer, como un adolescente desea emerger de su propia piel, para ser otro: una versión mejorada de sí mismo, por medio de trampas y trucos, de brebajes mágicos y pastillas que adelgazan en un día como afirman los anunciantes de la medianoche en televisión, y en radio, y que se riegan como la leche de las pantallas de millones de computadoras. Te prometen salidas rápidas, entradas superiores, salarios mejorados y erecciones que si superan las cuatro horas te obligarán a consultar a tu médico. Todo "express". Tu cuestionas y molestas al sistema de los Dioses Virtuales con tus metáforas, citas e intelectual búsqueda por la razón y la autoestima.
Hoy, desean convencernos que la mediatización es la nueva meditación que dará tranquilidad a tu espiritu, y fungirá como consejera social, política y económica de la población por medio del canal de las Estrellas.
Tú has vivido ambos lados del anuncio del brassiere, los has vestido, los has mostrado y te los has quitado, y sabes que es un anzuelo muy vulgar para atrapar la atención del usuario, al grado de llegar como un ejemplo a tu blog... cumplió su tarea, llamar la atención del torpe y del atento más que otras cosas que le circundaban... que te circundaban.
Es triste, pero afortunadamente hay mucha gente como tu, con deseos enormes de despertar a la juventud, de atraerla y de concientizarla. Y para ello requeriremos conocer tantos trucos como la competencia además de la enorme pila de libros que comemos, bebemos y olemos para prepararnos... o claro está, tu idea de crear un programa con tales características para aprender de el... el problema que le encuentro, es que para poder hacer un programa como ese hay que leer la pila de libros que comenté y más, conocer todos los trucos de la competencia y además tener a disposición la infraestructura técnica para crear programas de computación.
Si tienes todo lo anterior descrito, yo me encargo de hacer el software... tú pones la cultura, y yo el barro para la escultura.
Trujo
Los amigos sobreviven los terremotos!
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