sábado, 28 de marzo de 2009

ENTREVISTA con Eduardo Galeano



Hay otro mundo más allá de la infamia
Edgar Onofre

Dice el escritor uruguayo Eduardo Galeano que hay ocasiones en que se despierta y se siente optimista. “A veces tengo esperanza de 09:00 a 11:00 de la mañana. A las 11:15 se me cae y ni la veo dónde está. Me recupero como a las 15:00 y a las 17:00 vuelvo a perderla.
”No creo en los optimistas full-time (de tiempo completo), me parece que son unos farsantes. Por supuesto, tengo la esperanza de que todo cambie pero también es cierto que mi certeza en las bondades de la condición humana se me derrumba todo el tiempo y todo el tiempo se recupera y resucita”, dijo al día siguiente que llegó a Xalapa para recibir de la Universidad Veracruzana (UV) el doctorado Honoris Causa y participar en el II Encuentro de Escritores por la Tierra celebrado en Xalapa.
En 1971, Eduardo Hughes Galeano escribió “Las venas abiertas de América Latina”, una obra casi inclasificable, para infortunio de los bibliotecarios, que se convirtió en un clásico sobre la explotación de nuestras tierras por parte de potencias extranjeras y en el que se narraba la historia del subcontinente desde una perspectiva diferente a la de los ganadores. “Lamentablemente, el libro no perdió vigencia. Me encantaría que hubiera quedado para exhibirlo en un museo de arqueología”, dijo al respecto.
A “Las venas abiertas…” siguió la trilogía “Memoria del fuego”, “Patas arriba. La escuela del mundo al revés” y más recientemente “Espejos. Una historia casi universal” cuyas ediciones y traducciones se multiplicaron por todo el mundo mientras Galeano conquistaba lectores, abarrotaba auditorios donde quiera que se presentaba y seducía al poder de una forma tal que éste, en reciprocidad, le regaló seis años de exilio, algunas amenazas de muerte –sobre todo en Argentina– y un breve reposo tras las rejas.
“La verdad es que no me pasó nada grave. Tuve algunos problemitas, pero nunca pasó nada importante. Supongo que estoy protegido por Dios, porque creía en Él, fervorosamente, y probablemente no lo olvida: cuando yo era niño, era muy místico. Y supongo que estoy protegido por el Diablo también, con quien me he divertido muchísimo después”, dijo al respecto.

El efecto Galeano, en Veracruz
Anduvo merodeando en Xalapa durante seis o siete días, visitó el Museo de Antropología y no pudo zafarse de la prensa. Los medios locales andaban locos por entrevistarlo y publicaron lo que pudieron. En el Distrito Federal saturaron su agenda y los medios de la capital mandaron emisarios a la provincia para tratar de entrevistar a este crítico de los expertos latinoamericanistas que cometen “el nada inocente pecado de bajar del avión, estar 15 minutos en tierra y escribir un libro de 700 páginas explicando lo que nos ocurre”.
Abarrotó el auditorio de la Unidad de Humanidades como no se había visto en mucho tiempo y su discurso fue, naturalmente, consecuente donde quiera que se presentó. Desde el bar del hotel en que se hospedó hasta el discurso de aceptación del grado de doctor Honoris Causa, defendió la profunda diversidad de la región como una de sus más afortunadas características y festejó los pequeños pasos hacia delante que ha dado América Latina como grandes pasos:
“Que Evo Morales logre que los mal llamados curanderos, los médicos indígenas, puedan entrar a los hospitales, donde tenían la entrada prohibida, y reciban el mismo respeto que los médicos que egresan de las facultades de medicina, es un gran paso.
”Que Ecuador establezca en su Constitución que la naturaleza tiene derechos, los derechos de la naturaleza, es un gran paso. Pasa por primera vez en la historia, a nadie se le había ocurrido que la naturaleza tiene derechos. El mundo está lleno de juristas, las facultades de derecho fabrican millones de abogados –que en esos países andinos son casi todos vampiros de indios– y a ninguno se le había ocurrido que la naturaleza podía tener derechos. “¿Para qué, si nosotros la cuidamos?”, decían. ¿La cuidamos? ¿Qué queda de la pobre, exprimida como un limón?”.

Podría pasarme a la derecha, pero nadie me va a creer
Es sabido que nunca ha sido muy condescendiente que digamos con la demencia de los gobernantes y no hay muchas razones para pensar que vaya a cambiar. Mucho menos se espera de él una sorpresa tránsfuga o un artero bandazo. Dice, con sorna, que no le han llegado al precio: “Nadie me ha dado una cifra interesante hasta ahora. Me han ofrecido, sí, pero bagatelas”.
Se conoce también que Álvaro Vargas Llosa escribió su best seller “Manual del perfecto idiota latinoamericano” como una respuesta a “Las venas abiertas...”. El peruano tuvo la fortuna de que su título se convirtiera en éxito de prestigiadas librerías de nuestro país como Vip’s y Sanborns y fue prologado por su señor padre, Mario Vargas Llosa, quien con el tiempo terminó aplaudiendo la guerra en Irak.
“La izquierda es la universidad de la derecha. Mucha de la gente que ejerce el poder de muy mala manera en el mundo de hoy fue formada por los mismos libros que me formaron a mí. Algún día descubrieron que era más conveniente pasarse al otro lado”, comentó Galeano.
“Yo lo haría también, pero después de tantos años nadie me va a creer. A veces tengo la tentación. Mañana hago una conferencia de prensa y digo: “Descubrí que estaba equivocado. Pasa que no había leído bien a Margaret Thatcher y no había podido conversar a fondo con Condoleezza Rice ni con Bush. Y estoy declarando públicamente mi arrepentimiento”. Yo podría hacer eso, lo que pasa es que nadie me va a creer, por eso no lo hago. La gente va a decir: “Éste comió carne de vaca loca”.
Sin embargo, parece que el tiempo se ha encargado de pasarle factura. Galeano cuenta que algunos amigos suyos leyeron la historia de Olympia De Gouges que registró en su último libro, Espejos, y lo felicitaron:
“En este libro hay numerosas historias de opresión femenina. Estamos acostumbrados a identificar la opresión de la mujer con el mundo religioso pero el mundo laico tampoco se portó demasiado mejor.
La Revolución Francesa le cortó la cabeza en la guillotina a una mujer revolucionaria que se le ocurrió proponer una Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana. Olympia de Gouges redactó la declaración con toda razón: las mujeres no tenían ningún derecho. No sólo no podían votar, no podían hablar, no podían moverse sin permiso del marido, y los revolucionarios le cortaron la cabeza en la guillotina. Para que aprendiera. No sé si aprendió, pero seguro fue con una intención pedagógica que lo hicieron.
”Pero cuando escribí esta historia los amigos que lo leyeron me dijeron: “Qué bien que denuncies todo eso que pasó. Te felicitamos y queremos decirte que nos conmueve que el sistema, en su infinita perversidad, te regaló a Condoleezza Rice, que es negra y mujer. Y queríamos felicitarte por esa conquista tuya, porque te pasaste toda la vida jodiendo con la historia desconocida del África de los negros peor tratados del mundo y reivindicando a las mujeres y ahora tienes a los dos en uno. Mira qué suerte”. Mis amigos tienen una mala leche…”

Galeano hizo su magia
Galeano hizo su magia y sedujo a sus auditorios. Lo mismo en su escritura que en persona, su sentido del humor, irónico y simple al mismo tiempo, hace brillar su crítica. Habla hasta divertido de los temas más delicados. Considera que las libertades son todavía una tarea pendiente, que “el mundo nace de nuevo cada día” y que la primera tarea sería la de perder el miedo: “Luchar contra el miedo me parece una tarea lindísima e imprescindible.
”La vida no es una sola vida: los seres vivos viven varias vidas a lo largo de una vida y deben volver a nacer y tienen la libertad de hacerlo pero, a veces, las jaulas que lo impiden pueden más y la mayor parte de la humanidad nace prisionera, presa de jaulas visibles e invisibles: el hambre, la necesidad, la miseria son jaulas bastante visibles. Y hay otras invisibles como el miedo, que no siempre se ve pero que también ejerce su dictadura en el mundo y es el principal enemigo de la libertad. El miedo en América Latina, invisible, nace de una tradición de la impotencia, el miedo de cambiar, de ser, de hacer, de recordar, el miedo de decir, son nuestros principales enemigos”.
Galeano fue amigo de dos atormentados escritores latinoamericanos: Juan Carlos Onetti y Juan Rulfo. Algo intuye sobre la angustia y la depresión cuando dice: “Estamos hechos de barro, somos imperfectos, somos la mitad mierda y la mitad maravilla. Todos. Blancos, indios, negros, mujeres, homosexuales, heterosexuales, todos. Hay que ver qué mitad predomina y, sobre todo, cómo podemos organizar al mundo para favorecer la maravilla y desalentar la mierda.
”Todo depende de lo que te estimula o te obligan a ser. Por ejemplo, si te obligan a ser un canalla para obtener o conservar un empleo, si para poder mantener a tus hijos te obligan a emputecer tu alma, bueno, ahí la parte jodida, la mitad mierda, ahoga a la otra. No es cierto que el marco social no tenga nada que ver, mucho depende de lo que la sociedad te obliga a ser: si te enseña que para triunfar en la vida tienes que cagar al vecino, si te enseña que perder está prohibido y ganar es obligatorio, y que todo está permitido con tal de ganar, ya de entrada estás jodido. Por más buenas cosas que traigas dentro.
”Después resulta que un tipo que era macanudísimo asesina a 17 o se convierta en un monstruo que golpea a su mujer. El marco social no es el mejor. El “way of life” al que Barack Obama dice que nunca renunciará es una porquería porque es cultura del consumo que te enseña que más vale el que más tiene. Y es cultura de la violencia que dice que naciste para salvar a los demás y que para salvarlos tienes que matar. Y se pasan invadiendo países para “llevar la democracia”, como decían Vargas Llosa y una buena cantidad de intelectuales en el mundo a los que les pareció maravillosa la idea de masacrar iraquíes”.
Considera que los jóvenes se han vuelto más violentos porque no se reconocen en el mundo que heredan. Veamos, por ejemplo, el descrédito de la democracia en casi toda América Latina. Según las encuestas más serias, la mayor parte de los jóvenes no cree en la democracia ni le interesa para nada participar en ella. No se reconocen. Y ésta es responsabilidad, sobre todo, de los políticos, quienes han pecado contra la esperanza y que han desprestigiado a la democracia, haciendo desde el poder todo lo contrario a lo que desde el llano prometen”.

La palabra tiene cada vez menos crédito
Galeano dice que el mundo de hoy ha traicionado al diccionario. “Por ejemplo: “Comunidad internacional”. Una palabra hermosa que ahora se usa para definir a un club de banqueros cigarreros.
”’Mercado’ era una palabra muy bella cuando yo era chico. El mercado del barrio era una fiesta para mí, como un circo. Y ahora el “mercado” es un señor todopoderoso que decide la catástrofe mundial con total impunidad. La palabra “socialismo” también ha sido desprestigiada por el mal uso que se ha hecho de ella: la socialdemocracia la usó como pseudónimo de un capitalismo maquillado y el comunismo la usó para bendecir la dictadura de la burocracia fingiendo que era dictadura del proletariado.
”La palabra tiene cada vez menos crédito en el mundo. Según los guaraníes “palabra” y “alma” se dicen de la misma manera. “Ñe-é” significa palabra y también alma. Si te doy mi palabra, te doy mi alma. Esta es mi palabra, éste soy yo. Esa visión del mundo que la cultura guaraní supo perpetuar a través de su lenguaje hoy no tiene mucho éxito que digamos.
”Las expresiones humanas se han reducido muchísimo hasta llegar a la expresión más jodida de todas, que es la relación entre mercancías: “Dime cuál es tu precio y te diré cuánto vales”. Antonio Machado, gran poeta español, decía: “Ahora cualquier necio confunde valor y precio” y parecía hablar del mundo de hoy. Y también Shakespeare, en Rey Lear, cuando dice: “El drama del mundo es que los locos conducen a los ciegos”, parece del 2009”.

Las utopías no están muertas
Según su parecer, la fuerza del aparato hegemónico de poder se ha visto muy debilitada por la reciente crisis que más que financiera lo ha sido del capitalismo, aunque advierte que “sigue siendo un mundo desigual”.
Critica a la izquierda, pero no desde parvularios argumentos, sino desde el humanismo: “La izquierda ha estado bastante enferma de grandilocuencia. Su lenguaje ha sido muy grandilocuente y por ahí hay que volver a la humildad de las cosas chiquitas, de la vida sencilla, la humilde luz de la vela. Esos son valores capitalistas que la izquierda practica sin saberlo. Hay que cambiar esta confusión de la grandeza con lo grandote, las grandes palabras, la retórica y la idea de que el mundo va a cambiar en una suerte de gran hecatombe, un Apocalipsis. Por ahí el mundo cambia de a poquito y los pasos que da a veces ni se notan”.
En el mundo que Galeano descifra los fariseos que se rasgaron las vestiduras y pontificaron el fin de los ideales, del socialismo, del humanismo, de la historia y del hombre erraron.
“Si creyera que las utopías están muertas, que no tiene sentido clavar los ojos más allá de la infamia para adivinar otro mundo posible, no estaría charlando contigo ahora. Me dedicaría a hacer filatelia. Me parecería muy tramposo si hablara de estas cosas y no creyera que hay otro mundo posible. El mundo está embarazado, tiene otro mundo dentro de la barriga. Si no lo creyera, tendría la honestidad del silencio, supongo: no hablaría ni escribiría”.


Foto: Departamento de Prensa de la Universidad Veracruzana


5 comentarios:

Nancy Ortiz dijo...

Blogger me desconfigura el diseño del texto, (hecha la aclaración) quiero agradecer a Edgar Onofre su valiosa participación en este blog ya que Galeano sin lugar a duda es una figura muy importante internacionalmente y tener la información de primera mano para nosotros es un gusto y un honor (parafraseando a Sabina).
También quiero comentar que el formato de la entrevista me pareció poco convencional, novedosa y más literaria, en verdad me gustó.

En cuanto a la entrevista, Me encantó el humor de Galeano, me parece un viejito con mucha sabiduría, ya está incluido en mi lista de viejitos admirables. Y me da gusto que se entregue el doctorado a personas como él.

Orazio Barmez dijo...

No esperaba menos en el presente texto, que bueno que tuviste la oportunidad de entrevistar a Galeano, sin duda nos deja un buen sabor de boca a quellos que creemos en otro "mundito" posible, con muchas mas posibilidades que las meras utopias.
Gracias Onofre por tomar encuenta este espacio.

Gilberto L. dijo...

Señor Onofre: En hora buena por la entrevista a Eduardo Galeano, sin duda a la altura del escritor y humanista. Si me permite, la citaré en un diario local de Guatemala.

Señor Barmez: Me confunde su participación, quizá por el manejo del idioma. Sin riesgo a fallo, para Galeano la utopía es la única posibilidad de seguir viviendo y material irremplazable para construir otro mundo. Disculpe si mal interpreto su afirmación.

oNoFR3 dijo...

Señor Gilberto L.:
Agradezco el comentario. Sin duda, puede usted citarla e incluso publicarla en Guatemala. Gracias nuevamente, por visitar el blog y por sus atentos comentarios.

Orazio Barmez dijo...

Gilberto:
Muy exacta la observaciòn agradezco el comentario.
debe decir:
sin duda nos deja un buen sabor de boca a quellos que creemos en otro "mundito" posible, con muchas mas posibilidades EN las meras utopias.
Debo confesar que suelo ser confuso y aun deficiente en la correcta escritura.
¡Un saludos hasta Guatemala!