sábado, 21 de agosto de 2010

ARTÍCULO sobre las cuotas de inscripción en las escuelas


Cuotas de inscripción: ¿voluntarias o forzosas?

Por Nancy Ortiz

En este nuevo inicio de ciclo escolar, algunos diputados y funcionarios del gobierno de Veracruz, una vez más comienzan a enarbolar el artículo 3º de la constitución que habla sobre la gratuidad de la educación y aconsejan a padres de familia no pagar las cuotas “voluntarias” que piden en las escuelas. Es verdad que la mayoría de las escuelas exigen pagar estas cuotas, pero estas cuotas son necesarias para la subsistencia de las mismas.


La actitud de la clase política resulta chocante por estar sustentada en premisas falsas. A continuación enumeraré algunos argumentos del por qué son declaraciones desproporcionadas y contradictorias, que lejos de orientar y sensibilizar a los padres desinforman y generan una percepción errónea de la realidad:


1. La mayoría de las escuelas no reciben subsidios ni financiamiento para su mantenimiento.

2. La gratuidad expresada en el artículo 3º se cumple solamente parcialmente, el estado lo único que paga es el salario de los maestros.

3. Las escuelas tienen la necesidad de mantenerse con las cuotas de los padres.

4. Una escuela generan gastos como: pago de luz, agua, teléfono, internet, papelería de oficina (gasto de impresión, fotocopias, hojas, folders, sellos, tinta, etc.) material de limpieza (cubetas, trapeadores, escurridores, franelas, esponjas, jabón, papel de baño, detergente, toallas, cloro, limpiadores, etc.), equipo de computo, equipo de audiovisual, mantenimiento de edificio escolar (pintura, impermeabilizante, etc.), material didáctico, entre muchas otras cosas más.

5. Estos gastos se solventan con las cuotas de los padres de familia y acciones de recaudación económica entre padres y maestros.

6. Sólo en algunos casos se llegan acordar subsidios el pago de agua y luz.

7. Las supervisiones escolares tampoco reciben ni subsidio ni financiamiento alguno, son mantenidas gracias a las cuotas de los profesores y padres de familia.

8. Una supervisión escolar genera casi los mismos gastos que una escuela.

9. Hay edificios de supervisiones escolares que fueron construidas gracias al trabajo y colaboración de maestros y padres de familia.


Decir que no se deben pagar las cuotas “voluntarias” de inscripción, es dejar sin fondos económicos a las escuelas, es desinformar a los padres de familia sobre la situación real que viven las instituciones educativas día a día. Esta posición es cómoda, pero un tanto perversa, enarbolan el principio de gratuidad sin resolver el problema del mantenimiento.


Es verdad, los padres no deberían pagar nada, pero el Estado debería hacerse cargo de proveer todos los recursos. Lamentablemente esa no es la realidad mexicana. Los diputados prefiere legislar a favor de “invertir” 120 millones para cambiar el tablero de la cámara de diputados (cuando muchos ni van a trabajar) que en educación. Prefieren elevar sus gastos (para 2010) a 5 mil 444 millones 124 mil, mientras el pueblo sufriendo la alza de gasolina e impuestos. El ejecutivo federal tiene un presupuesto para comunicación social de 5 mil 152 millones 693 mil pesos por año. Y qué decir de los onerosos gastos de campaña, cada espectacular cuesta alrededor de 12000 pesos al mes y nos tapizan calles y carreteras de publicidad de candidatos (podría seguir enumerando gastos inútiles).


Acaso no son ofensivos estos gastos, sobre todo que salen directamente del erario. Como consecuencia tenemos que el presupuesto a la educación es más limitado año con año y es un presupuesto que, absurdamente, no contempla el mantenimiento de las escuelas de educación básica.


Estoy a favor de que los padres no paguen cuotas de inscripción, pero para ello, pido y como ciudadana exijo, algunas cosas:


1. Que se cumpla a cabalidad el sentido de gratuidad en la educación.

2. Que el estado contemple un presupuesto especial para el mantenimiento de todas las escuelas.

3. Que las escuelas sean proveídas de los recursos necesarios para su adecuado funcionamiento.

4. Que los recursos públicos sean razonablemente distribuidos.

5.Que los funcionarios sean pagados como servidores públicos y no como potentados.

6. Menos gastos a campañas electorales y mayor presupuesto a la educación.

7. Menos gasto a publicidad y más gasto destinado a la ciencia.

8. Menos gasto a la “guerra contra el narco” y más dinero a programas de concientización.

9. Una adecuada recaudación fiscal, no caería nada mal, comenzando porque las grandes empresas paguen sus impuestos.

10. Y por último más información y menos distorsión.


Los padres de familia, lamentablemente, tienen que pagar cuotas, porque nuestros gobernantes prefieren gastar el dinero público en cosas más banales que en educación.

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