miércoles, 19 de junio de 2013

El Racismo Nacional : Carlos Monsiváis

El Racismo Nacional 

Carlos Monsiváis



Publicado en Revista EQUIS. Cultura y Sociedad. Braulio Peralta (ed). México, Ulises Ediciones, núm 1, mayo de 1998, pp. XVII-XX. (Dossier: Autonomías en el mundo)

Eres prieto... y sobre esa piedra nada crece
Del racismo nacional*

El racismo en México aparece como una necesidad explicativa. Hay que describir la Conquista como el rescate de tierras y recursos valiosos en manos de bárbaros irredimibles. Y en los tres siglos del virreinato el racismo argumenta a favor de maltratos, etnocidio, despojos, violaciones masivas, tratos bestiales. El debate sobre la existencia de alma en los indígenas es un subproducto del inmenso desprecio por esos nativos que sólo se adaptan a la religión si les entregan un símbolo de su mismo color, negados para el razonamiento y exiliados en sus palabras incomprensibles. Entonces, el racismo es desde luego una idea remota o absurda. En el Nuevo Mundo sólo hay una raza, la que celebra como absolutamente suyo el 12 de octubre, la bendecida por Dios y por el Papa. Los demás pobladores son, si acaso, proyectos de seres humanos ánimas en pena. Y si no se dicen, estas creencias se actúan.

DEL PELADO AL NACO SIN LLEGAR AL TOJOLABAL

A la nación independiente se le heredan los prejuicios que son instituciones, las instituciones que legitiman el prejuicio. Las leyes que protegen a los indios se violan a diario, o ni siquiera se toman en cuenta. En algo se ponen de acuerdo liberales y conservadores: los indios son el peso muerto del país, el paisaje sombrío que aclara de un vistazo lo que falta para abandonar la condición periférica. Crear zonas de aislamiento y condena "porque el origen racial es destino fatal", es recurso típico del criollismo y del mestizaje pretencioso que lo sigue. Y establecida la inferioridad del indio, lo más conveniente es diseñar estereotipos que sean vertederos del odio, el desprecio y el sarcasmo. Es muy cómodo inventar seres a quienes adjudicarles, de modo inescapable, fisonomías, psicologías y conductas fijas para siempre.
En el mundo rural el indio está cercado, sujeto de esclavitud y aplastamiento de toda índole. En las ciudades, en especial la de México, el indio es lo marginal por antonomasia, y a sus herederos faciales, los mestizos de la pobreza, se les aplica también la animosidad brutal. En el siglo XIX, el primer estereotipo para regocijo del racismo es el lépero, el afligido por la lepra de la pobreza, el indio en algo urbanizado que vierte su rencor en las esquinas y acecha en los alrededores de mercados y templos, alojado en su semidesnudez y su ignorancia. El sucesor o el coetáneo, el pelado, da fe también desde el nombre de su condición: es un pelado, despojado de todo, sin ropa esencial posible. El pelado atraviesa por los rincones de los escritores naturalistas, se moviliza divertidamente en los grabados de Posadas, es el enviado plenipotenciario de la gleba, de las criaturas que habitan la ciudad sin entenderla, o entendiéndola lo suficiente como para saber que sólo son suyos los alrededores. En la mitología citadina, si hay un fantasma de aglomeraciones y desmanes, ése es el pelado.
Gracias al comic, al teatro frívolo y el cine, el pelado se transfigura humorísticamente. Primero, a través de Chupamirto en la tira cómica, y luego de Mario Moreno Cantinflas, el pelado adquiere el diminutivo tranquilizador, y ya como "peladito" evapora las amenazas explícitas o subyacentes en su comportamiento, y crea un mito de extraordinario poderío visual, y de contenido circular: el paria verboso que ve cómo se le aleja el lenguaje mientras más intenta su ejercicio, que se enreda en las palabras y se tropieza con la sintaxis. El "peladito" de Cantinflas se extiende como disculpa de los cientos de miles de pelados, que cambiarán el pantalón a media asta y el trapo sobre el hombro por la camiseta a rayas, el sombrerito en la nuca y el hablar golpeado, todo lo que emblematiza Fernando Soto Mantequilla. Diluido el miedo, el pelado acaba siendo una vaga referencia capitalina (en las regiones no hay pelados), alguien a quien la vida le concedió el rencor, el auxilio de la Virgen de Guadalupe, el fútbol soccer, la bicicleta, el dancing, el humor grueso y autodeprecatorio, la gana de envejecer nomás se casa, el bolero, la canción ranchera, y no mucho más. Ese pelado, al que Pedro Infante y David Silva ameritan, se disipa entre falsas leyendas de su valentía y de su insignificancia.
El sustituto evidente es el naco. El término —aféresis de totonaco— ya circula a mediados de los años cincuenta, aludiendo a lo que las mezclas no logran disipar: los rasgos de origen indígena, el aire de pertenecer a la "Mexicanada". A diferencia del pelado, al naco no lo neutraliza el humor, ni siquiera las memorables interpretaciones de Héctor Suárez. No hay tal cosa como "el naquito" (aunque sí existe "el nacazo"), y el miembro de esta "etnia" ofende desde el principio por las características irremediables que se le adjudican: vulgaridad, agresividad que cubas o tequilas conducen con destreza al límite, mal gusto que una vestimenta cara no redime, bigote aguamielero, sorna que matiza el humor reiterativo, dicción permeada por el tono cantadito. El naco ya no dice "voy, voy", sigue diciendo "Me cae de madre"; ya escucha rock y new age, sigue escuchando boleros a escondidas.
En los años sesenta el naco es símbolo de la masificación que alarma y apena. Mírenlo nomás, con su radio de transistores (mientras más grande más compensatorio), la camiseta abierta a los lados, los liváis y los tenis, la indiferencia por la cultura y la política, el aire de quien le parte la cara al nocaut que lo envuelve. (El naco: el rey de las victorias póstumas.) El racismo se solaza con el descubrimiento: es inmejorable el personaje del naco, no hay término más preciso para las masas cobrizas que devastan las ciudades ignorantes de la contaminación visual que emanan. El naco es la genuina, "mancha urbana", y de allí la conclusión pesimista: es tan grande el afán reproductivo de las clases populares que sólo toca catalogarlas chistosamente. Para la sociedad que ya no se pretende criolla sino desarrollista, el naco es por un tiempo filón de las conversaciones. La palabra es insulto y es referencia humorística, es descripción de fauna citadina y es síntesis facial y vocal de los peligros de la calle que bien pueden trasladarse a la sociedad.
Antes fue el meco (aféresis de chichimeco), pero en los años setenta el naco es la voz peyorativa que, casi inevitablemente, los agraviados también asumen como insulto. "Pobre de ti, pobre de ti,/ Cuántas veces te oí/ sin piedad repetir/ que naciste sin suerte." Quien —con o sin esa palabra— se considera naco, se aturde con actitudes fatalistas, si se fracasó en la escuela se fracasó en la vida, si se fracasó en la vida los amores que lleguen no valen la pena, así la vulgaridad ni se nota porque es la democratización del gusto a que tiene derecho. Poquísimos se aceptan pero muchísimos se sospechan nacos, son amplísimas las reverberaciones de la fulminación racista. El naco, ante el espejo ideal o real, relee la sentencia en la pared. "Tú eres naco, hijo y nieto de nacos, patriarca de la naquiza."
El racismo no hace caso de bienes económicos. Si es tan hiriente el término naco, es porque discrimina. Cualquiera, probado que no consiga borrar su aspecto o su conducta, puede ser un naco, y ante el epíteto no cuentan los millones. Se es naco si se retienen características de los indios. No hay nada que hacer, lo naco es la sujeción eterna al México impresentable.
Si el vocablo ya ha perdido su filo más hiriente retiene su calidad de insulto. Aún se dice: "¡Pinche indio!" con seguridad de ofender, y lo de "¡Pinche naco!" es ocasión de pleito o abatimiento. Si el avance educativo y cultural cerca al racismo, el proceso monstruoso de la desigualdad lo estimula. Mientras los nacos no destruyan sus propias vetas racistas muchos de ellos seguirán confiándole a la expresión el relato aplastante de sus vidas.

LAS LIMITACIONES DEL RACISMO

No es común el racismo a la antigua. Ahora lo más frecuente es el regaño: "Más les vale integrarse. ¿Qué ganan con aferrarse a sus usos y costumbres?". Y la agresión se pone al día: "¡Pinches indios!", por miedo a los castigos de lo Políticamente Correcto (esa bestia negra de los Políticamente Feudales"; es mejor calificarlos de "¡Pinches conformistas! ¡Pinches monolingües!". Si pasó de moda la descripción insultante de nacos (son tantos que oscurecen el horizonte, y nulifican el sarcasmo), convienen ahora los castigos culturales: "¡Qué tipo tan premoderno! ¡Te fijaste! Todavía no maneja el interruptor de la luz". En los comerciales de televisión, en las agencias de modelaje, en los altos círculos, la raza de bronce está de más. Su aspecto ofende o "desviste" las inmediaciones.

II "SI TUVIERAN DERECHOS NO SERÍAN INDIOS"

Para localizar con rapidez el racismo en el caso de Chiapas, obsérvese el asombro indignado ante la idea de los derechos indígenas. Se acepta la necesidad de cambios, incluso de leyes especiales. Pero no se soporta el primer derecho indígena, el de rebelarse ante una sociedad que consideran inhumana, invivible. Léanse desde el 2 o 3 de enero de 1994 la virulencia de funcionarios, empresarios, intelectuales, clérigos, periodistas. ¿En qué insisten? En una sola idea, o mejor en un dogma: los indígenas carecen de voluntad propia, y por tanto, resultan orgánicamente incapaces de razonar al no decidir jamás por sí mismos. Si los racistas articularan su punto de vista, éste sería: "Nadie piensa nunca por vez primera, y los indígenas no pueden pensar porque jamás lo han hecho. La falta de práctica mental les cierra el camino de la civilización". Por eso, desde esta perspectiva, el vacío de la voluntad indígena se satura con su condición de víctimas de la manipulación eterna. Si no se les manipulase, simplemente no existirían, así es de extremosa su debilidad moral, política y cultural. No los deshumaniza la explotación de que son objeto, sino el atraso donde se refugian por miedo al cambio. Y, concluyen los racistas, al ser por naturaleza los indígenas carne de cañón, sombras de la Historia, a la modernidad debe incorporárseles a la fuerza. La única salvación del indígena es dejar de serlo.
Estos son algunos de los argumentos racistas más repetidos:
Los indios son pobres porque quieren. Todo el mundo progresa, pero ellos se aferran a sus tradiciones y viven a la deriva de sus idiomas muertos. Esto explica su rechazo de las conductas normales y el apego a sus comunidades, tan inhóspitas. No logran irse a sitios más estimulantes en lo laboral y lo cultural, no tienen ambiciones naturales como ser multimillonario con casa veraniega en Aspen o Vail.
Los indios son, desde siempre, la plastilina de los ideólogos, sean obispos católicos o agitadores izquierdistas. Actúan por el reflejo condicionado de la obediencia y su rebeldía sólo consiste en la violencia aplicada al prójimo.
Los indios representan el pasado inerte de México. Al asirse a una identidad naufragada, se desprenden de la cadena evolucionista de la nación, y se degeneran en el sentido más estricto: odian el progreso y la superación personal.
Los indios pasaron de las manos de los encomenderos a la de los curas y los antropólogos sin variar de actitud. Al no distinguirse de sus ancestros, son peores que ellos. Incapaces de percibir o de entender el cambio, se someten a lo ya vivido durante siglos, así esto represente dolor, enfermedades, represiones cruentas. Hace no demasiados años los finqueros de Chiapas perseguían a los indios como animales; hoy los indios, con terquedad que irrita, se niegan a ser finqueros.
Estas argumentaciones varían, y repiten las formuladas desde el siglo XIX. ¿Por qué quieren ser indios pudiendo ser blancos? Y los autores de estas hipótesis delirantes ni siquiera se toman la molestia de explicar por qué, si todo es cuestión de voluntad, ellos mismos, todavía viven en México pudiendo hacerlo en Beverly Hills. Lo más curioso del racismo es su exigencia de cambio, ajeno, su alegría al ver que los parias no cambian, del deseo personal y tribal.
Este razonamiento (por así decirlo) ilumina la índole del racismo mexicano de hoy. No es un racismo clásico, así sea curiosamente antindígena y se fije con desprecio en el color moreno. A momentos podría prescindir de parte de sus prejuicios, y sólo bajo presión se desenmascara. Pero todo el tiempo insiste en unificar a los "naturalmente inferiores", combinando criterios de raza, clase social y género. Son ya indistinguibles el racismo, el machismo, el clasismo, la homofobia, porque se unifican en contra de sus enemigos que son sus víctimas: los pobres, que insisten en serlo, los indios que insisten en serlo, las mujeres que insisten en abandonar sus roles tradicionales, los gays que insisten en serlo, los que a pesar de que no la han hecho insisten en seguir viviendo. En suma, fusionan en un solo ser despreciable y reprimible a los que fracasan y deben fracasar en la vida por su aspecto, su origen, su género, su orientación sexual, su actitud derrotista que confirma su derrota intrínseca. Y la raza superior se define por oposición: hombres en su gran mayoría, blancos o emblanquecidos, agresivos, de personalidad triunfal o triunfalista, seguros de la inferioridad ajena, implacables, globalizados en una palabra (ser local es ser un fracasado). Y la ampliación del racismo a fin de cuentas desemboca en lo previsible: "los seres inferiores" son los descendientes de los considerados en su época "seres inferiores".
El fin de la movilidad social intensifica la sensación de superioridad al alcance de las clases gobernantes: si no constituye una raza superior, sí ciertamente son distintos, y de modo obvio a la mayoría de los mexicanos. Si creen en la superación y la llevan a cabo, no se quedan en el mismo lugar, tienen ambiciones. Este racismo, o esta soberbia de minoría convencida de habitar psicológicamente en el Arca de Noé de México, se acrecienta desde el surgimiento del EZLN.


"NO ESTÁN SOLOS, NO ESTÁN SOLOS"

La llegada de mil 111 representantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, le concedió la oportunidad a un sector muy significativo de la sociedad de participar en la primera gran manifestación antirracista en la historia de la ciudad de México. Así interpreto lo ocurrido el 12 de septiembre de 1997 en el recorrido del Monumento a los Niños Héroes al Zócalo, como una vasta rectificación del comportamiento citadino. Desde su fundación como ciudad colonial la de México ha sido sin tregua, el escenario del menosprecio y el hostigamiento a los indígenas, hacinados en barrios, sujetos de irrisión, explotados sin límite en comercios, restaurantes y casas, signos ambulantes del país vencido. En la calle las "marías" venden chicles o flores o klínex, cargan a sus niños como emblemas de la explosión demográfica, se adiestran en las turbulencias del tráfico, lidian con el chantaje policiaco y le ponen a sus hijos nombres inesperados: Leslie, Pamela, Marilyn, Marlene. "¿Que por qué esos nombres, señor? Para que ya nadie les pueda decir María". Históricamente, los contingentes indígenas se afantasman para eludir a la discriminación.
Por esa razón, por el gran sedimento de racismo de la capital, la marcha del 12 de septiembre dispuso de una emotividad única. No hubo, perceptiblemente, paternalismo, ni miradas condescendientes, ni folclorismo, sino la sincera admiración al luchar por sus derechos vuelven evidente el infierno de la marginalidad histórica de las etnias. Tarde si se quiere, pero con brío solidario, una porción importante de la ciudad reconoció del mejor modo la urgencia de eliminar el racismo, y sus consecuencias laborales, culturales, políticas, éticas.

* Carlos Monsiváis
Publicado en Revista EQUIS. Cultura y Sociedad. Braulio Peralta (ed). México, Ulises Ediciones, núm 1, mayo de 1998, pp. XVII-XX. (Dossier: Autonomías en el mundo)

jueves, 17 de enero de 2013

ARTÍCULO Sobre La Trata de Personas

“Rosa” y el mundo de la trata de personas; engaños, golpizas, explotación sexual.

 
MÉXICO, D.F. (apro).- “Rosa” (es un nombre ficticio) es una víctima más de la trata de personas en México.
 
Un hombre la enamoró, la convenció de irse a vivir con él a otra entidad, donde podría conseguir un buen trabajo y viviría mejor.
Sin embargo, la realidad fue totalmente distinta: la joven acabó siendo explotada sexualmente.
La víctima, cuyo nombre se omite por seguridad, es originaria del Estado de México y durante tres meses fue obligada a vender su cuerpo en calles de la colonia Candelaria de esta ciudad.
El destino puso en su camino a un conocido que la ayudó a denunciar a sus captores Gregoria Tentle Nanco, quien se encargaba de vigilarla y “Pedro” el hombre que, con engaños, la obligó a prostituirse.
 
El amigo de la víctima pasó un día por las calles donde era obligada a venderse. La reconoció y en ese momento se hizo pasar como cliente para poder platicar con ella.
Ahí, en la calle, se enteró del infierno que vivió la mujer durante tres meses, desde que dejó su casa en el Estado de México.
Le contó que Gregoria la llevó cerca de un hotel, donde la mantuvo retenida. Rentó un cuarto y la instruyó para que trabajara ahí. Antes, le advirtió que si no aceptaba las condiciones, sería golpeada por otros hombres.
También le platicó que Pedro la amenazaba, la obligaba a prostituirse y la golpeaba si no le entregaba el dinero que obtenía de los clientes, mientras que Tantle Nanco, tía de Pedro, la vigilaba, le decía cómo y cuánto debía pagar por el servicio y le reportaba a su sobrino todos sus movimientos.
Durante tres meses, la mujer se vio obligada a alquilar su cuerpo todos los días, bajo amenaza de causar daño a sus familiares si no accedía.
 
Finalmente, el 6 de enero, cuando la mujer encontró a su amigo quien se hizo pasar por cliente, ya en el hotel ambos acordaron que cuando ella se encontrara con Pedro en el Metro Pantitlán, lo entregarían a la policía.
Así lo hicieron y cuando los policías lo detuvieron, encontraron en su cartera el dinero producto de los “sexoservicios”.
La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) informó que Tlante Nanco fue llevada al Reclusorio Preventivo Oriente y ahí el Juez 59 Penal la sentenció a 15 años de prisión y a pagar una multa de 934 mil 950 pesos. La sentencia de Pedro aún está pendiente.
México entre los seis países con mayor índice de trata
 
Junto con Colombia, Perú, Guyana, Guatemala y el Salvador, México es uno de los países de América con mayor incidencia en el delito de trata de personas, según el Reporte Global de Tráfico de Personas 2012, presentado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
Peor aún: el 35% del total de mexicanos sometidos a explotación sexual, trabajos forzados o tráfico de órganos, son menores de edad y dos de cada tres son niñas.
Por si fuera poco, el gobierno federal no cuenta con cifras oficiales sobre el número de personas que son sometidas a ese flagelo y tampoco hay organizaciones interesadas en hacer ese trabajo.
La UNODC calcula que alrededor de 20 mil menores son explotados sexualmente, aunque, según la abogada Leticia del Rocío, especialista en el tema, la cifra podría llegar a los 70 mil.
Después del tráfico de drogas y armas, la trata de personas es el negocio ilícito más rentable del mundo y sus víctimas son la mayoría de las veces, niñas, niños y mujeres.
Las ganancias anuales que genera a las redes criminales este delito, van de los 16 mil a los 32 mil millones de dólares según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
 
A escala mundial, según un cálculo de la UNODC basado en una muestra de casos detectados en 132 países, el comercio con niños se ha incrementado de tal manera que 27% de las víctimas del tráfico de personas en 132 países son menores de edad y de ellos dos de cada tres son niñas.
Según el estudio, en América del Norte, Central –incluido México—y el Caribe, se calcula que 51% de las personas explotadas son con fines sexuales, 44% para trabajos forzados, 5% para otros fines como la extracción de órganos o adopciones ilegales.
A pesar de ello, en México son pocas las acciones que se han tomado para prevenir, detectar y castigar este tipo de delitos.
 
La más reciente fue la promulgación de la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia de las Víctimas de estos delitos, sin embargo, a la fecha está pendiente el reglamento que permitiría ponerla en práctica.
Además el reporte de la UNODC destaca que si bien los gobiernos han implementado nuevas medidas políticas y jurídicas para contrarrestar ese mal, hay cientos de casos que no son señalados como trata de personas lo que dificulta la protección de las víctimas y el castigo para los responsables.
Tampoco hay organizaciones que lleven un registro de los casos detectados, porque no es un tema de “suficiente interés” o se toma como esporádico, afirma Mayra Rojas, directora de la organización Infancia Común.
En su opinión el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) debería ser la instancia encargada de estudiar este fenómeno pero en su Ley Orgánica ni siquiera está estipulado que deba realizar esas acciones, lamenta la activista.
 
 
Tomado de la redacción de www.proceso.com.mx 
Imagen tomada de Internet

miércoles, 9 de enero de 2013

ENTREVISTA Sobre los Derechos Humanos a Juan Gasparini

En México, el Estado cometió crímenes cercanos a los de “lesa humanidad”: Gasparini

por Gilberto Lastra Guerrero

La buena imagen internacional para los países que forman la Organización de la Naciones Unidas (ONU) es una prioridad, y  el tema de Derechos Humanos, representa uno de sus principales dolores de cabeza, porque no deben perder su peso diplomático con los 192 estados; pero tampoco cumplen a cabalidad lo que firmaron y ratificaron en las Convenciones.
Juan Gasparini, periodista argentino integrante de la organización no gubernamental Nuevos Derechos del Hombre, reflexiona en esta entrevista sobre las trampas que aplican los países para mantener su imagen intacta ante la ONU, asunto que no siempre funciona. Y cómo la ambigüedad se convierte en un arma de dos filos, aunque es la única herramienta para sortear las argumentaciones de los expertos del Comité contra la Tortura (CAT por sus siglas en inglés) u otros Estados en el Examen Periódico Universal (EPU).
Explica que en el caso de México, sigue siendo el Gobierno el que debe garantizar la seguridad de la población, pero en los últimos años es lo contrario: las fuerzas del Estado y de la delincuencia organizada agreden y violentan los derechos humanos de la población civil, además de hacerlo de manera sistemática y masiva,  cercano al crimen de lesa humanidad.
Gasparini tiene una amplia carrera como periodista en distintos periódicos argentinos y sudamericanos. Actualmente radica en Ginebra, Suiza. Es autor, de decenas de libros, entre ellos, Mujeres de Dictadores, La Delgada Línea Blanca, y su más reciente, del 2011, López Rega, la Fuga del Brujo
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Gilberto Castro Guerrero.-  ¿Cuáles son los principales argumentos que presentan los Estados ante la ONU para evitar una mala imagen por violentar derechos humanos?

Juan Gasparini.-  Ante la alegación o la acusación de violación a los derechos humanos, los Estados pueden asumir una postura dura en el sentido de negarla o no querer modificar su posición. Por ejemplo, en México en el tema del arraigo, donde el Estado te dice que no lo va a sacar. Pero en otro tipo de alegaciones, los Estados adoptan una posición de flexibilidad, y ahí es donde se presenta el mecanismo diplomático que se enseña en todas las escuelas: trabajar en la ambigüedad. Es decir, hay países que piensan en el buen sentido o en el mal sentido, y la forma de avanzar o retrasar es por medio de la ambigüedad. Es un principio  diplomático aplicado a los derechos humanos.
En América Latina se dio un cambio muy importante, debido a la situación de las dictaduras  en el pasado, donde se negaban o trataban de no ser condenados, se pasó a una situación de democracia, y los Estados no pueden negarse a las recomendaciones. Ahí entra el doble juego: “Te digo que sí; pero no coopero”.
Hay dos tipos de Estados, los que colaboran y los que no lo hacen. Todos quieren estar en el pelotón de los que cooperan, pero en la realidad, muchos no quieren nada. De ahí viene la simulación. Se dan casos concretos, uno que participa, firma las convenciones, y se aceptan los mecanismos de control instaurados por la ONU, que son generados por consenso, como la creación de relatores que visitan los países.
Es muy difícil negarle las visitas a los relatores. Hay Estados que dicen que hay una visa automática para que vayan, pero no les fijan la fecha; esperar unos 6 u 8 años para estar en un país y verificar la situación de los derechos humanos es mucho tiempo.  Y cuando entra, porque es el ojo  de la ONU en ese país, si hay alegaciones muy fuertes, suelen decir [los Gobiernos] que las fuentes que alimentaron al relator son dudosas o no son creíbles. Hay países que tratan de resistir los mecanismos de los derechos humanos para cuestionar el mensaje y la imagen que va a salir del Estado en voz del relator, porque se presentará la información en la sede de la ONU. Hay que vigilar cuál es el comportamiento del Estado.

GCG.- ¿La ideología política o económica inciden en la forma en la que se conducen los países en el concierto de las naciones?

JG.- Hay diferentes tendencias. Algunos países son impermeables a las recomendaciones de la ONU, como el caso de Estados Unidos en ciertos temas, no en todos. Otros, como China y los países islámicos, en los que hay una diferencia cultural que impide aplicar los principios de derechos humanos que han sido concebidos por el occidente y tiene que haber una tolerancia para la aplicación de esos principios.
Los países democráticos de la UE han propiciado un avance en la democratización y respeto de los derechos humanos, tanto en América latina como en África. Pero hay bastiones de resistencia tanto en América Latina como dentro de África, y la lucha es para que los países refractarios sean cada vez menos.
Después de un gran aire de democratización y de respeto a los derechos humanos, que fue al principio de la década del 2000, ahora hay algunos retrocesos en América Latina. Ecuador, Venezuela, algunas cosas en Argentina, o Chile, que pese a su voluntad política avanzar contra la impunidad y a la rendición de cuentas, no tienen un buen balance. Brasil, por ejemplo, que es un país líder en el proceso de democratización, tiene una política ambigua también, porque suelen molestarle las recomendaciones o las supuestas injerencias externas; porque el discurso es que no invadan su soberanía.
Pero cuando vos aceptas convenciones, estás cediendo una parte la soberanía, porque aceptas un control externo. El gran problema con el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), es el modelo que tiene: es un partido único que controla todo, y restringe a los civiles y a los políticos, en aras de  un discurso que ellos hacen para justificar un disfrute de los derechos económicos, culturales y sociales.

GCG.-  Muchas de las violaciones a los derechos humanos son a gente contestaría ¿qué tanta gobernabilidad real hay en los países de Latinoamérica?
JG.- Ahí las Naciones Unidas promueven algunas cosas, por ejemplo, la creación de Comisiones Nacionales de Derechos Humanos, que sean representativas del Estado, que tengan un mecanismo en el que todo sea por consenso de todos los miembros de esa comisión, según el modelo elaborado en una conferencia internacional que se celebró en París, y los integrantes deben darle seguimiento a la situación interna. Que sea no sólo un órgano puesto por el gobierno, sino un órgano concertado dentro del juego de poderes del Estado, como por ejemplo el nombramiento de los jueces, que cada país tiene un mecanismo diferente y que debe tener algún apoyo parlamentario. La justicia debe tener un nombramiento en el que se conjuguen los intereses del poder ejecutivo y legislativo. En este caso, los países se tienen que adaptar a este modelo, lo que permite el establecimiento de las estructuras nacionales. La  subcomisión contra la Tortura también promueve este tipo de mecanismo: que los Estados no dependan de un organismo externo que los venga a vigilar de vez en cuando, sino que sea permanente.

GCG.- ¿Una contraloría interna?

JG.- Raramente el subcomité tendría que viajar a los países, porque el objetivo es que se constituya un comité contra la tortura en el país, que tenga un sentido democrático que no represente al gobierno si no al Estado en su conjunto. Eso, precisamente es el objetivo máximo: llegar de sorpresa a los lugares de detención. Es necesario tener un salvoconducto para llegar en cualquier momento al lugar que sea ante la presunción de actos de tortura.

GCG.- En el proceso democrático, en la lucha por el poder entre los partidos políticos, ¿llega a afectar esta relación que se tiene en los congresos de los países? ¿Qué tanto juego político hay entre las fuerzas por conservar o desestimar la imagen de un Estado?

JG.- Si firmaste y ratificaste las  principales Convenciones, y no cuentas con un mecanismo  de invitación abierta a los relatores, estás (como Estado) en el banquillo de los acusados. Y si estás en una situación particular, es peor, sobre todo si hay un relator para tu país designado por la ONU. Existía en Cuba, que por una negociación política fue quitado. Pero hay en el caso de otros países, como Corea del Norte. También tienen los países que vienen saliendo de la primavera árabe, como Costa de marfil,  Libia… Hay expertos independientes que le dan seguimiento a los sucesos en estos países.
Los Estados luchan por tener una buena imagen y decir: “Yo no soy un país problemático para la ONU. Soy un país normal, tengo la invitación abierta a los relatores. No he sido condenado en ningún órgano de tratado. En Consejo de Derechos Humanos se habla cada vez menos de mí”. Lo que buscan es bajar el nivel de atención. Por eso temen tanto a esto, a que venga un órgano de tratado y que en la ONU critiquen,  porque eso al trascender en la imagen, la desluce.
Además, los países en el concierto diplomático, si se desluce la imagen y son condenados, o no cooperan, pierden peso diplomático, porque en los debates, cuando se definen las políticas internacionales y ese país quiere levantar la mano le dicen: “Vos, callate la boca porque estás en el banquillo de los acusados. Vos no podés hablar porque tienes un relator, porque no cumplís, porque sólo prometés”. La ambigüedad solamente te alcanzó para evitar algunas cosas, te sirvió solamente por algún tiempo para evadir una sanción internacional.

GCG.- ¿Hay menos margen de maniobra para los gobiernos para librarse de las recomendaciones con los nuevos mecanismos de la ONU?

JG.- La historia de la ONU así lo demuestra, porque la multiplicidad en la creación de mecanismos de control se dio, pero las violaciones continuaban; se tenían que crear nuevos, porque se dieron cuenta que con uno no alcanzaba y se  debía evitar que los países escaparan por algunos espacios. Creo que existe y es inherente a la especie humana, creo que es de la misma manera que trampear en el deporte, por eso se ponen los reglamentos, porque si no todo mundo trampea.  Es consustancial al hombre.  Esto se mezcla con los proyectos políticos, y los proyectos políticos son proyectos colectivos, y para defenderlo  tienes que sacrificar determinados principios. El lenguaje de la ONU es un lenguaje muy estricto. Se debe abolir la tortura porque los mandata la ONU y lo tenés que hacer, no hay medias tintas. Existe el caso de la moratoria, pero es solamente un paso para abolirla, no para regresar a ella. Porque hay casos de países en los que se volvió a aplicar, Guatemala levantó la moratoria en el 2001.
Vengo de Taiwán, de un reportaje y la restablecieron hace poco por algunos casos, el Gobierno la quiere abolir, pero los conteos que te presenta el Estado que han hecho en la población, el 82 por ciento quiere mantener la pena de muerte. El viceministro de Justicia hablaba de una pena sustitutiva, pero también se debe que tomar en cuenta lo que quiere la gente. La lucha por los derechos humanos es una lucha eterna.

GCG.- ¿El caso de México?

JG.- La guerra del narco ha producido un aumento sustancial de las violaciones de los derechos humanos en México, que sean atribuibles éstas a gentes del Estado o de grupos paraestatales, no suprimen la responsabilidad del Estado. La ONU fija la responsabilidad del Estado. Hay indicios inquietantes por las alegaciones que traen las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), por las propias recomendaciones ya hechas en el Examen Periódico Universal (EPU), y los órganos de tratados que han tomado el caso de México.
Hay indicios, desde que comenzó la guerra, de comisión de delitos que pueden acercarse al crimen de lesa humanidad, porque hay una presencia sistemática y masiva de determinados crímenes que suceden en todo el país y no una determinada región. Las víctimas son de distintos sectores sociales, de distintas procedencias culturales, es decir, no hay una selectividad sino una masividad. En la medida que se demuestra el patrón, que es sistemático y que es contra la población civil.
 El Estado sabe que tiene que resolver un problema, y que necesita encontrar a cierto tipo de gente (delincuente  o narcotraficantes), pero no la detectan, entonces reprimen masivamente. Hace una redada, detienen a algunos, ya encontraron a uno de los que estaban buscando, a los demás no los pueden dejar libres porque los van a denunciar, entonces lo deben matar también. Avanzan a ciegas, por el hecho de encontrar de manera selectiva determinadas víctimas, reprimen para encontrarlos. Si hacen una lucha legal, no se puede. El avanzar a ciegas, y atacar a la población civil, eso, te da un indicio. Se necesita demostrar, y ese es trabajo para las ONGs y reporteros que buscan abordar el tema de los DDHH, la cuantificación de estos delitos.

GCG.- ¿La fragilidad de las Leyes internacionales al aplicarse en un país que no cuenta con el mismo marco normativo, afecta su aplicación?

JG.-  El problema de la tipificación del crimen en el caso de la tortura se ve claramente. Una de las luchas que emprende el CAT es decirle al Estado que firmó o que ratificó la Convención, que cambie la legislación y copie las definiciones de la ONU, y además, con una posibilidad de alegación de la víctima, aumenta su efectividad. Entre tanto, es importante que el Estado le dé prioridad a la ratificación de la Convención, así los abogados sabrán como litigar en los tribunales y plantear que se violaron los DDHH  de su cliente, en función del primer artículo de la Convención contra la Tortura. Esta homogeinización,  en la que el Estado cedió una parte de su autonomía porque reconoce que para luchar contra un crimen mayor: “No me alcanzan mis fuerzas, entonces me voy a poner de acuerdo con otros 190 países para unificar la lucha. Aceptas que el órgano te controle, y en el Estado hay un abandono de definiciones ambiguas en cuanto a la tortura, porque hay países que tienen hasta tres definiciones distintas en el Código civil y en la Constitución.


Tomado del Portal http://homozapping.com.mx/2013/01/en-mexico-el-estado-cometio-crimenes-cercanos-a-los-de-lesa-humanidad-gasparini/

Imagen tomada de Internet

lunes, 12 de noviembre de 2012

Artículo de Opinión Sobre Libertad de Prensa.



Del Sotavento a Televisa
Por Orazio Barmez
@oraziobarmez


     Esta semana la comenzamos con grandes noticias en cuanto a la libertad de expresión y es que en los últimos meses hemos sido testigos de cómo se las gastan los gobiernos Priistas para eso de la libertad de expresión, en Veracruz por ejemplo el gobernador Javier Duarte hizo que el mundo pusiera la mirada en la región del Sotavento cuando mando detener a dos tuiteros por asunto de terrorismo, en el proceso hasta se quiso cambiar las leyes en Veracruz para poder castigar a estas dos personas quienes en un acto de dar información cayeron en la irresponsabilidad que desencadeno la histeria de muchos jarochos; pero no terminaría ahí el asunto pues Javier Duarte sigue dando de que hablar, hace poco se filtro que tiene una casa en Arizona, EU, con valor de un millón de dólares. Propiedad  fue adquirida el 29 de marzo de 2005, cuatro meses después de haber sido nombrado subsecretario de Finanzas en el gobierno de Fidel Herrera Beltrán.
La semana pasada después de que la revista proceso publicara que a seis meses del asesinato de la periodista Regina Martínez el caso no estaba resuelto y que la investigación no daba buenas señales,  días más tarde la Procuraduría General de Justicia del Estado de Veracruz informo en un comunicado que el motín del asesinato fue robo por dos “malvivientes”, fue la misma Regina quién los invito a pasar a su domicilio. Con esto en la revista declaró: “exigimos una investigación seria para esclarecer el crimen y hacer justicia, no les creemos. Lamentamos que el gobierno de Javier Duarte de Ochoa haya recurrido a una burda salida para difundir el supuesto esclarecimiento del homicidio de Regina, método que nos deja ver nítidamente su estilo de gobernar, el recurso de la mentira fácil y el acomodo a sus motivaciones políticas
 Con esto queda clara la posición de la revista Proceso frente a la resolución del caso de Regina Martínez una de los 7 periodistas asesinados en el Estado de Veracruz, sin contar los treinta periodistas que han dejado el estado por no tener garantizado la seguridad en el ejercicio periodístico. Y si, esto suena repetitivo en muchos espacios virtuales pero es una realidad que no se puede callar.

En el mismo tenor de libertad de prensa la periodista Carmen Aristegui comenzó una investigación periodística entorno al a los 18 detenidos en Nicaragua el pasado 20 de agosto, en los que decomisaron 9.2 millones de dólares y dijeron ser trabajadores de Televisa, se transportaban en seis camionetas con logos de Televisa, el juicio que se llevaría a cabo el 09 de noviembre se pospuso para Diciembre ya con el nuevo presidente EPN, muy ligado a televisa por cierto. La cobertura e investigación hizo que televisa sacara las uñas para defenderse, caso característico de esta e empresa monopólica en medios. Con un boletín de prensa donde simplemente argumenta que Aristegui “miente” y de paso le da clases de periodismo.  Televisa se deslinda de documentos los cuales dice son apócrifos sin embargo, se ven involucrados en cartas firmadas y números del celular de Amador Narcia (vicepresidente de Información Nacional de Televisa), teléfonos a televisa, equipos de uso exclusivo para trasmisión y grabación de vídeo profesional, registro de los seis vehículos a nombre de televisa en libros del DF, todo por muy apócrifo apunta a que Televisa está ligada a este caso, aunque el mismo embajador mexicano en Nicaragua y maricela Morales hayan salidos a la defensa de la empresa de Emilio Azcárraga. El mismo día en que salió boletín de prensa en contra de Aristegui, El director de noticias Amador Narcia fue galardonado con el premio Antena CIRT.
Lo único cierto es que Televisa como empresa monopólica ha adquirido tanto poder para salir libre de cualquier señalamiento, pues tanto en la política como en la cúpula empresarial se mueve como pez bajo el agua, lo que le quita el sueño es que haya una mujer periodista como Aristegui que les saque sus trapitos al sol, haciendo uso solamente del ejercicio periodístico informativo que en México hace mucha falta pues son contados los periódicos y periodistas que defienden la ética de la información.

Y para quienes les interese como dice el teacher López Doriga el periódico Reforma publico una encuesta hecha en el DF donde es precisamente Carmen Aristegui en su noticiero matutino Primera Emisión de noticias MVS quien está a la cabeza con mayor audiencia, ni siquiera Pedro Ferriz con todo el apoyo del gobierno actual pudo colocarse en la preferencia.


Fotografía tomada de Internet

jueves, 1 de noviembre de 2012

CRÓNICA de Día de Muertos



Festejo de Día de Muertos en casa de la Abuela
Orazio Barmez

Uno siempre vuelve a los viejos sitios donde amo la vida”

La memoria está llena de grandes imágenes recuerdos puros de la niñez, en las fiestas de día de muertos es inevitable dejar de recordar tantos momentos que pasé con mi familia en estos festejos, desde la preparación donde todos participan, ritual que deja ese sabor a nostalgia y alegría de reencontrarse simbólicamente con los seres que ya no están con nosotros. La alegrías de los vivos de volver a sentir cerca a quienes ya partieron, a los que ya no se puede abrazar, ni esperar regaños, consejos y carcajadas, pero en estos días la nostalgia y la felicidad se mezcla para poder convivir de alguna manera más cerca y sin miedo con los muertos, nuestros familiares y amigos cercanos. 

Desde meses antes comienza la preparación para poder recibir el día de muertos, mi abuela viaja a San Antonio hacer las compras de papel, cera, alambre y demás artículos que serán los que adornen y vistan los altares y tumbas. Las coronas se hacen con papel bond de diferentes colores, recortan en forma de pétalos de diferentes formas y arman las flores de papel, estas son pasadas por cera liquida caliente para que queden completamente enceradas y brillen a la vista, les espolvorean escarcha en el centro y simulan ser flores de plástico, de ahí las colocan cuidadosamente en aros que se entrelazan en la circunferencia, se sujetan con alambre hasta formar una corona ovalada, la cubren con papel celofán y entonces queda lista para poder llevarla al panteón y colgarla en la tumba del ser querido.
La temporada de naranjas se hace presente, en algunas casas se percibe un olor a cítricos, la fruta principal que adorna los tenates en los altares de muertos, naranja malta en cada ofrenda. Alguna vez mi abuela contó que los niños que mueren sin ser bautizados son quienes acaparan esta fruta dulce en sus gajos, suave de su cascara y fácil de descascarar o pelar, entre risas y juegos los niños difuntos se lanzan las semillas de esta naranja, pues en cada gajo siempre tiene 4 o más semillas, los difuntos se divierten mientras regresan al panteón con sus ofrendas. El clima cambia de pronto, grandes nubarrones cubren el cielo y el aire se torna fuerte y frío, eso indica que se marcha el mes de octubre, sus últimos días son nublados y tristes, como si estuvieran de luto coincide exactamente este cambio climático con la celebración del día de muertos que se festeja en México. En el poblado de San Julián que se encuentra en los límites la región veracruzana de las grandes montañas y el comienzo del Sotavento, el clima se repite cada año casi de la misma forma.

La gran mesa del comedor de la Abuela se desmantela y sobre ella comienzan hacer la mezcla de harina y todos los ingredientes para preparar el Pan de Muerto, el horno se limpia y colocan trozos de leña para encenderlo y esté listo para hornear los figurines de harina. Las tías corren con latas de aluminio y se colocan alrededor de la mesa junto con mis primos para hacer bolitas masa de harina y de ahí dar forma a los figurines, el ingenio siempre motiva a todos los participantes, calaveras, cuerpos, moños o simplemente formas únicas se colocan en las tablas de aluminio y se deja reposar para luego hacer filas, como hormigas de la casa a donde está el horno y se van metiendo en esa gran boca de fuego, el olor se esparce por todo el ambiente, pan recién horneado muy pronto acompañara la mesa junto a una tasa de chocolate que ya está en el fogón. Hay un árbol de limas cerca del horno, los primos y yo esperamos trepados para ver la primera lata de aluminio que sacan del horno y ver ese esponjoso pan. 

El ritual de día de muertos inicia con la muerte, si, con la muerte de los pollos y guajolotes que serán las principales guarniciones para preparar los platillos y colocarlas como ofrendas. La cocina de la Abuela en estos días se mantiene con el fogón encendido, hoyas y cazuelas evaporan olores que provocan que el estomago cante gruñendo; mole, tratonile, tamales, calabaza son de los platillos que siempre se cocinan y es que no solo son ofrendas para los muertos sino más bien es comida para los muy vivos, que como siempre se reúnen a la mesa para dar una gran merienda hasta que la gula o los estómagos ya no den para más, sobre la mesa siempre salen las anécdotas de quienes aun con vida recuerdan aquellos que se adelantaron, risas y bromas en la sobremesa.
El abuelo como cada año al desmantelar el altar de muertos se queda con los arcos que son los pórticos del altar adornado con flores de cempasúchil (o flor de cuatrocientos pétalos o flor de muerto), marchitas y un poco secas se junta toda esa flor y se guarda en algún saco hasta que ya está muy seca y meses después elige un espacio en su parcela para que pueda regar las semillas y el siguiente años haya flores para volver adornar el altar. Primos, tíos y el abuelo nos dirigimos al lugar donde rego las semillas de flor de muerto, para encontrarnos con jardines de color amarillo y entonces a cortarlas todas, rollos y rollos para poder armar el altar de la abuela.
Velas, cirios papel china cortado, flor de muerto, foto y un arco de alguna rama de árbol delgada, los principales elementos para armar el altar, lo primero será empotrar el arco frente al altar simulando un gran pórtico cubierto por flores cuidadosamente colocadas, un mantel blanco y en forma de tapetes el papel china picado, la foto de los fallecidos, velas y cirios colocados en un tronco de árbol de plátano que estará al frente del arco del altar y lo más importante el copal para asustar a los demonios y los difuntos puedan tomar sus ofrendas sin ser molestados. El altar se monta desde el 31 por la noche para que el día 01 de noviembre los niños que no fueron bautizados porque nacieron muertos puedan llegar a tomar su ofrenda. La abuela corre de la cocina a la sala para supervisar y cuidar los detalles de su altar, uno que otro regaño a mis tías por que la abuela es muy buena gente pero su perfeccionismo hace que en estas circunstancias exija exactitud, perfección y rapidez. Cuando por fin logra quedar el altar montado entonces vienen las ofrendas, no sin antes pedir que se haga una cruz y camino con pétalos de la flor de muerto, desde la entrada de la casa hasta casi la calle más próxima, para que los familiares difuntos puedan ver el camino y no se pierdan en otras casas, pues a estos no se les permite salir todos los días ni por mucho tiempo deberán. Las ofrendas para los niños son dulces, chocolates, sus juguetes si aún se conservan o algún juguete nuevo, tamales de dulce,  fruta y siempre un vaso con agua. La se segunda mejor parte de este festejo es el intercambio de ofrendas con la familia, en los tenates se hace trueque de ofrendas con otras familias, cuando niño lo mejor del trueque eran los dulces y chocolates.

Estos días de celebrar los muertos nos ayudan a entender que nuestro paso por este mundo es muy rápido, un destello que se apaga lento y rápido de ahí que la muerte sea la gran conciliadora de nuestros miedos. Para los muertos se dice es importante los recordemos en estas fechas, es una forma de seguir conservando en la memoria aquel lazo que nos unió a ellos y que donde quiera que estén siguen presentes con el mismo cariño.

@oraziobarmez

Fotos tomadas de Internet

lunes, 22 de octubre de 2012

ENTREVISTA sobre el Libro Peña Nieto el Gran Montaje.

El presidencialismo de pantalla, derrota del PRI
Blanche Petrich
Periódico La Jornada
Sábado 20 de octubre de 2012, p. 12

Durante cinco años, Jenaro Villamil ha escudriñado la figura del hoy presidente electo Enrique Peña Nieto, en particular la forma como su imagen se construyó y se proyectó desde las pantallas de los consorcios televisivos. Como reportero, cultivó fuentes de información que le proporcionaron documentos internos; como observador advirtió desde sus inicios la gestión de una operación encubierta, que culminó con el resultado electoral que regresará al PRI a Los Pinos.
Como periodista especializado en la cultura y la industria mediática, siguió sus pistas, las sistematizó, escribió sin parar –en Proceso, en su blog Homozapping, en publicaciones diversas– y recientemente publicó su tercer libro sobre el tema, Peña Nieto, el gran montaje.
Ahí plantea su tesis: el gobierno del mexiquense será un presidencialismo de pantalla. Antiguo colaborador de este diario, el periodista yucateco explica:
–Este presidencialismo de pantalla es un resultado de la alternancia fallida. En los dos sexenios panistas creció el poder mediático al amparo de la destrucción de la institución presidencial. Vicente Fox socavó la institución. Felipe Calderón intentó ejercer un presidencialismo excesivo en su presencia mediática y gastó, según cifras oficiales, 19 mil 720 millones de pesos en comunicación social; 50 por ciento más que el gobierno anterior. A pesar de este dispendio, termina como el mandatario menos respetado, menos querido.
Comunicación política y mercadotecnia: una confusión
–¿Por qué falla?
–Porque el presidencialismo de pantalla confunde la comunicación política con la mercadotecnia. Creen que por gastar mucho en espots, campañas, imagen, se comunica mejor. Esa confusión la viene acarreando Peña. Por eso él es un rehén de los medios, que le hacen creer que lo importante no es ser, sino parecer. Parecer eficaz, parecer fuerte, aunque no lo sea.
Por eso, la figura de un presidencialismo de pantalla es una metáfora, porque es falso. La llegada de Peña Nieto a esta presidencia de montaje no es una victoria del PRI, sino su derrota; Peña Nieto no representa la continuidad de un sistema priísta modernizado sino la derrota del PRI como un partido que garantizaba la interlocución con los grupos corporativos. El poder presidencial ya sólo tiene interlocución consigo mismo y con los grupos de interés.
–Mientras, ¿qué pasa en los corporativos mediáticos?
–Lo que mejor describe el sistema del pasado es la famosa frase del Tigre Azcárraga: somos soldados del PRI. Ahora todos los políticos son soldados de Televisa. El desgaste empieza con Salinas. Él es el presidente contemporáneo con menor votación y por convicción y por proyecto hace una alianza con las ultraderechas. Las mismas fuerzas de ultraderecha contra las que 20, 30 años antes Manuel Buendía había alertado en su trabajo periodístico. Es con esa derecha con la que Salinas pretende gobernar, disfrazado de liberal y reformista.
–¿Pretendió gobernar en 1988 o pretende, hoy en día?
–Desde el 88 hasta ahora. Son los mismos actores, con él y con Ernesto Zedillo, aunque sean adversarios. Pero el modelo de ambos es idéntico. Y con Enrique Peña Nieto; atrás de él está la ultraderecha provinciana, originaria de Atlacomulco, que además es profundamente corrupta.
Manuel Buendía, visionario
–Manuel Buendía, autor de la columna Red privada que por años se publicó en el antiguo Excélsior y quien fue asesinado en 1984, describía al entonces monopolio como el administrador de la felicidad nacional; cero crítica al autoritarismo del régimen de partido único.
–Buendía y los periodistas críticos de la época sabían que la televisora era un problema cultural, pero no era un problema político. Ahora es las dos cosas. Él pertenecía, a final de cuentas, a esa ala de centro izquierda del PRI. En sus columnas advirtió sobre la expansión del poder de la ultraderecha electrónica, clerical, financiera y empresarial. Es la misma ultraderecha que está detrás de Peña. Y un ingrediente más: el narcopoder. que fue el que lo llevó a la muerte. En ese sentido creo que Buendía fue un visionario de los escenarios que 30 años después se están concretando.

–Otro de los ingredientes que Buenía documentó era la embajada; la intervención de Estados Unidos. ¿Hoy dónde ubicamos este factor?
–Los cables que ustedes en La Jornada filtraron de Wikileaks dan una idea perfecta de que ellos sabían cómo se estaba armando el gran montaje de Peña Nieto, cómo compraban encuestadoras, los convenios encubiertos de Televisa y Peña, cómo estaba vinculado a las redes de corrupción de Arturo Montiel. Y sin embargo, Estados Unidos no hace nada, más bien utiliza esa información para obtener beneficios estratégicos.
–Del narcopoder en el montaje de Peña Nieto ¿qué es lo que puedes poner sobre la mesa?
–No mucho. Yo llego al asunto de Peña Nieto y Televisa sólo a través de documentos, no por intuiciones. Pero la misma documentación nos permite observar el despilfarro. Esto le ha costado al país muchos miles de millones de pesos. Con una opacidad tan grande en los convenios de publicidad la pregunta obvia es ¿hasta dónde el presidencialismo de pantalla no también está encubriendo operaciones de triangulación de fondos y lavado de dinero? Esto no lo incluí en el libro porque no tenía los elementos en la mano.
Y de pronto, surge el caso de las camionetas de Televisa en Nicaragua.
Televisoras: fecha de caducidad
–Frente al dominio del duopolio en la circulación de información y en las telecomunicaciones ¿qué cartas propias puede jugar el equipo de Peña Nieto?
–Tendría que tomar decisiones de Estado. Y la más clara es la que ha planteado el movimiento #YoSoy132, con toda simpleza: si no se democratiza el régimen de medios de comunicación no se va a democratizar el sistema político y por lo tanto el próximo presidente va a ser un rehén de esos poderes e intereses. Pero creo que ni lo entiende ni le interesa.
–¿Se puede hacer sin tocar la punta de la pirámide?
–Lo único que se puede contraponer a esa hegemonía de los medios analógicos es el acceso a la banda ancha digital. Aquí ya hay una tendencia irreversible. El poder de Televisa se está minando desde aquí, desde las audiencias digitales que ya desertaron de la televisión. Ese es el verdadero problema para Televisa y para Peña Nieto. Esos consumidores de información por banda ancha son los que están generando la crítica. Son pocos pero muy efectivos y con argumentos muy convincentes.
–El poder de la comunicación a través de la banda ancha se traduce en redes sociales, en mayor circulación de opinión crítica, en medios alternativos. ¿Puede decirse que el poder de la televisión tiene fecha de caducidad?
–Es paradójico pero sí. El momento de mayor poder de Televisa es el momento de menor credibilidad y eso sólo se puede explicar porque ya hay otros canales de expresión. Las mayorías van a seguir viendo Televisa, pero con otra óptica. Y hay generaciones nuevas que ya no ven televisión. Y son los votantes del futuro.


Artículo tomado de La Jornada http://www.jornada.unam.mx/2012/10/20/politica/012e1pol
Fotografías tomada de Internet.