sábado, 19 de septiembre de 2009

EXPERIENCIA con libros del rincón


LOS LIBROS DEL RINCÓN EN MI AULA: UNA MARAVILLA


Educadora Lorena de los Ángeles Chávez Cruz

Primero y Segundo grado, Palma sola Veracruz

Jardín de niños “Francisco Gabilondo Soler” Zona 014 Cardel


Primero que nada me permito aclarar que, desde hace unos pocos años, soy una amante de la lectura, por ello tal vez mi relato sea muy emocional y hasta con tintes románticos, pero de verdad espero transmitir un poco de mi fascinación por los libros y sobre todo por este maravilloso recurso que son los Libros del Rincón.


¿Por qué afirmo que son maravillosos? Pues porque en mi salón más que Libros del Rincón son libros del “centrón” y no me refiero a su ubicación, porque en mi pequeña aula todo se encuentra en el centro, me refiero específicamente al papel tan significativo que juegan los libros para mis alumnos, para explicarme mejor a continuación les relato brevemente como ha sido el proceso de acercamiento y enamoramiento de mis alumnos y los Libros del Rincón.


El descubrimiento. En agosto, cuando los niños llegaron por primera vez al aula, todos vinieron con diferentes experiencias de acercamiento a la lectura, hubo desde los que no habían tenido nunca un libro en sus manos hasta a quien sus padres le leen cuentos por las noches. En base a esto el segundo día de clases, cuando estábamos reconociendo los espacios del aula, hice énfasis en el librero que era nuestro rincón de biblioteca, nos acercamos, y tranquilamente, sin decir nada, empecé a darles los libros que tenemos ahí. Algunos niños tomaban los libros un poco inseguros y sin encontrarle pies ni cabeza, otros muy propios los tomaban como si los leyeran, incluso mostrándole a los primeros “como se toman los libros”, pero los más asombrados fueron aquellos quienes los hojeaban violentamente admirados de que se les hubiera permitido tomar un libro y ver las grandiosas imágenes que hay en ellos.


Se tomaron el rato que quisieron en explorarlos todos, reservada o apasionadamente, al final estaban extasiados de haber descubierto lo qué es un libro, porque todos conocían el concepto, pero lo rico de este día fue que pudieron llenarse de los libros, no solo verlos y tocarlos sin límites, sino que también olerlos y sentirlos en sus diferentes formas e incluso morderlos y como cereza en el helado, cuando les leí Cocorico, sus ojitos al escucharlo, me señalaron que fue cuando se deleitaron por completo y con todos los sentidos del delicioso sabor de los libros, fue el flechazo.

Los libros son parte de nosotros. El episodio del descubrimiento fue muy enriquecedor, pero acepto que los días subsecuentes me perdí en otras actividades y no hubo otro acercamiento, hasta que el destino los volvió a juntar, me explico: Resulta que un día un niño tuvo un ligero accidente y en lo que hacia de enfermera se me hizo fácil indicarle a los demás “tomen un libro”.


No me di cuenta que algo tan sencillo para mi fue todo suceso para ellos, me distraje unos segundos y mi aula era como una casa de bolsa, todos gritando y discutiendo, unos niños parecían incrédulos de poder tomar un libro en sus manos sin que alguien los supervisara, para otros no tenía caso tomar un libro pues yo evidentemente estaba ocupada como para leérselos y otros más aprovechaban para rasgar hojas en ellos, así que terminada mi momentánea labor, volví a ser maestra y para sosegar el caos nos reunimos en el piso, prontamente hubo muchas explicaciones de ellos, pero acepte mi responsabilidad en los hechos y les dije a los niños un secreto “Sabían que esos libros son suyos”.


Un inusual silencio invadió el aula, después de esto hubo varios comentarios y aclaraciones que si transcribiera, este ya no sería un breve relato, creo que basta con decirles que de aquí, y claro otros varios momentos de acercamiento casual o intencional al ahora rincón de lectura, los niños fueron conociendo que a los libros los podían tomar cuando sintieran que fueran necesarios, que eran para disfrutarlos solos o acompañados, que como parte de sus objetos también eran su responsabilidad y que si querían seguir teniéndolos debían cuidarlos.


De aquí surgieron actividades como “los libros visitan mi casa” “te comparto un cuento” y “que me dice mi libro”; e ideas, como “las reglas del rincón de lectura” para establecer como debíamos cuidarlos, “investiguemos en los libros” una practica frecuente incluida en la mayoría de las secuencias didácticas realizadas, donde los niños aprendieron que podemos obtener información nueva y/o importante en los libros y que nos ayudan a aprender ó “tomo un cuento si no estoy contento” donde los chicos han aprendido que un libro les podría dar paz y alegría, en estos meses se dio el establecimiento formal de la relación.


Paso a paso vamos. Hace unos día llegue un poco más temprano y sin más oficio empecé a leer los poemas del libro Tres cocodrilas del cocodrilar, me embobo tanto, que mis alumnos iban llegando y yo seguía leyendo, de repente me estaban pidiendo que les leyera en voz alta los poemas, querían saber que era eso que a su maestra la tenia tan distraída, al igual que a mí, les encantaron los poemas y esta vez no hubo necesidad de estímulo visual. Ellos me descubrieron, era yo una amante de la lectura y ellos van paso a paso convirtiéndose también en ello, la relación se va cimentando.


¡Hay tantas experiencias que me gustaría relatar! no todos los momentos en que se promueve la lectura son obra del destino, al contrario la mayoría han sido y deben ser concienzudamente pensados, hay diversas situaciones didácticas que a mí, en mi grupo, me han funcionado muy bien, otras que la verdad no tanto, he trabajado con padres y bueno me he desbaratado con mucho gusto en este quehacer de promoción de la lectura. Reconociendo ahora, que esto no es tarea de un solo día, es un proceso que se da como una relación emocional: poco a poco.


Justifico, que no tendría caso que les filtrara duplicado de las actividades exitosas que menciono, de hecho por eso decidí describir las experiencias casuales, y no es que sea celosa de mi trabajo, más bien es que creo que cada una que conoce a su grupo sabe como es la mejor forma de “entrarle” a esta tarea. Lo importante es que como docentes reconozcamos la importancia de la lectura en nuestras vidas y en nuestros trabajos para que con sinceridad y ejemplo se los trasmitamos a los niños que ahora tenemos en tutela y que serán lo constructores del futuro cercano.


Por eso maestra lee, te invitó a que te enamores de los libros, puedes empezar con una deliciosa novela romántica o tal vez con ese libro de superación personal que no terminaste en secundaria y que esta por ahí olvidado, busca esos poemas que alguna vez oíste y te identificaste con ellos, o incluso léete el libro de español de tu hijo de primaria o mejor aún los Libros del Rincón de tu biblioteca de aula. Empieza, créeme los libros son tan maravillosos que te llevaran paso a paso a disfrutarlos, descubrirás cuan útiles son, asimismo distinguirás como si lees y trabajas con tus alumnos los Libros del Rincón, tu labor será un poco más sencilla.


Experiencia seleccionada para representar a la zona escolar 014 de Cardel, Veracruz.


Foto: Nancy Ortiz

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