jueves, 4 de junio de 2009

ENSAYO sobre educación y reproducción


EDUCACIÓN Y REPRODUCCIÓN SOCIAL


Manuel Hernández Pérez

Sociólogo e historiador y Profesor de la Facultad de

Sociología del Sistema de Enseñanza Abierta de la

Universidad Veracruzana


El papel que cumple la escuela en tanto espacio donde se reproduce gran parte de la vida socio-política y cultural de niños y jóvenes, es vital, pues representa el ámbito donde estos grupos adquirirán las pautas de comportamiento y adaptación a la sociedad que les toca vivir. En nuestro caso el paso de una sociedad postindustrial a una sociedad de la información, del riesgo y la individualización postmoderna.


El discurso que se maneja en la actualidad dentro de los espacios educativos es poroso, en ocasiones vago e impreciso, pues se sigue utilizando un lenguaje que contrasta con el de la era industrial o moderna, por ello términos como educación, escuela, pedagogía, cuerpo, alma, espíritu se han vuelto palabras flexibles que ya no muestran mucha utilidad. Estos cambios nos deben mantener alertas y con actitud innovadora para saber enfrentarlos.


Algunos especialistas (Jiménez, 2007) nos recuerdan que la triada cuerpo-alma-espíritu se ha reducido a un complejo sicosomático flexible y penetrable. Sobre todo el discurso sobre el cuerpo humano y su relación con la educación, está muy alejado de su contexto de origen que es la era industrial.


Cuando hablamos de que cada época histórica determina en gran médica el tipo de educación y estrategia pedagógica que se sigue es porque creo que ambas están influenciadas por cuestiones ideológicas y políticas propias de cada momento histórico, esto también ya lo han indicado especialistas en el tema para el caso de México(Ornelas, 1997).


“En efecto, ninguna forma de educación, ni siquiera por su pretensión de ciencia, puede prescindir de prejuicios, supuestos y creencias de origen social, político, económico o religioso desde los cuales ampara el orden de su saber. Y la pedagogía, al poner en funcionamiento a educación y sus teorías, no hace más que confirmar ese origen ideológico de la “ciencia” que pretende desarrollar. Por lo tanto, la educación como ciencia, construida y afirmada dentro de un contexto eminentemente tecnológico, al igual que en el de nuestro tiempo, es hija directa de esta metafísica y la pedagogía es su instrumento técnico” (Jiménez, 2007:10).


Aquí debemos entender a la educación como el proceso mediante el cual se construyen personas, de acuerdo a ciertos esquemas de referencia de una cultura específica, en cambio la pedagogía vendría a ser la encargada de crear o generar los métodos y procedimientos mediante los cuales se conseguirán estas metas y objetivos. Así, tanto las cuestiones teóricas como las prácticas de ambas disciplinas conforman la estructura que contribuye a la reproducción de una tradición cultural, en nuestro caso la moderna. Dependerá mucho la concepción que tenga la educación moderna acerca del cuerpo humano, para que se determine cuales serán las técnicas para lograr ese objetivo.


“Se pide que nuestros “cuerpos de hoy” sean funcionales, perfectos, ágiles y obedientes, administrados por los discursos burocráticos, médicos, jurídicos y deportivos. En la misma medida que deben estar informados respecto a cada uno de estos elementos, deben hacerlo bajo la mirada de una entidad educativa pública o privada, de modo que la pedagogía ya no es moral sino un reemplazo. Es una teoría práctica sobre el “cuerpo humano” que lo acondiciona a las necesidades del presente y a sus fines; que lo ubica en un establecimiento educacional o de trabajo haciéndolo funcional y productivo; que lo enseña a regular su duración mediante la disciplina de hábitos alimenticios, educación sexual, gimnasia; que lo hace más competitivo, “más alto, más fuerte, más rápido” (Jiménez, 2007:11-12).


En este tipo de concepción de la persona, la discusión sobre los valores, la moral, la ética, quedan como cuestiones pendientes o poco importantes. En este esquema lo que importa es que se respete el circulo de aprobación entre compañeros y jefes, aquí la educación y la pedagogía son instrumentos de una “metafísica de la reproducción social” imperante.


La idea que habla de un requerimiento de apegarse a cierto tipo de producción u operación de la sociedad, tiene sus orígenes en la teología cristiana ya de la Edad Media y los posteriores intentos por promover este enfoque por parte de la Ilustración; poco después el protestantismo y la contrarreforma jesuita, no hacen más que reafirmar esta tendencia, así los conceptos de persona, progreso, salud, salvación, inmortalidad, seguirán presentes en los discursos de los humanistas e ilustrados y llegará hasta los positivistas del siglo XIX, que en el caso de México, tuvieron influencia en muchos ámbitos de la vida socio-política y cultural.


Los temas tratados anteriormente deben ser el punto de partida de una reflexión más amplia que debemos de hacer todos los que nos dedicamos a la docencia, la clave está en que queramos seguir promoviendo un esquema individualista, basado en la eficiencia, la visión empresarial de la educación o promover aquella perspectiva que defiende al individuo en tanto persona, integrante de una comunidad, que tiene derechos y que no sólo es una máquina para producir bienes de consumo, sean estos materiales o simbólicos.


Medidas como las tomadas por el gobierno federal que impulsó las reformas del sistema de bachillerato, donde se eliminan las disciplinas filosóficas de los planes de estudio de dicho nivel educativo (La Jornada 22/abril/2009), nos muestra que no existe el interés por enseñar y discutir en los salones de clase y en otros espacios la importancia de la triada cuerpo-alma-espíritu, que en último término es la base del quehacer educativo.


Bibliografía

Jiménez Jiménez Luis Felipe (2007) En los albores del

sujeto pedagógico. UAZ-Porrúa. México.

Ornelas Carlos (1997) El sistema educativo mexicano.

CIDE-FCE. México.

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