San Lunes
Israel Hernández Ceballos
alumno de Sociología SEA UV
3:33 Es mi segundo ataque de ansiedad, el primero fue a la hora de comida ya cuando descansaba de la reunión sorpresiva sobre una presentación de las nuevas estrategias de mercado, de la cual me informaron a las 11 pm del día anterior y, como hasta ahora, salí avanti no sin desvelarme y maldecir por no contar con internet para terminar con los detalles. Después de mi tercer sorbo al café comencé con la incontrolable pierna y poco a poco me inundó un extraño cosquilleo en el pecho y un sentimiento de vacuidad sobre todo mi cuerpo… eso se hubiese arreglado perfectamente con la dosis de lexotán indicada para esos casos, pero qué pedazo de imbécil se olvida de salir sin su medicamento?
En fin, así me encontré después de las tres, regresando por correo electrónico una versión ya corregida en estilo y ortografía del memo con el proyecto obtenido de la reunión. Mi presentación fue aplaudida un instante, pero, como es la costumbre de la alta dirección, jamás se tiene que demostrar satisfecho con el trabajo, ya que siempre se puede exigir más. Si no fuera porque gracias a este trabajo logro obtener para el pienso diario que mi cuerpo necesita. Malditos capitalistas canívales!!!
Tomo un poco de agua, saco la corbata del cuello de la camisa, reviso mi teléfono por algún mensaje… nada… y me dispongo a salir a buscar algo de alimento. Tal vez eso me calme.
3:40 Así continué hasta después de la 5, cuando iba regresando a la oficina maldiciendo a los empleados del banco. Recibí un mensaje de mi flaquita que me preguntaba si había sobrevivido al fin de semana. Aparqué y bajé con un paquete de hamburguesa, papas y refresco en una bolsa de estraza con una m que me recordaba que no he aprendido nada de nutrición y de inmediato oprimí el send mientras buscaba entre las llaves la de la entrada.
Cómo estás… gracias por el mensaje… jajaja… no, no lo vi… me quedé dormido y llegué hasta las
¡Lo mejor que me pudo ocurrir para iniciar esta semana!
3:50 Lo menor fue decir salud, que el serrano y los quesos, el pan y las semillas eran muy solicitados, los comentarios sarcásticos, las risas y un buen whisky para salir de la inhibición y dar rienda suelta a la catarsis intelectual. La revisión de temas fue amplio, desde la política y augurios al nuevo presidente y su gabinetazo, que si estaban a la altura de sus salarios, de la posibilidad de que la paisana de educación diera plazas, y de lo maquiavélico del primer discurso... Los reclamos por la esposa ausente, que si no se entendía quién llevaba los pantalones en la casa, pero que estaba bien por el momento, porque si no era posible no contar con la presencia en el futuro… del terrorismo y la guerra fría latente en las instituciones con mensajes y comentarios de pasillo… la doble moral y con esto al tema dominante de la noche... el debate de género. Sex and the city quedó en clasificación A.
Creo que eso alejó a los primeros dos del grupo, quienes con la maldición de cenicienta comenzaron a despedirse tras los desfigurados comentarios del grupo… con lo que no contaron es que fue una de esas despedidas idílicas con el mensaje entre líneas de no me insistas que me quedo... Después de casi dos horas de amarga despedida emprendieron camino.
Mejor excusa para salir a recargar bastimento no podía existir, en ese break salimos 3 y regresamos 2, contentos y felices, con la nostalgia de que pronto se acabaría todo pero ávidos por disfrutar el rato que esperaba. Ah, pero mencioné que sólo dos regresamos. Es interesante cómo los modernos y diabólicos inventos del hombre blanco (aunque ese de marca china) con dos ruedas pueda resultar atractivo a las 2 de la madrugada y con un frío del caramba, además con el pijama encima… ¿será acaso que ya estoy muy viejo para tanta aventura?… pero en fin, ya todos somos grandecitos y sabemos lo que hacemos. Llegó casi a la par nuestra, con un azuláceo en la piel, pero radiantemente contenta por su motorizado recorrido y nosotros con el comentario de trastienda, que su poncharelo estaba aprendiendo a conducir. En fin, hay que vivir para contar.
En la antigua Roma se preguntaba en el funeral si la persona ¡había vivido con pasión! y no como en la actualidad que justificamos su paso terrenal haciendo juicios de valor y otorgando nuestro perdón con el versado “fue tan bueno”.
En fin, Juanito el Caminante había llegado de nuevo a reinyectar en nuestra sangre su espíritu y las neuronas que nos sobrevivían querían seguir dando batalla. Se hizo un psicoanálisis a las personalidades de los presentes y los no presentes, mas les hubiera valido haber ido a defender su honra… JAJAJA…. Pero ya con el corto circuito etílico a punto de ruborizarnos, el tema dio un giro de 180º hacia la música y los recuerdos triunfantes de juventud. Entonces, fue que el grupo decidió que era hora de la imposible partida y cortar con algún desafiante reto del cual queda pendiente lanzarlo, pero en sano juicio.
Consciente de que mi hospedaje sabatino se encontraba a veintitantos km por autopista y que mis sentidos no me permitirían manejar correctamente, acepté quedarme con la chaparrita a terminar, con mi corrosiva prosa, el análisis final de la tertulia sabatina.
Ya domingo después de las 12, me levanté con el normal y cobrizo sabor de boca a intentar ayudar recoger el desastre de la noche anterior… ¿en serio, solamente éramos 8? En fin, una ducha de agua fría en un domingo templado y lluvioso hacen recuperar el alma a cualquiera, dispuesto a salir a comer algo, porque el hambre nos estaba matando.
….
Como producción americana, el telón de mis pensamientos se soltó por una falla en la energía eléctrica a las 7 pm, o sea que llevaba casi hora y media pensando en mis amigos y la parranda. Qué bien. La ansiedad había desaparecido y sólo escuchaba cómo poco a poco la oficina se fue quedando sola y yo en penumbras. WTF!!!
4:20 He terminado a esta hora con el trabajo que no pude hacer en oficina hoy, pues, aunque parece que ya es martes, para mi no cambia el calendario hasta que no me voy a dormir. Así que doy la última mordida a mi hamburguesa fría y a mis papas congeladas.
¡¡Bendito San Lunes, has terminado!!
Gracias por compartir estas lineas que sin duda ponen en relieve el pasar nuestros dias sociales y laborales, me queda una duda ¿cuantos cuentos como el tuyo pudieran ser reales?. Bueno Felicidades y no dudes en seguir contribuyendo con el blog.
ResponderBorrarOrazio Barmez