jueves, 12 de septiembre de 2013

Artículo en Retrospectiva sobre Salvador Allende y Latino América

Todo inició el 11 de septiembre de 1973 (Parte I)

Por Rodrigo Hernández López 

@lopezperiodista




Hoy se cumplen 40 años de un hecho que modificó la realidad política de América del Sur, pero en especial de México. Es la historia del inicio del fin y de los caprichos del destino.
Una llamada despertó al Presidente ese martes  a las 6:15 am en su residencia personal, “¿qué pasa?”, preguntó el mandatario. Le informan que la Marina se ha sublevado.  Una hora después enfundado en un traje negro y recién bañado, sube al auto y ordena al chofer dirigirse al Palacio.  Durante el trayecto recibe la información de que el Ejército, respalda al Gobierno.

A las 7:55am en los radios su voz retumba “Les habla el Presidente de la República…informaciones confirmadas señalan que un sector de la marinería habría aislado, una ciudad y estaría ocupada, lo cual significa un levantamiento en contra del gobierno, del gobierno legítimamente constituido, del gobierno que esta amparado por la ley y la voluntad de los ciudadanos”.

“Como primera etapa tenemos que ver la respuesta, que espero sea positivo de los soldados de la patria que han jurado defender el régimen establecido, en todo caso yo estoy aquí, en el palacio de gobierno y me quedaré aquí, defendiendo el gobierno que represento por la voluntad del pueblo”. A las 8:03 am hace la que será su última aparición pública en un balcón presidencial.

A las 8:42 de la mañana, las fuerzas armadas declaraban por radio “que el señor Presidente de la República, debe proceder a la inmediata entrega de su alto cargo a las fuerzas armadas”. Tan sólo ocho minutos más tarde, la respuesta a la solicitud llegaba por el mismo canal de comunicación: “Se insta a renunciar al Presidente de la República, no lo haré”.

Entonces le hablaba a la historia “siempre estaré con ustedes, tengo fe, superarán otros hombres este momento gris y amargo donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pasa el hombre libre para construir una sociedad mejor”.

“Estas fueron mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que por lo menos será una lección moral que castigará las felonías, la cobardía y la traición”.

En las inmediaciones del Palacio, tanques se aglutinan. Las botas negras de los soldados empiezan a rodear las calles. El miedo y la tensión invaden la atmósfera. Y entonces se escucha el canto de las ametralladoras. El aliento a muerte comienza a llegar.

Minutos después del medio día, el viento se rompía por el sonido de dos aviones. El piso retumbó, el bombardeo aéreo había llegado. El polvo se levantaba, los muros caían, lo vidrios de las ventanas explotaban. Cinco veces se había atacado el recinto.

El fuego se hacía presente en las ruinas de la sede del poder. Los militares entran al primer piso del inmueble, buscaban a las 26 personas que se encontraban ahí. Todo había terminado. “¡Presidente!, ¡el primer piso está tomado por los militares! ¡dicen que deben bajar y rendirse!”. Él contesta “¡Bajen todos! ¡dejen las armas y bajen! Yo lo haré al último”.

Como lo prometió, bajó. Pero cubierto por una manta y en una camilla militar custodiada por soldados. Había muerto, en el lugar donde residía el poder presidencial. Se suicidó antes de caer en las garras del enemigo.

Ese mismo miércoles mientras el gobierno de Salvador Allende, Presidente de Chile, caía ante el golpista Augusto Pinochet y el sueño de conducir un país hacia el socialismo se desintegraba, a siete mil kilómetros de ahí, en la Ciudad de México se llevaba a cabo una reunión que marcaría el destino para Latinoamérica.



El 1° de julio de aquel 1973, en Estados Unidos era fundada la Administración de Control de Drogas, la DEA por sus siglas en inglés. Por lo que el entonces mandatario estadounidense, Richard Nixon quería que su nueva compañía empezara a trabar en un punto estratégico; México.

Mientras Salvador Allende luchaba contra los militares opositores a su régimen, en la Ciudad de México, el entonces procurador general, Pedro Ojeda Paullada, junto con el presidente mexicano Luis Echeverría, de quien alguna vez Allende se referiría a él como “un gobernante con visión de futuro que se expresa en el lenguaje del pueblo”, sostenían una reunión en privado con el embajador norteamericano, Robert H. McBride.

El motivo del encuentro era entregar una carta que había escrito el mismo Nixon dirigida a Echeverría donde pedía su colaboración para que los agentes de la DEA comenzaran a operar en el territorio mexicano.

Los recientes claves filtrados el pasado 8 de abril por Wikileaks, y bautizados como los “Cables Kissinger”, debido a que son parte de los informes durante el periodo en que Henry Kissinger era el secretario de Estados Unidos y que comprenden el periodo de 1973-1976, dan cuenta del inicio del origen de los grandes capos de la droga y de la repercusión de esa reunión el 11 de septiembre.

Durante la reunión McBride subrayó la importancia de localizar y destruir los plantíos de amapola en Sinaloa. Realizando sobrevuelos, en un programa conjunto entre la DEA y la NASA denominado Compass Trip (Brújula de viaje), se usarían escáners de detección remota para encontrar los campos de enervantes.

Pero no sólo eso, se propuso implementar el Plan Canador (Canador, era una palabra inventada, en fusión de cannabis y adormidera, como se conoce a la amapola), que consistía en destruir los campos de amapola y marihuana en 36 zonas militares y entrenar a elementos de la Policía Judicial Federal para que aprendieran a obtener información de inteligencia.



En uno de los reportes Kissinger se lee que “aunque ninguna decisión fue tomada, el presidente Echeverría demostró gran interés a las propuestas y las turnó al procurador general para su posterior estudio. Se acordó que encuentros posteriores serían realizados y planificados entre el fiscal general y Ojeda Paullada hacia finales de octubre”.

 A raíz de esa reunión y en años posteriores, el gobierno norteamericano vio el fruto de la reunión de 1973 hacia finales de 1975, cuando la Operación Trizo vio la luz verde en la zona conocida como el Triángulo Dorado, territorio estratégico que comprenden los estados de Chihuahua, Durango  y  Sinaloa.

A dicho plan le fueron asignados cinco aviones de la DEA piloteados por pilotos mexicanos que ubicaron y destruyeron los plantíos y fue vigilada por la agencia norteamericana hasta 1976. Un cable reportaba que había cerca de “7 mil campos de opio listo para ser cosechados”.

Llegado el tiempo de la sucesión presidencial, José López Portillo implementó la Campaña Permanente de Erradicación, y Trizo se convirtió en el antecedente de la Operación Cóndor, que buscaba la destrucción de los campos de cultivo en el Triángulo Dorado, lo que generó que los Cárteles de la droga, emigraran en los años ochenta al estado de Jalisco.


Echeverría no sabía que la decisión de permitir que los agentes de la DEA operaran en territorio nacional, le costaría muy caro al país. Al final, siempre hay manos hábiles que desnudan la verdad y 40 años después podemos empezar a comprender el origen del nacimiento de los grandes capos de la droga y de la muerte de ese sueño llamado México.


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Todo inició el 11 de septiembre de 1973 (Parte II)

 Por Rodrigo Hernández López 

@lopezperiodista
 

A finales de los años setenta y principios de los ochenta, la DEA operaba en México con la bendición del gobierno Mexicano que ya encabeza José López Portillo.  En declaraciones a la prensa el 25 de febrero de 1978, el general Félix Galván López quien era en ese entonces titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), declaraba que de 1970 a 1976 los datos oficiales reportaban que se habían destruido 65 mil plantíos de adormidera, más de 46 mil de mariguana y se habían detenido a más de 18 mil hombres.


Como lo afirmaba Galván López, la Operación Cóndor era todo un éxito. El operativo que inició en enero de 1977 y que concluyó en enero de 1987 estuvo encabezada por 23 comandantes, quienes a lo largo de 10 años y de acuerdo con datos de la Sedena entregados por una solicitud de acceso a la información pública solicitado en 2008, había logrado un total de 224 mil 252 plantíos destruidos.

Al frente de las tropas, el sistema político había confiado el combate al crimen organizado a distinguidos personajes, pero ningunos tan importantes como tres oscuros hombres; José Hernández Toledo, Roberto Heine Rangel y Manuel Díaz Escobar.

El primero dirigió el operativo contra los estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de octubre de 1968.  El segundo fue una de las piezas claves durante el período conocido como “Guerra Sucia”, pues era uno de los encargados de la desaparición forzada de los disidentes del régimen. Por último Díaz Escobar fue el jefe del grupo conocido como los “Halcones”, quienes perpetraron la matanza del jueves de corpus el 10 de junio de 1971.




La Operación Cóndor por un lado destruía los plantíos en el Triángulo Dorado, pero por otra parte permitió el nacimiento de los grandes capos de la droga. Un hombre llamado “El Informante” le reveló a la periodista Anabel Hernández la siguiente historia:

“En 1970 no existía el término “cártel”, existían sólo las “clicas”, que se dedicaban a sembrar, transportar y cruzar al otro lado de la frontera la mariguana y la goma…Eran los años de la guerra de Vietnam y el gobierno de Estados Unidos permitía la actividad del narcotráfico para surtir de estimulantes a sus soldados en el frente de batalla y para los que regresaban a su país con la adicción ya generada”.

La entrevista fue realizada en 2010, ahí El Informante contaba que en esos tiempos “había 600 agentes federales para todo el país, con 15 o 20 ayudantes”, estos eran conocidos como “madrinas” y refirió que jamás aparecían en la nómina federal pero “eran un grupo indispensable para su funcionamiento actuando en la ilegalidad y falta de control”.

Relató entre otras cosas que “no había viáticos, ni dinero para equipos”, pero que “los recursos se obtenían a través de peleas de gallos, carreras de caballos y del narcotráfico”. Entre el humo del cigarro relató “eran los tiempos en que el gobierno tenía bajo un control casi total la siembra y el trasiego de la droga. No había casi ningún cargamento que no pasara por el permiso y la vigilancia del Ejército, de la Dirección Federal de Seguridad y la Policía Judicial Federal”.

“El control consistía en estar “arreglado”…para sembrar 50 hectáreas se requería el permiso del jefe de la zona o la región militar”. Cuando la cosecha estaba lista relata El Informante, se transportaba la droga a un centro de acopio, de ahí se solicitaba permiso para enviar el cargamento a la frontera.

“Había la orden precisa de que ni un kilo podía quedarse en el país. No había venta al menudeo”. Semejante revelación era en si ya una gran historia, pero no sólo eso relató algo más grande, una ruta, una ruta de una maleta.

“Los narcotraficantes le pagaban una especie de “impuesto” al gobierno federal para dedicarse a esa actividad. Se pagaban 60 dólares por cada kilo: 20 dólares eran para el jefe de la zona militar, 20 dólares para la Policía Judicial y los otros 20 para la Dirección Federal de Seguridad (DFS)”.

Mensualmente una maleta recorría el país “hacía su viaje desde abajo, desde los que directamente cobraban el dinero hasta la oficina del procurador…se perdía de mano en mano hasta llegar a Los Pinos. Los impuestos de los narcos crearon fortunas de la noche a la mañana de funcionarios y empresarios en México”. En Estados Unidos el dinero obtenido por los impuestos “fue destinado a la lucha contra los movimientos subversivos”.

En los años de la paz pactada, quienes pagaban impuestos puntualmente eran; Miguel Ángel Félix Gallardo, Ismael “El Mayo” Zambada, Pablo Acosta Villareal, Juan José Quintero Payán, Juan José Esparragoza y Ernesto Fonseca Carrillo, mejor conocido como Don Neto.

Una vez más Estados Unidos metía sus manos y movía los hilos de la política mexicana a su favor. Desde 1973 la DEA operaba en México, pero fue la Agencia Central de Inteligencia (CIA) quien llegó al país desde 1951 y utilizó a tres informantes claves dentro del sistema político; Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría. El primero fue conocido como Litensor, Díaz Ordaz como Litempo-2 y Echeverría como Litempo 8; además de ser informantes de la agencia, los tres coincidieron en el mismo trabajo, fueron Presidentes de México.


La CIA tenía un objetivo claro al llegar a suelo mexicano; sería su base de operaciones contra amenazas como el comunismo. El periodista Manuel Buendía documentó gran parte de la historia negra de la agencia en un libro titulado; La CIA en México.

Cuando El Informante contó su historia además de revelar datos para el entendimiento del crimen organizado, dio algo muy importante: fechas. Al cruzar datos, su historia concordaba con un evento, un caso conocido como el escándalo Irán-Contra.

El hecho histórico conocido tan sólo como la Contra, ocurrió entre 1985 y 1986, durante ese periodo el gobierno de Estados Unidos vendió armas al gobierno de Irán durante su guerra contra Irak. Pero además financió el movimiento armado creado por EU, la Contra nicaragüense para acabar con el gobierno sandinista de Nicaragua.

Tanto la Contra como la venta de armas fueron operaciones prohibidas por el Senado norteamericano. En su búsqueda por combatir el comunismo en América Latina, Estados Unidos derrocó a Allende pero además usó el dinero proveniente del narcotráfico para financiar esas operaciones.

Mientras el discurso gubernamental se jactaba del éxito contra el crimen organizado, la realidad era que había una paz pactada en México, ese pacto permitió que en esas décadas el narcotráfico plantara sus raíces y se extendiera por todo el territorio.

A raíz de la implementación de la Operación Cóndor, llegaron procedentes de Sinaloa a Jalisco, Amado Carrillo Fuentes, Héctor “El Gûero” Palma, Miguel Ángel Félix Gallardo y el siniestro Rafael Caro Quintero, quien jugaría un papel preponderante en el Caso Camarena.


Los ecos de ese obscuro pasaje son una pieza toral dentro del rompecabezas del tráfico de drogas y la corrupción de la clase política. 




Artículo original de http://honornacional.blogspot.mx/2013/09/todo-inicio-el-11-de-septiembre-de-1973.html 
                                   http://honornacional.blogspot.mx/2013/09/todo-inicio-el-11-de-septiembre-de-1973_12.html

sábado, 7 de septiembre de 2013

Artículo Sobre Medios de Comunicación, Análisis de TeleSUR

 El reto de los medios de comunicación como promotores de la

diversidad cultural: Análisis de TeleSUR.


Por Lic. Yarimar Marrero Rodríguez
Licenciada en Periodismo Universidad de Puerto Rico
Maestrante Programa FLACSO-Cuba




Los géneros mediáticos y la identidad cultural de los pueblos: Retos para un nuevo relacionamiento.
En su escrito, Los géneros mediáticos y la identidad cultural de los pueblos, Jesús Martín Barbero enmarca la dificultad de comprender la relación entre medios de comunicación y cultura a la vez que propone nuevos relacionamientos para este binomio y critica el fuerte control que ejercen los géneros mediáticos en la psique colectiva. Esta opinión del autor queda evidenciada en la siguiente cita:
La posibilidad de comprender la densidad cultural de los conflictos que moviliza la relación entre medios de comunicación y culturas de pueblos pasa entonces por la reconstrucción de una crítica capaz de distinguir la necesaria denuncia de la complicidad de los medios con las manipulaciones del poder y los intereses mercantiles, del lugar estratégico que ellos ocupan en las dinámicas de la cultura cotidiana de las mayorías, en la transformación de las memorias y las sensibilidades y en la construcción de imaginarios colectivos desde los que las gentes se reconocen y representan lo que tienen derecho a esperar y desear
(p. 106).
           
Esta visión está matizada por la detracción al relacionamiento hegemónico e impositivo de los medios de comunicación y a la fuerte influencia que ejercen de manera unilateral en la población. Martín Barbero continúa su férrea disertación en contra de los intereses económicos de las agencias mediáticas al decir que:
Nos encante o nos de asco, los medios constituyen hoy, a la vez,
el más sofisticado dispositivo de moldeamiento y cooptación de las sensibilidades y los gustos populares, y   uno de los más vastos conjuntos de mediaciones históricas de las matrices narrativas, gestuales, escenográficas del mundo popular, en cuanto ámbito de hibridación de ciertas formas de anunciación, de ciertos saberes narrativos, ciertos géneros dramáticos y novelescos de las mestizas culturas de nuestros países (p. 106).

El profesor Gustavo Gómez, en su ensayo publicado en el libro Seminario Latinoamericano: Sin comunicación no hay desarrollo (2007), que lleva por título La democratización de los medios de comunicación, hace especial énfasis en que la comunicación para el desarrollo es mucho más que la comunicación a través de los medios, que son solo un instrumento aunque sí un instrumento importante. Ya que para entender y promover la verdadera razón de la comunicación para el desarrollo es crucial la participación ciudadana.  En esta esfera Gómez y otros autores que presentaré a continuación coinciden en que uno de los medios más impositivos, hegemónicos y donde precisamente hay la menor incidencia de participación ciudadana es el medio televisivo. Entender y contrastar esto nos sirve de base y a la vez abre camino para el eventual análisis de teleSUR como propuesta alternativa a las críticas desde la academia.  Este tema del acceso a los medios y la apropiación de la ciudadanía para generar sus propios sistemas de comunicación que son a la vez instrumentos para promover  la cultura e identidad propias es criticado por Gómez al decir que:

…uno de los mayores problemas es la directa exclusión de los
sectores populares, en general, de la sociedad civil, pero en particular los sectores vulnerables a nivel urbano o rural para acceder a los medios de comunicación electrónicos, como la radio y la televisión abierta. Nos encontramos con un sistema de acceso a las frecuencias radioeléctricas en la región que, ya sea por exclusión directa o por las condiciones discriminatorias de uso, impide que podamos utilizar estos medios justamente como instrumentos para estrategias de comunicación para el desarrollo (pp. 71-72).

Este mecanismo institucional de los medios sobre todo televisivos hace que queden fuera del alcance no solamente del consumo, para los que no cuenten con la posibilidad de acceder a la televisión sino y mucho más enraizado fuera del alcance de empoderamiento o participación de la ciudadanía que en la mayoría de los casos son agentes pasivos en cuanto a los contenidos televisivos se refiere. Un ejemplo de esto en Latinoamérica es el que ofrece Gómez refiriéndose a que en México, Guatemala y otros países de Centro América   la única posibilidad de acceder a radio y televisión es a través de la subasta económica. Esto quiere decir, que en Guatemala (donde el 60 o 65% de la población es indígena), tienen derecho de expresarse sólo quienes tienen la posibilidad económica son los que  pueden contar con sus medios de comunicación. Ante este panorama el autor se cuestiona ¨¿pero cómo es posible contar con estos medios para una estrategia de desarrollo si lo que predomina es la idea de que se trata de una mercancía que se vende y se compra, y el que tiene más plata accede a ella?¨ (p. 72).

      En torno al férreo control de las cadenas televisivas también se pronunciaron el sociólogo francés, Pierre Bourdieu en diálogo con Francois Granon, en el capítulo titulado La miseria de los medios (1995), al decir lo siguiente:
La coyuntura es muy desfavorable. En el campo del periodismo existe una competencia furiosa, en el cual la televisión ejerce una coacción terrible. Es la televisión la que define el juego: los temas de los que hay que hablar, qué personas son importantes y cuáles no. El que pierde dos puntos de raiting se queda fuera y esta violencia que pesa sobre la televisión contamina todo el campo de los medios (p. 70).

Aunque el postulado de los académicos data de hace más de una década atrás me parece que sigue estando tan vigente como entonces y que el reto de las telecomunicaciones sigue siendo, entre otras cosas,  justamente el democratizar más sus contenidos. Para Bourdieu y Granon no todo estaba perdido ya que para ellos la televisión podría constituir un instrumento de democracia directa, pero se transforma en un instrumento de presión simbólica y para cambiar esto haría falta un trabajo considerable; un verdadero esfuerzo democrático (p. 73).
 Martín Barbero va más allá al contrastar esto con la posición de las televisoras, al decir que si promueven la cultura, se trata  más bien de la cultura ¨oficial¨ que busca la homogenización de los ciudadanos lo que lleva a la no representación y al siempre ausente espacio de discusión y expresión política.
En ningún otro medio como en la televisión se hacen presentes las contradicciones no solo de la globalización sino de la modernidad latinoamericana: la desproporción del espacio social que el medio ocupa –al menos en términos de la importancia que adquiere lo que en él aparece–  es sin embargo proporcional a la ausencia de espacio políticos de expresión y negociación de  los conflictos y a la no representación, en el discurso de la cultura oficial, de la complejidad y diversidad de sus identidades culturales (p. 121).

 Para Martín Barbero todo esto es el producto de los largos empantanamientos políticos, de la debilidad de nuestras sociedades civiles y una ¨profunda esquizofrenia cultural de las élites, los que recargan cotidianamente la desmesurada capacidad de representación que ha adquirido la televisión¨  (p. 121).  
Todo estos análisis, matices y puntos de vista ofrecidos por los expertos se tomaran en cuanta para aplicarlos al estudio de la televisora teleSUR para ver hasta qué punto este medio rompe con los esquemas hegemónicos de comunicación y  en qué esferas sigue reproduciendo los mismos patrones. 
  Acuerdos y propuestas de las cumbres en torno a los medios de comunicación de diferentes organizaciones vinculadas al desarrollo social: ¿Es teleSUR un cambio de paradigma?
En la Convención de la UNESCO sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, celebrada en París el 20 de octubre de 2005, en torno a los medios de comunicación como posible promotores de la cultura de los pueblos se expresa lo siguiente:
Observando que los procesos de mundialización, facilitados por la evolución rápida de las tecnologías de la información y comunicación, pese a que crean condiciones inéditas para que se intensifique la interacción entre las culturas, constituyen también un desafío para la diversidad cultural, especialmente a lo que respecta a los riesgos de desequilibrios entre países ricos y países pobres (p.2).

Partiendo de la premisa del desequilibrio que crean los medios de comunicación entre países ricos con grandes cadenas mediáticas que cuentan con mucho poder y países pobres, usualmente periféricos que por lo general tenían poca representación mediática a consecuencia de un poder adquisitivo  mucho más reducido lo que generaba menos empoderamiento de los espacios de difusión sobre todo internacionales para emitir sus propios mensajes que es lo mismo que expresar sus propias culturas.
           
Es evidente que América Latina está atravesando por un proceso de integración y emancipación sin precedentes, muestra de ello son las iniciativas de apoyo bilateral entre sus mismos miembros y del empoderamiento con miras integracionistas que se ven reflejadas en organizaciones como el ALBA-TCP, UNASUR, MERCOSUR, la CELAC y otros.  Pero también es cierto que América Latina pasó por muchos años de neo colonización y subyugación a los llamados países Centrales y aun se pueden ver los resquicios de empobrecimiento y dependencia que dejaron esos años de dominio y sometimiento. Es por eso que todos estos esfuerzos integracionistas fueron creados como respuesta desde el SUR, como concepto geopolítico, para crear un frente común que los hiciera más fuertes políticamente y menos dependientes económicamente como latinoamericanos. Este esfuerzo no estaría completo sin un multimedio informativo que fuera consonó con su visión de cambio y que internacionalmente transmitiera y diera luz de todos estos acontecimientos.  Justamente esa fue la intención con la creación de teleSUR ya que esta televisora que fue bautizada como ¨la señal informativa de América Latina¨ fue impulsada con la misión de ofrecer información para promover la integración latinoamericana y  como un contrapeso a las grandes cadenas internacionales de noticias como CNN, Univisión y TVN en América Latina, la BBC, TVE y Deutsche Welle en Europa.[  
En otro de los puntos de la ya citada Convención de la UNESCO hay un artículo que daba pie de lo que parecería ser un renglón difícil de alcanzar refiriéndose a la colaboración entre países para crear medios de comunicación masiva en coproducción.  Así es como en el Artículo 12 de la Convención dedicado a la Promoción de la Cooperación Internacional hay dos puntos que nos son  vitales para este análisis, ellos son los incisos: D) ¨promover el uso de las nuevas tecnologías y alentar la colaboración para extender el intercambio de información y el entendimiento cultural, y fomentar la diversidad de las expresiones culturales; y E) fomentar la firma de acuerdos de coproducción y codistribución¨ (p. 8).
Recordemos aquí lo que nos sugerían los teóricos Bourdieu y Granon al decir que es en la televisión donde se ejerce una coacción y una violencia terrible y es en ese medio donde también se define quienes son importantes y de qué temas se habla generando una especie de competencia furiosa por el control de la audiencia. Más sin embargo teleSUR rompe con esa ¨violencia terrible¨ y se acerca más al instrumento de ¨democracia directa¨ que los teóricos proponen como un uso provechoso de los medios de comunicación. Cumpliendo con las propuestas de coproducción de las que hablaba la Convención y a mi juicio con las propuestas de cambio a través de la democratización que proponen los teóricos, teleSUR es una cadena pública que fue creada en coproducción con el aporte del 70% de capital venezolano y un 30% de capital compuesto por Argentina, Bolivia, Cuba, Ecuador y Nicaragua. A su vez el medio cuenta con un Consejo de Administración y un Consejo Consultivo que es también compartido por varios intelectuales latinoamericanos e internacionales de prestigio, como el pacifista y premio nobel argentino Adolfo Pérez Esquivel, el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, el escritor uruguayo Eduardo Galeano, el escritor pakistaní Tariq Ali, el politólogo y cineasta estadounidense Saul Landau, el redactor jefe de Le Monde diplomatique e historiador Ignacio Ramonet, el productor de cine argentino Tristán Bauer, el programador y pionero del software libre Richard Stallman (hasta 2011[]) y el actor y activista estadounidense Danny Glover.]
            Por otro lado en la  Declaración Final de la XI Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, celebrada en  Caracas el 5 de febrero de 2012  se acordó lo siguiente en el ámbito comunicacional:

 construir mecanismos de cooperación e integración
y trazar estrategias para fortalecer un sistema de
comunicación e información que refleje nuestras
realidades, la idiosincrasia de los pueblos y garantice
 nuestro derecho soberano a la autodeterminación (2012).

            Coincidencia o no, justamente a partir de febrero del 2012, teleSUR realizó un cambio en toda su línea gráfica y estudios que va desde teleSUR Noticias hasta Agenda Abierta, además de que el canal incorporó nuevos programas de noticias, uno en la mañana El Mundo Hoy, uno al medio día Conexión Global y otro en la noche denominado Emisión Central. A partir de este cambio teleSUR incorpora más horas de noticias superando incluso a CNN en Español en dedicar su programación más tiempo en información.
En dicha cita de la XI Cumbre del ALBA en torno a los medios de comunicación sobresale lo siguiente ¨ comunicación e información que refleje nuestras realidades y la idiosincrasia de los pueblos¨.  Es evidente que los narradores de noticias de teleSUR así como sus corresponsales se caracterizan por su diversidad y porque todos hablan el acento del español de su país de origen sin disimulo, en claro contraste con otras cadenas de noticias continentales como CNN en Español que usa el llamado español neutral. Esto es una muestra de la visión pluricultural que quiere transmitir la televisora.  Pero donde mejor se puede apreciar el compromiso de la emisora con la promoción de la diversidad cultural y el fomento de las diferentes costumbres y representaciones latinoamericanas es precisamente revisando el contenido del canal.
TeleSUR con su slogan “nuestro norte es el Sur” y “(somos) la señal informativa de América Latina” demuestra una línea política y social predominante en sus contenidos, esto queda evidenciado en la cobertura en vivo de todos los procesos de elecciones que se suscitan en Latinoamérica y luego post elecciones ofreciendo una cobertura con especialistas en el tema que analizan los sucesos y la reacción del pueblo elector. A su vez se ve en los programas que están directamente vinculados con las tradiciones y costumbres de los países latinoamericanos. Estos programas son, por mencionar algunos, ¨Realidades¨, donde se  muestra el contexto político, económico, social y cultural de los pueblos americanos,  ¨Vamos a Conocernos¨ , donde se proporciona información acerca de los países latinos, su cultura, personajes, historia y geografía, ¨Destino Latinoamérica¨ que es una serie argentina que muestra la cultura de los pueblos de América y ¨Vidas¨,  que se describe en la página oficial de teleSUR como una ventana a la cultura de todo un continente que, a través de reportajes humanizados, acercan al televidente al “ser” de la región y a la proyección latinoamericana. Con esto queda evidenciado que el canal realmente tiene entre sus cimientos  la promoción de la diversidad cultural latinoamericana para que el espectador se identifique y se enorgullezca de su idiosincrasia.
Qué hay de la participación del público o la participación ciudadana que el autor Gustavo Gómez enmarca como el elemento crucial para promover la comunicación para el desarrollo y la democratización de los medios. En este sentido teleSUR se convierte más bien en un multimedio informativo ya que es a través de su página web www.telesurtv.net  y su cuenta en twitter que el público puede opinar sobre la pregunta del día con un mensaje escrito, un video grabado o presentando sus fotografías en la sección “Soy Reportero”. La audiencia también tiene la opción de evaluar el contenido de la programación y hacer sugerencias así como acceder a un mapa de acontecimientos que muestra minuto a minuto las coberturas de su red de corresponsales.  Si bien es cierto que a través de estas opciones el espectador pasa a ser visto en palabras de Martín Barbero, desde la ¨óptica de un receptor activo¨ también es cierto que es en este punto donde teleSUR y las cadenas de noticias en general generan hasta cierto punto los mismos patrones de dominación.  Esto porque hay un nivel de exclusión si tomamos en cuenta las herramientas mismas de participación y que el contenido sigue siendo uno predeterminado para el que el espectador no tiene injerencia de modificar el mensaje. Hay un nivel elevado de la población/telespectador que no tiene fácil acceso a una computadora, menos aún a internet para poder dejar su comentario en el caso en que quiera participar esto en el caso de que no toda la población accede a un televisor. Hasta cierto punto lejos de fatalismos desesperanzadores no es posible hablar del acceso equitativo a la  participación si no se resuelven primero temas tales como la desigualdad económica, el acceso a las tecnologías  entre otros.
Una de las más férreas críticas de Martín Barbero,  de Pierre Bourdieu y de Francois Granon era el control económico y mercantil de los medios de comunicación, especialmente los televisivos, y cómo esto generaba poder sobre otros medios con menos adquisición económica.  TeleSUR en este sentido rompe con los esquemas de las grandes cadenas mediáticas al carecer casi totalmente de publicidad en sus emisiones. Además es catalogado como un  canal que no tiene un fin comercial y de lucro, y al que se puede acceder gratuitamente en cualquiera de sus aéreas de transmisión bien sea en su página web y en canales locales de los diferentes países  de Latinoamérica y las Antillas además en  Estados Unidos, Europa, África del Norte o Siria donde se transmiten sus emisiones. También es posible acceder mediante cable o canal satelital.
C.   Conclusión:
      En la declaración final del II Taller Internacional sobre las redes sociales y los medios alternativos, celebrado el 14 de febrero de 2013 en la Habana se hizo hincapié en ¨ poner a disposición de los esfuerzos de articulación para dar continuidad a los empeños emanados de este foro, las iniciativas y experiencias exitosas como Telesur, la Radio del Sur y el blog Ventana Política¨.  Lo que reafirma que teleSUR es considerado como un medio alternativo internacionalmente y como una nueva propuesta de difusión y representación del acontecer latinoamericano. 
     Si bien es cierto que teleSUR representa un cambio de paradigma sin precedentes para la comunicación vista y transmitida desde los latinoamericanos y que es a su vez promotora de su cultura e idiosincrasia también es cierto que los cambios en dichas esferas comunicacionales no son tan tajantes ni tan definitivos. Siempre existen instancias en los que la exclusión y el tema de la accesibilidad salen a relucir sobre todo porque hay otros problemas de carácter social y económico que subyacen. Pese a esto teleSUR sigue manteniendo una cierta ética periodística y un sentido de pertenencia y apropiación que es sin dudas un logro más  en el camino hacia la integración de la Patria Grande.
     El pasado 24 de mayo en la Ceremonia oficiada donde el presidente de
Ecuador, Rafael Correa, asumió el mandato para el periodo de 2013-2017 y que fuera transmitida en vivo por teleSUR, el mandatario dijo las siguientes palabras que transcribí en torno a los medios de comunicación y que me parece una reflexión final interesante:
…(para los medios) no importa  el Estado de opinión o lo que se haya propuesto en la campaña electoral o lo que el pueblo, el mandante con toda democracia haya ordenado en las urnas, lo importante es lo que aprueben o desaprueben en sus titulares lo medios de comunicación y se quiere mitificar a los periodistas  como heroicos luchadores contra gobiernos despóticos que no aguantan ninguna crítica, suena muy bonito, pero la verdad es que la realidad de América Latina es más cercana a gobiernos con una inmensa legitimidad democrática jugándose hasta la vida por superar las injustas estructuras de nuestra América y perseguidos inmisericordemente por periodistas sin escrúpulos y por un poder mediático muchas veces mayor al poder mismo del Estado y que se sabe impune además (aplausos).
Cabría preguntarse hasta qué punto puede llegar el alcance de teleSUR si se toman en cuenta las palabras del Presidente de Ecuador. Latinoamérica, sus procesos y sus mandatarios son víctimas de ataques difamatorios y vilipendios constantes y sin un medio de comunicación que sea representante de sus intereses y visiones sociopolíticas el poder de transmisión, credibilidad y alcance de dichos cambios se vería muy afectado o bien sería invisibilizado como se hacho desde hace tanto tiempo. Es justamente aquí donde este multimedio informativo más que nada representa un verdadero cambio de paradigma para América Latina.








Bibliografía:
Bourdieu, P. (1995). Pensamiento y Accion. Cap. 2 La miseria de los medios.
            Télérama.    


Calderón, F. y otros. (1996). Esa esquiva modernidad: desarrollo, ciudadanía y  Cultura en América Latina y el Caribe. Nueva Sociedad, Caracas.


Convención sobre la protección y promoción de la diversidad de las
            expresiones culturales de la UNESCO. (2005). Paris.


Declaración Final de la XI Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos
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Martín Barbero, J.  Los géneros mediáticos y la identidad cultural de los
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Fotografía tomada de Internet