viernes, 2 de octubre de 2009

ARTÍCULO sobre Legitimación y discriminación Homosexual

¿ORGULLO DE QUÉ?
Luis Miguel Bernal

No se decreta el final de los tiempos del desengaño de un guantazo.
El cinismo es un castillo poderoso, custodiado por ejércitos poderosos. Necesitarán algo más que buenas palabras.
¡Una insurrección! ¡Un huracán!
Un estruendo tan demencial que sacuda las conciencias.
Y aún así… dudo que baste

Camille de Toledo
El Orgullo Gay es un término que surge en 1969 gracias a los movimientos contra la represión en Stonewell, (New York, USA) y que se fueron extendiendo a varios países. El llamado “Orgullo” es —o era— esa exhortación a que toda persona, principalmente gay, pueda vivir su vida con dignidad sin avergonzarse de lo que es, cómo siente o a quién ama y desea.

Yo no creo en el Orgullo. Es sólo una falacia, una frase bien vendida. Un eslogan barato.

Si hablamos del Orgullo Gay, de entrada, ya existe una autosegregación porque dejamos que el ser homosexual nos defina sin entender que somos más que nuestra orientación sexual. Antes que ser homosexuales, heterosexuales, hombres o mujeres somos PERSONAS y sobre esa base debería regirse la búsqueda de igualdad, respeto y dignidad.

¿Por qué debemos regir nuestra vida o identidad por lo que tenemos entre las piernas o a quién amamos o hacemos el amor? Sigo sin entender... ¿por què no nos atrevemos a cuestionar algo tan bàsico?

Ademas, el fundamento del orgullo gay es ese respeto y reivindicacion de la dignidad de la persona sea cual sea su estilo de vida, su forma de comportarse, moverse, vestirse; cosa que no se aplica muy seguido entre la, absurdamente llamada, diversidad sexual. Llamamos diversidad sexual a algo que no es, por ejemplo, no se incluye a los heterosexuales y se suprime y discrimina en exceso entre los y las LGBTTTI.

Todos y todas somos personas y somos diversos(as), es justamente en esa diversidad donde se incluyen todas las formas de ser y estar, posibles, existentes e imaginadas; siempre y cuando los y las implicadas estèn de acuerdo y no dañen a terceros, no deberìa existir la menor represiòn o conflicto.

El problema es que la discriminaciòn existe, la falta de derechos es innegable. Como LGBTTTI no podemos contraer un matrimonio igual al de los y las heterosexuales, no podemos adoptar y constituir legalmente una familia, hasta hace muy poco y sólo en el DF las personas trans pueden cambiar su nombre y género con acta de nacimiento nueva, las lesbianas siguen teniendo una invisibilidad tremenda en los estudios de discriminación, los y las bisexuales siguen invisibilizados(as) y estigmatizados(as) como indefinidos(as). Los medios de comunicaciòn dìa a dìa hablan mas del tema, pero cargados de ignorancia y tipificaciones, bromas y burlas del “jotito” que siguen propagando segregación y reducción de lo que es ser gay.

Por otro lado, cientos de casos de asesinatos por homofobia siguen sin resolverse y muchas de las familias de las víctimas, jamas reclaman justicia ni el cadaver debido a que revelararían que su hijo o hija eran homosexuales. Y la comunidad LGBTTTI sigue tan indiferente a estos casos que a cualquiera nos podrían pasar, desde una broma, hasta discriminaciones laborales o asesinatos.

Nosotros(as), seguimos discriminándonos día tras día, reduciéndonos a un sólo espacio que se designa como “nuestro”: Zona Rosa. Siempre esta idea me ha recordado los ghettos en el Apartheid o de la Segunda Guerra Mundial, como si la ciudad no pudiera pertenecernos. Al revisar estas ideas me hace sentir que la historia de la constituciòn de la libertad LGBTTTI y ese reconocmiento que se buscò desde hace varios años, hoy no tienen mayor resonancia, porque la segregaciòn sigue y el adormecimiento y el conformismo tambièn.

La discriminacion entre nosotros mismos es lo que va acabando con el reconocimiento y la igualdad necesarios. La falta de ideales, de informaciòn, de respeto, van sumergiendonos en el silencio y la violencia. Hoy tenemos mayor visibilidad pero no hacemos ni luchamos por màs e ingornamos la realidad, dejàndonos vivir con los estereotipos y las restricciones impuestas, con la falta de igualdad o los peligros que pudieran surgir. Me queda claro que Camille de Toledo tiene razòn, hace falta mucho mas que buena palabras, hace falta sacudir conciencias y aun asi quiza no baste.

Y me sigo preguntando... ¿orgullo de qué?
Imagen tomada de Internet.

1 comentario:

alberto dijo...

Mi estmido, haces una crítica sobre el gremio gay muy acertada, y sin embargo te declaras parte de lo que crticas al no creer en el "orgullo gay", aún cuando tú mismo sabes cual es el origen de esas palabras. El que ahora sea un slogan publicitario, no tiene NADA KE VER CON NOSOTROS!!! Te incluyo y me incluyo!!!
Y contestando a tu pregunta...lo ke tenemos entre las piernas, es importante, no por a kien amemos, sino por COMO amemos!!! El COMO marca la diferencia. Y solo mostrando las diferencias y hablando de ellas, podemos entonces hablar sobre equidades e igualdades entre DIFERENTES!!!
Abrazos fuertes!!!