jueves, 14 de mayo de 2009

ENSAYO sobre la belleza femenina




JOVENES, BELLAS Y DELGADAS:

La Belleza Femenina en la Cultura Posmoderna


Por Nancy Alejandra Ortiz Ochoa, educadora y socióloga



“Las imágenes lo muestran, los comportamientos lo aprueban, las expectativas lo confirman. La belleza no tiene el mismo valor en el hombre que en la mujer.”

Gilles Lipovetsky



Las mujeres no siempre fuimos las bellas de la humanidad, no siempre se nos hicieron poemas, ni se nos cantaron canciones, ni se nos tomo de musas en pinturas por idolatría, así como no siempre se nos sometió a tal presión de ser jóvenes, bellas y delgadas.

En las sociedades primitivas hasta las culturas campesinas estábamos emparentadas a la fecundidad, a la perpetuación de la especie, al poder divino de dar la vida y la muerte, pues éramos capaces de otorgar vida, pero también de ser carnada de Satán. La belleza femenina hasta ese entonces era temida por los hombres, en algunas culturas la coquetería era denigrada y la posición de la mujer siempre era de inferioridad ante la presencia del hombre.

En el Renacimiento surge la idolatría a la belleza femenina, pero es hasta en el siglo XV y XVI cuando la mujer empieza asumir el papel de bella.

La idolatría de la belleza femenina surge con la división social entre ricos y pobres, nobles y plebeyos, etc. Las clases privilegiadas son las que tienen la oportunidad de abandonarse a los cuidados de la belleza “La cultura del bello sexo ha requerido la desigualdad social, el lujo y el desprecio del trabajo productivo de las leisured classes”[1].

En los albores del siglo XX, en plena era moderna, con la entrada al juego de los mass media y la reproducción en serie de estereotipos se comenzó a difundir las imágenes ideales de lo femenino, la belleza femenina a gran escala. Lipovetsky en su libro “La tercera mujer” nos habla de cómo la mujer se fue volviendo “bella” con el paso del tiempo, los medios de comunicación homologaron la belleza femenina difundiendo imágenes de bellas actrices y modelos. Diferentes fueron las cuestiones que se han derivado de ello.

En la era posmoderna, donde tenemos a Narciso como la gran figura mitológica que nos representa como sociedad “Hoy Narciso es, a los ojos de un importante número de investigadores, en especial americanos, el símbolo de nuestros tiempo” [2] en la misma era donde los mass media controlan la información, donde prevalecen grandes estrategias mercadológicas, donde hay un gran vacío existencial, las mujeres nos hemos abandonado al constante esfuerzo de homologar nuestra belleza por citar sólo un rasgo de lo hoy llamado “femenino”.

La belleza femenina puede no ser nata, que más da, cuando hay miles de cremas para corregir los pequeños o grandes defectos de las mujeres, hay miles de productos para el cabello[3], miles de artilugios para que la mujer parezca más bella de lo que es, y por si esto no fuera suficiente, la cirugía entra al quite.

La cirugía estética se instala en las calles, los implantes, la silicona, el botox y lo artificioso ya no son recursos exclusivos de las vedettes o gente rica. Las mujeres comunes y corrientes hemos entrado en esa competencia desmedida por tratar de ser las más bellas. Ahora puedes tener otra nariz con una sola inyección y $ 4000 pesos, puedes ser lampiña en sólo tres sesiones , y claro, con $6000 pesos en la bolsa, puedes tener otro tipo de cabello con $3000, puedes tener cutis de bebé pagando la irrisoria cantidad de $600 pesos semanales, unos pechos o glúteos sensacionales desde $50000, hacerte la liposucción por $30000 o si no tienes tanto dinero pagar el gimnasio por $500 al mes[4] o volverte macrobiótica. Aunque siempre queda el recurso de la bulimia y anorexia. Sin añadir la infinidad de prendas que existen en el mercado para exaltar tu belleza.

Las mujeres hoy en día la tenemos difícil. No basta ser capaces de dar y cuidar la vida, hay que ser bellas, jóvenes y delgadas, esas características debe poseer toda "mujer exitosa", aunque muramos en el intento, aunque dañemos nuestro cuerpo, aunque nos cause angustia y depresión, aunque perdamos la confianza en nosotras mismas y sólo algunas sean capaces o puedan acceder con facilidad a ese mundo de belleza y glamour.

Entiendo en que momento surge este ideal de belleza y porque las mujeres de la era del vació corremos a prendernos de este tipo de prácticas, sin embargo no dejo de cuestionarme ¿Por qué?, ¿Por qué entramos en el juego? ¿Por qué nos hacemos esto nosotras mismas? ¿Por qué una mujer está dispuesta a mostrarse ante otras mujeres con una imagen artificial y fingir que es real?, ¿Por qué estamos prestas a sacrificar placeres como la comodidad, el comer, descansar y la tranquilidad a costa de la belleza? ¿Por qué decidimos estar frustradas y deprimidas tratando de alcanzar esos cánones artificiosos tan elevados? Bourdieu diría que es producto de la dominación masculina, que hasta en eso nos subyugan; cuando creemos que hacemos algo porque nos agrada a nosotras resulta que lo hacemos para agradar a ellos. Sin embargo, me niego aceptar tal cual esta afirmación aunque esto signifique que nosotras somos las culpables de nuestra desgracia, pues aceptar lo otro es aceptar que no somos capaces ni de ser terroristas de nuestro propio destino. ¡Ok!, me niego aceptar ambas afirmaciones. Prefiero creer que hay una responsabilidad compartida en esta concepción. La idea de Lipovetsky no está tan alejada de la idea de Bourdieu y nos dice:

“…en un momento en que las antiguas ideologías domésticas, sexuales, religiosas pierden su capacidad de controlar socialmente a las mujeres, las conminaciones a la belleza constituirían el último recurso para recomponer la jerarquía tradicional de los sexos, para ‘poner de nuevo a las mujeres en su sitio’, reinstalarlas en una condición de seres que existen más por su apariencia que por su ‘hacer’ social. Al minar psicológica y físicamente a las mujeres, haciéndoles perder la confianza en sí mismas, al absorberlas en preocupaciones estético-narcisistas, el culto de la belleza funcionaria como una policía de lo femenino, un arma destinada a detener su progreso social. Al suceder a la prisión doméstica, la prisión estética permitiría reproducir la subordinación tradicional de las mujeres”[5]

Es decir, cuando hemos destruido las cadenas que nos tenían atadas a las cocinas, cuando somos capaces de decidir dónde, con quien y qué queremos hacer, cuando podemos hacer lo que queramos con nuestro cuerpo, algo más se vislumbra en el horizonte, el deseo de ser jóvenes, bellas, delgadas y las consecuencias que esto significa.

Con el culto a la belleza varios llevan agua a su molino, entre ellos la industria de los productos de belleza, la industria del calzado, la ropa y accesorios, la prensa rosa, revistas de moda, los nutriólogos, los salones de belleza, los gimnasios, los cirujanos y sin lugar a duda los hombres a quién les encanta ser vistos con las mujeres más bellas y mejor vestidas, ya que les proporciona status.

Finalmente los hombres resultan ser los grandes ganones con la nueva condición de lo femenino, pues ahora no tienen que preocuparse de ser ellos los que paguen las cuentas, ser los que tomen la iniciativa, por ser proveedores, por ser los fuertes y protectores, pues ahora las mujeres podemos ser independientes económica y emocionalmente, somos liberales en el sexo, usamos lencería para complacerlos y cada día nos esforzamos por ser más “femeninas” aunque sea artificioso, total que muchos ni siquiera notan la diferencia entre unos senos falsos o reales y muchos no les importa que sean falsos mientras sean “femeninos”. Y la mayoría de los hombres estaría dispuesto a andar con alguien que su belleza es producto de la tecnología y mercadotecnia.

Como mujeres creo que deberíamos empezar a ser más plurales, a protestar contra los que intentan homologarnos en la belleza, la actitud, en la ropa y en el sexo. A reconocernos como seres únicos y auténticos, a empezar a ver más nuestras capacidades, a reconocer nuestra belleza, a quitarnos estereotipos y dejar de seguir cánones de belleza inalcanzables y finalmente ser más felices con nosotras mismas.



[1]Lipovetsky Gilles, La tercera mujer, Barcelona, Anagrama, 1999.

[2] Lipovetsky Gilles, La era del vacío, Barcelona, Anagrama, 2002.

[3] La industria de los productos de belleza es la que más ha crecido en los últimos años, según datos estadísticos del mismo autor.

[4] Los datos presentados son verdaderos, sin embargo me reservo los nombres de las informantes por razones de ética y discreción.

[5] LipovetskyGilles, La tercera mujer, Barcelona, Anagrama, 1999.



Foto: Nancy Ortiz


7 comentarios:

Orazio Barmez dijo...

la belleza absoluta tiene sexo y es femenino, aunque tambien he dicho que no tiene sexo.
Seguramente Venus siendo la diosa de la belleza en la mitología griega habría aprovechado muy bien el botox y los implantes si regresara a estos tiempos posmodernos.
En lo cotidiano es muy repetitivo las conversaciones entre compañeras de trabajo, escuela y familia, sobre si ya engordo, si ya tiene alguna arruga , si la piel esta seca, ya empezó a ir al gimnacio, etc.
efectivamente se liberaron de los guisados excelentes y las manualidades caseras para abandonarse en el salon de belleza y los gimnacios, todo por ser mas bellas, liberaciòn meramente ocupacional
Es cierto lo que se afirma en este ensayo, cada día escucho que los hombre somos mejores cocinando que las mujeres por decir algo.
Los canones de belleza han hecho presa a las mujeres de la pasión de ser bella a cualquier precio, rebasando estandares hasta de biopolitica como las operaciones esteticas, y los hombres tambien han mirado de lejos a Narciso, solo espero no haya necesidad de conectarnos a la misma ruta que las mujeres, sin embargo que una mujer cuide su belleza no es tan malo, siempre y cuando no ponga en riesgo su vida.
Me gusta la reflexiòn que haces en este texto.

Pepe dijo...

Hola Nancy, acabo de llegar a este blog. Tu ensayo sobre la belleza femenina me ha resultado interesante. He leído a Lipovetsky, más no siempre estoy de acuerdo con lo que dice. ¿Será que debo releerlo y leerlo más? En cualquier caso, me parece que no presenta ninguna sustancia ni fundamento para decir que la belleza es el último recurso de los hombres (siempre tan malvados) para someter a las mujeres. Si vemos en realidad el mundo de la belleza, de cerca, es puro consumismo.

La belleza es una necesidad natural del ser humano. Nos extasiamos con paisajes hermosos, con bella música, con aromas dulces y sensuales, con texturas acariciantes. Buscamos la belleza, es una necesidad del alma humana y del cuerpo que la encarna. Más el consumismo en torno a ella no es otra cosa que consumismo, no necesariamente explicable por la dominación perversa de las mujeres en manos de los hombres.

Lipovetsky recurre al viejo truco de explicar con prejuicios, no con argumentos. Pero selecciona muy bien los prejuicios, porque son muy aceptados. El hombre es el monstruo, la mujer la víctima. Cualquier teoría congruente con esta postura será bienvenida y aceptada al instante. No hay necesidad de argumentar nada porque será aceptada al instante.

Entendamos que lo más censurable de la industria de la belleza es que impone un único criterio para aceptar que tal mujer es bella.

Este criterio no obedece a un principio estético, ni siquiera a un factor biológico e incluso puede ir en contra de nuestras predisposiciones biológicas en torno a la búsqueda de una pareja (mencionemos los pantalones estrechos en la cadera, como un ejemplo).

Dicen los sociólogos y antropólogos que la belleza femenina es una construcción social. Sí, pero es una construcción económica principalmente. En la sociedad se considera únicamente lo que tiene un valor económico de cambio. La belleza vende.

Construyamos una que nos deje las mayores ganancias. Para esto, homogeneizemos a las mujeres y hagamosles creer que si siguen nuestros dictados, serán bellas. ¿Bellas para quién? ¿Para los hombres? Jaja, De ninguna manera. Esos no cuentan y ni siquiera nos interesa lo que a ellos les atrae de una mujer. Lo importante es ser bellas ante el máximo tribunal de belleza, que son los mass media, el showbussiness, la tele, el cine y desde luego, los templos de consumismo (como bien los llama Zygmunt Baumann), los centros comerciales. Ellos son los que te dirán si eres la más bella. Ellos son los espejos modernos del cuento de hadas. Ellos son el tribunal supremo, los jueces máximos.

¿El hombre? Simple apéndice, chivo expiatorio y tonto burlado. A ninguna mujer se le ocurre preguntarle (ni le interesa) lo que él tenga que decir acerca de la belleza femenina. Es sólo el pretexto para que la mujer se ponga atractiva. Es prescindible, sus gustos y deseos son secundarios. Tampoco la competencia con las amigas es la madre de todas las batallas. La madre de todas las batallas es la que se da contra los iconos de belleza, los paradigmas de belleza. Esa batalla en la cual el 99.99% de las mujeres resulta estrepitosamente derrotada todos los días…..

Pepe dijo...

Más no hay mujer que acepte ser derrotada y se levanta al siguiente día a dar la batalla nuevamente, con su arsenal de armas personales, portátiles y automáticas de belleza: billets, sombras, rimmels, maquillajes, polvos mágicos, coloretes, shampoos, jabones. Para los fines de semana está la artillería ligera como los masajes, el gym, las fajas, las cremas reductoras. Y por si fuera necesario y se requiera un resane profundo para las menos agraciadas, ahí está la albañilería de la ortodoncia estética o la maquinaria pesada para una reconstrucción masiva para las veteranas de más de 35 años, ahí está la artillería pesada con su botox, liposucciones, sus tetas de silicón y restiramiento de piel, implantes de cuero cabelludo y demás recursos.

Sobra decir que hasta las modelos terminan derrotadas por el enemigo número uno: el tiempo que nada perdona y todo en una mujer lo hace caer…..

Así que ahí están las corporaciones y los expertos, llenándose de dinero.

Lo significativo aquí es que la batalla está perdida para la inmensa mayoría de mujeres.

No obstante, el ser humano vive de sueños. Vende un sueño y serás millonario si logras mantenerlo, a pesar de la realidad.

Es enfermedad de nuestros tiempos preferir la imagen a lo real. Así, tal como lo dice Baudrillard.

En cualquier caso, no es el sexo masculino el que manda, es el jefe de jefes, el ídolo mayor, el Dios supremo: el capital. El capital que necesita engordar indefinidamente. Y si para engordar necesita vender sueños, los venderá, los procesará, los creará, los endulzará. Para que todos y todas disfrutemos de un sueño y olvidemos nuestra miserable realidad, que tenemos que trabajar duro de sol a sol, no para otra cosa, sino para no quedar excluidos de los máximos tribunales que deciden el derecho a la existencia social, de los que se pliegan a los cánones.

Volvamos a la belleza femenina. Si una mujer desea ser bella, lo último que debe hacer es preguntarle al televisor, a la pantalla del cine, a la firma de cosméticos, al experto cirujano, a la tienda de ropa fina y súper cara, a la modelo espectacular, a la pasarela de modas de lencería super sexy.. Es mejor camino que encuentre su belleza al mirarse al espejo, y no en el espejo del consumismo que con firme intención, todo lo distorsiona. Y no está de más que ella le haga más caso a los gustos de su hombre que a lo que le quiere imponer el centro comercial.

Si por nosotros fuera, mejor que ni vayan de compras porque gastan dinero y tiempo inútilmente y no necesariamente quedan más bellas por la noche que por la mañana al despertarse. En cualquier caso, más valdría que tengan un hombre que no haya sido igualmente succionado su cerebro y sustituido por los estándares del consumismo. Pues de ser así, ese hombre no hará más que reforzarle a ella lo que le mercado le impone. Estará atrapada sin salida en el callejón de la falsa belleza. Esto es, la falsa belleza es aquella que impone la moda con fines, no estéticos, sino comerciales consumistas.

No es belleza, es homogeneización, como si a los hombres nos gustara un solo tipo de mujer hiperdelgada, sin cadera, sin tetas , pálidas, rubias y con sonrisa de maniquí……

Lo que hacen los diseñadores de moda es fabricar un cuerpo de mujer para sus atuendos de alto diseño y moda sin igual. No confeccionan ropa para la mujer. Fabrican a la mujer para su ropa. La mujer es lo de menos. Y si el hombre la encuentra bella, sexy, atractiva, sensual, es secundario y a nadie importa. Lo principal es que todas se crean bellas, sexy y sensuales y por tanto, que todas compren….

Nancy Ortiz dijo...

Gracias Pepe por los comentarios. se ve que te gusta el tema. Me gustaron algunos de tus argumentos. Quizá tengas razón en el hecho de que las los hombre no son el objetivo principal a quien va dirigido los esfuerzos por tratar de ser bellas. Por supuesto que entran màs cosas en juego. Entre ellas la misma competencia entre mujeres. En ocasiones puede ser cruel, desleal e incluso despiadada. Pero eso será tema para otro texto. No seré yo quién se encargue de hablar mal de mis compañeras de género.
Saludos y espero màs de tus comentarios.

Pepe dijo...

Hola Nancy,

Sí, es un tema que me gusta mucho y me resulta muy interesante. Pero también creo que es trascendente, aunque se piense que es trivial. No lo es.

No sé de las competencias femeninas, entiendo que existen, que pueden ser duras y crueles. Ojalá sí te animes a hablar más de este tema, de la belleza femenina, quizá lo puedas ligar con aspectos biológicos, culturales y económicos.

Tu ensayo es muy bueno, ojalá puedas ampliarlo.

También me ha gustado tu otro ensayo acerca de la pena de muerte. La pena de muerte me resulta uno de los actos más repugnantes de la humanidad. Me parece que es el crimen mas monstruoso que existe. EN buena medida porque me resulta el climax de la hipocresía y de la enajenación humana. Se comete un acto pretendiendo que se comete su contrario. Ese ensayo tuyo es muy bueno también.

EN general este blog me gusta mucho, he navegado un poco y veo muy buenos ensayos. Ese de tu compañera acerca del concepto de enajenación. Muy bueno también.

Lo único malo es que veo muy poco movimiento aquí en este blog. No veo que muchos jóvenes visiten este espacio. Eso es triste. Este blog debiera estar lleno de gente opinando y discutiendo.

Me he metido a tu espacio, veo que eres de Veracruz. Vaya, que bien, el puerto de Veracruz es muy bello, soy del DF y viví en el puerto de Veracruz durante 5 años, reciéntemente y en cuanto puedo regreso, me gusta mucho. Es una ciudad ideal en muchos aspectos. La gente es muy amable y sencilla, eso es lo mejor. Lo único difícil es el calor.

También veo que te gusta la música de Led Zeppelin y de Deep Purple y Janis Joplin, vaya que te gusta lo bueno, me encanta esa música, no se si fuiste al último concierto de Deep Purple en la Plaza México??

Veo que has leído el buen libro "Vida de Consumo". Me agrada Bauman por su manera sencilla de exponer lo que todos queremos negar y ocultar y engañarnos a nosotros mismos. Nuestras debilidades que fortalecen al imperio del consumo.


Me agrada mucho este blog y tus ensayos.

Espero darte más opiniones acerca de este tema de la belleza femenina, aunque también me gustaría si puedes abundar más en tal tema.

Por ahora no tengo mucho tiempo, tengo algo de trabajo atrasado, tal vez por la noche me vuelva a meter, pero espero me leas y me respondas. El fin de semana me daré más espacio para venir

Saludos al bello puerto de Veracruz!!

Pepe

Nancy Ortiz dijo...

Gracias por los comentarios. Originalmente este era un blog para estudiantes de sociología, pero entre el nervio escénico, las trampas de la modernidad y la desidia, los estudiantes terminaron participando poco. Aunque, a pesar de todo ello, hay gente de otros lados interesada en esto. Si te dedicas a algo por el estilo te invito a mandarme tus textos, con gusto los publicaremos. mi correo es vtereskova@hotmail.com Por el momento no prometo escribir nada sobre la competencia femenina, pues estoy enfrascada en teoría, epistemología y metodología social. Pero cuando tenga un chance vere que puedo hacer. Saludos y sí, Veracruz es chido.

Unknown dijo...

HOLA, CÓMO ESTÁN? MI NOMBRE ES ARI NEGRETE Y LOS ESTOY LEYENDO PARA ENTENDER ESTE TEMA DE LA BELLEZA FEMENINA, ESTOY HACIENDO UN PROYECTO FOTOGRÁFICO PARA GRADUARME DE LA ESCUELA SUPERIOR DE FOTOGRAFÍA LUMIERE Y ME HA SERVIDO MUCHO LEERLOS, EN NINGUNA PÁGINA HE DEJADO COMENTARIO MÁS QUE EN ESTA YA QUE ME HA PARECIDO MUY INTERESANTE LO QUE COMENTAN Y AUNQUE AL PARECER TIENE MUCHO TIEMPO DESDE QUE ESCRIBIERON QUIERO COMENTARLES QUE GRACIAS A ELLOS HE PODIDO ENLAZAR MI ESLABON QUE NO ENCONTRABA PARA TERMINAR MI PROYECTO. GRACIAS. MI FACEBOOK ES ARI NEGRETE ( TAL CUAL) TAMBIEN ME ENCUENTRAN EN Enfoquelunart-photo EN FACEBOOK Y SI TUVIERAN MÁS MATERIAL ACERCA DEL TEMA SE LOS AGRADECERÍA AÚN MÁS.
HASTA PRONTO.