domingo, 11 de mayo de 2008

ARTÍCULO sobre Educación de Manuel Hernández




EDUCACIÓN Y DESARROLLO DEMOCRÁTICO

Manuel Hernández Pérez
Sociólogo e historiador.
Profesor de la Facultad de Sociología-
SEA de la Universidad Veracruzana


La etapa por la que atraviesa nuestro país, es de una situación de crisis en los diferentes aspectos de la vida nacional: crisis económica, política y cultural, etc.
Esta situación de crisis es el punto de partida de muchas reflexiones que proponen diversas alternativas a estas problemáticas. La situación es difícil, pero comenzar por plantear ideas, propuestas y programas que vayan en el rumbo de contribuir a solucionar estos problemas, es un gran paso.

En la discusión que se está dando a nivel nacional acerca de los distintos retos que se presentan a los mexicanos, se encuentra el papel y contribución de la educación al desarrollo justo y equilibrado que requiere nuestro país.

En este espacio quisiera plantear algunas reflexiones mínimas que desean contribuir a esclarecer la relación entre educación y desarrollo de cara al presente siglo. Si partimos del planteamiento de que la educación debe ampliar la capacidad de participación de los individuos en la sociedad; podemos constatar que en este momento en el país no hay un balance entre los egresados de las universidades o institutos superiores y la posibilidad que tienen para insertarse en el mercado de trabajo.

El enfoque que se ha mantenido en las últimas décadas en México, acerca de cómo se debe impulsar la educación, sobre todo en lo que se refiere a las políticas gubernamentales hacia el sector educativo, podemos constatar que se ha pasado del populismo inconsciente de los años sesenta y setenta al enfoque competitivo y especulativo que plantea el neoliberalismo a partir de la década de los ochentas.

El balance que podemos sacar de estas últimas décadas, en relación con la política hacia el sector educativo, es que la educación ha sido aplicada con una orientación antidemocrática y que esto ha contribuido a ampliar las diferencias sociales a lo largo y ancho del territorio nacional.

El elemento educativo está íntimamente ligado a los económicos, políticos y culturales, de allí que se plantea que es verdad que la educación no es suficiente para salir del atraso, que no basta para acceder rápidamente a puestos de trabajo, pero sí puede impactar en la disminución del crecimiento poblacional, en la mayor participación política y social de los mexicanos.

Fernando Savater al referirse al papel que juega la educación en el desarrollo de las personas y los países menciona que “ Los enemigos de la democracia, es decir, el mayor problema que tiene la democracia es la conjugación de la miseria con la ignorancia ” (Savater, 2005).
De todo esto deducimos que lo que se requiere en México es un modelo distinto de desarrollo, que sea menos excluyente, donde existan oportunidades de participación en las diferentes esferas de la vida nacional, sin el temor de quedar fuera de las transformaciones que vive el país.

El Estado debe vigilar que junto al avance tecnológico vaya aparejado el derecho al “ trabajo ” y al “ empleo ”;(1) ya que ante la tecnificación de la industria y de las empresas, en la búsqueda de mayor eficiencia, se desplaza a las personas de sus puestos. Sin importar las consecuencias económicas, psicológicas y sociales que pueda traer dichas medidas (Sennet, 2006).

Una nueva propuesta de desarrollo debería contemplar el florecimiento de las capacidades humanas (Boltvinik, 2007) también asegurar nutrición y salud propicias, disponer de vivienda digna y sobre todo poder utilizar y aplicar los conocimientos en una actividad concreta. Se debe ampliar las oportunidades para que la gente pueda elegir que hacer. La promoción de todo esto le corresponde al Estado: brindar a los ciudadanos oportunidades que les ayuden a conseguir su bienestar y el de su familia.

Tener muchos conocimientos no es suficiente, se tiene que dar la posibilidad de ponerlos en práctica, de allí que sólo cuando la educación y la formación coinciden con las oportunidades de conseguir empleo, se puede decir que están sentándose las bases de un desarrollo justo y equitativo.

Debemos entender que educar es ampliar la capacidad de inserción y de participación en la sociedad y en la cultura. El proceso educativo no se reduce en acumular información vacía, sino, más bien en comunicar un método para hacer más inteligible, más comprensible el mundo. Los conocimientos adquiridos deben ser significativos, deben tener una utilidad. Si lo vemos desde las comunidades marginadas, la educación representa un vehículo para conectar al pequeño universo aislado con el mundo exterior. Los métodos pedagógicos tienen que relacionarse, imbricarse estrechamente con el contexto donde viven niños y jóvenes, contribuyendo con esto a un aprendizaje activo que enseñe, sobre todo, a aprehender, es decir, no sólo memorizar, sino a relacionar los conocimientos adquiridos en la escuela, con su mundo cotidiano y que los ayude a resolver los problemas que se les presentan.

Se debe pasar de los simples deseos a impulsar la educación como un elemento que contribuya a la democracia, es decir, a la participación activa de los individuos como verdaderos sujetos de su propio desarrollo y que dejen de ser dependientes de los programas asistenciales o de combate a la pobreza.

La educación debe ser un factor decisivo en toda idea de desarrollo; debe estar íntimamente ligada a la comunidad y sus dinámicas, sólo así se logrará acabar con las desigualdades. La educación debe ser concebida como un ingrediente fundamental de las políticas públicas encaminadas a promover un verdadero desarrollo; pero esto sólo funcionará si las políticas económicas tienen un marcado acento en la búsqueda del bienestar social.

Debemos concebir por ello a la educación como un elemento decisivo en la formulación de un proyecto nacional incluyente y democrático.

Hoy se lucha por la democracia electoral; es decir, que se respete la voluntad ciudadana, para que pueda dejarse atrás el sistema autoritario en la forma de gobernar en México; pero en este recorrido también se debe buscar que los mexicanos estén bien alimentados y educados, pues la democracia política sin la democracia social es insuficiente para construir un país más igualitario y justo.

BILIOGRAFÍA
- Boltvinik Julio (2007) “ De la pobreza al florecimiento humano: ¿teoría crítica o utopía? ” Revista Desacatos Núm. 23 Enero-abril, México.
- Sennet Richard (2006) La corrosión del carácter. Las consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo. Anagrama. España.
- Savater Fernando (2005) Conferencia Magistral. Foro Internacional “ Educación, política y desarrollo ” , dentro de la Feria Internacional del libro Universitario de la Universidad Veracruzana del 12 al 14 de Septiembre de 2005.


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1 Entiendo el término trabajo como la posibilidad de toda persona a realizar labores en sus espacios donde viven o se desarrollan: campesinos, comerciantes, amas de casa, obreros, etc; es decir, que cuenten con las capacidades e instrumentos que les permitan desarrollar sus vidas plenamente y en relación al término empleo, lo entiendo como la posibilidad de que el Estado ofrezca los medios y recursos para que los nuevos profesionistas se incorporen al mercado de trabajo en el país y no tengan que migrar o dedicarse a otras actividades ajenas a lo que estudiaron.


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http://www.escuelasecundaria.dnsalias.com/
El Referente de la Educación Secundaria en México

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece que debemos pensar en una educación integral, donde se incluyan valores éticos y se contemplen todos los espacios. puede sonar a lugar común, pero creo que cada uno de nosotros tiene la posibilidad de generar un cambio en nuestro espacio, no debemos a esperar a que el estado resuelva el problema, nosotros podemos ser generadores de otro tipo de cultura, una acción puede ser el debate y discusión de las ideas.